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La Liga empezaba a quedarse sin los rebeldes que le daban color cuando el Alavés se jugaba su prestigio como agitador en Anoeta. Los vitorianos eran los últimos supervivientes de un nutrido grupo que había animado las primeras semanas de la temporada, y eso que ... acumulaban cinco encuentros sin ganar entre Liga y Copa. El Espanyol se encuentra en caída libre, el Girona parece haberse atascado mientras el Levante y el Getafe luchan por no descolgarse. El conjunto albiazul necesitaba una señal para demostrar que tiene más cuajo y argumentos para pelear por regresar a Europa. Cuando más mustio parecía, recuperó la chispa, el cerrojo y la pegada. Todo de un plumazo. Y con dos protagonistas que regresaron a su versión más pulida y brillante.
El Alavés salió con el deseo de amargar la fiesta de Santo Tomás a la Real Sociedad con la misma personalidad y garra que demostró ante el Sevilla en Mendizorroza. Salió a cazar a su rival a su propio campo y a lanzarse a su cuello en cuanto cometiera el error más nimio. Era el ecosistema ideal para que Jony y Calleri, que habían adquirido un tono mate en las últimas semanas, volvieran a afilar su colmillo. El asturiano solo necesitó cinco minutos para lanzar dos avisos, y el argentino ya se había cobrado otra pieza para el 10, tras un gran centro de Borja Bastón. La impenetrable defensa completó el trabajo, y la sociedad Jony-Calleri se puso de nuevo en órbita.
Los dos atacantes han fabricado 11 de los 19 goles que acumula el Alavés en sus 17 partidos de Liga. Nada menos que el 57,89% del total de dianas ha llegado con un remate o una asistencia de los dos grandes artilleros del ataque albiazul. Jony acumula dos tantos y seis asistencias (una de ellas para el argentino). El ariete porteño, mientras tanto, se destacó como pichichi en San Sebastián con sus cuatro dianas, a la que acompaña una asistencia, precisamente para el extremo cedido por el Málaga.
El ataque albiazul alcanza su máxima dimensión cuando sus dos grandes productores se encuentran, con permiso de un Ibai que arrancó el curso lanzado y el viernes experimentó la primera suplencia en lo que va de Liga. Es más, ni Jony ni Calleri han arrancado un solo encuentro en el banquillo en la competición reina desde finales de septiembre. Ambos lo hicieron por rotación en el duelo ante el Levante, uno de los peores que ha protagonizado el Alavés en su fantástica primera mitad de temporada. Fueron, además, los dos únicos titulares a los que recurrió Abelardo en la recta final del choque de vuelta ante el Girona en Copa en busca de la remontada.
El Alavés ha recuperado para su causa y devuelto la sonrisa a dos futbolistas que habían sufrido experiencias traumáticas la pasada campaña. Calleri vivió el descenso a Segunda con Las Palmas, que además estuvo rodeado por un asfixiante incendio institucional. Jony, por su lado, era casi invisible en Málaga hasta que regresó cedido al Sporting para disputar la segunda vuelta. Fue su billete directo a Primera, donde además se reencontraría con el Pitu.
Calleri y Jony son hoy dos de los futbolistas revelación de la campaña, hasta el punto de que su continuidad en Vitoria se presenta compleja más allá del 30 de junio. Ninguno de los acuerdos que alcanzó el club vitoriano contempla opción de compra, y el valor de mercado de los atacantes se ha disparado de manera exponencial. Pero el Alavés y sus futbolistas no quieren oír hablar de nada que provenga más allá de la nube de éxito en la que se han instalado en este 2018 que toca a su fin.
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