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Los dos son madrileños. Uno, Luis García Plaza (1972), se formó en la cantera del Atlético; el otro, Javier Calleja Revilla (1978), jugó en la del Real Madrid. Ambos han entrenado al Villarreal, el Deportivo Alavés y el Levante. Son vidas cruzadas. Se podría decir ... que 'literalmente', cuando en la temporada 2018-19 protagonizaron en el equipo amarillo un caso poco habitual en el mundo del fútbol: Calleja fue relevado por Luis García en la jornada 16 y el club repescó al primero 49 días después.
«Que hubieran dejado a Javi Calleja. Es una época muy extraña de mi vida, casi no me siento ni entrenador del Villarreal», dijo en su despedida el actual técnico del Alavés. Ahora busca su tercer ascenso a Primera con un equipo albiazul al que hace dos temporadas salvó su colega 'cruzado', que pugna por el mismo objetivo con un Levante al que el propio Luis García ya subió hace más de una década. Un crucigrama de dos carreras transversales. Las de dos entrenadores precoces que llegaron a Primera División antes de los 40.
Sin cumplir los 38 Luis García, tras ese ascenso con los granotas. Un técnico prematuro por las circunstancias, retirado del fútbol con solo 27 por una lesión de rodilla. Recién cumplidos los 50, su currículum tiene dos ascensos a Primera (Levante y Mallorca), 176 partidos en la máxima categoría, 164 en Segunda y experiencia en China –otro ascenso– y Arabia Saudita.
Temporada 2018-19
A los 39 Javi Calleja, apenas cinco años después de colgar las botas en Osasuna. Fue con el Villarreal, tras una ascensión meteórica en el organigrama amarillo. En verano de 2017, tras una exitosa etapa de tres temporadas en un Juvenil División de Honor con el que ganó tres ligas, el club le encomendó las riendas del filial, pero solo duró seis jornadas: la mala racha del primer equipo y la consiguiente destitución de Fran Escribá le catapultaron a la elite para capitanear un barco de Europa League al que volvió a clasificar para el segundo torneo continental (acabó quinto).
Un técnico vinculado exclusivamente al Villarreal hasta que, sin equipo tras ser relevado por Emery en el verano de 2020 pese a dejar al conjunto castellonense de nuevo en quinta posición, aceptó la oferta de un Alavés tambaleante en abril de 2021. Quedaban nueve partidos y el equipo albiazul era último a tres puntos de la permanencia. Sumó 15 puntos de 27 posibles y se salvó con una jornada de antelación. Y, lógicamente, se ganó la renovación. Con un matiz temporal poco frecuente en Mendizorroza: firmó un nuevo contrato de dos años.
Una declaración de intenciones hecha añicos a las primeras de cambio por la imparable espiral negativa que llevaba tiempo envolviendo al conjunto vitoriano. Duró 18 jornadas. Sin tiempo, espacio ni mimbres para desarrollar su idea. A la permanencia albiazul llegó por el camino de la supervivencia, con más refuerzo psicológico que futbolístico, pero nunca ocultó su predilección por la filosofía de juego de Cruyff, Guardiola o su admirado Pellegrini, a cuyas órdenes jugó en el Villarreal. Un fútbol menos vertical, de más elaboración, que un Alavés demasiado justo para la categoría no pudo ni supo adoptar. Tampoco las ideas de Mendilibar y Velázquez.
Entrenadores precoces
Era un proyecto agotado cuya revitalización –ascenso– el club albiazul ha encomendado a Luis García. Un entrenador experimentado –164 partidos en la categoría y dos ascensos a Primera– con las ideas muy claras. Declarado admirador de Luis Aragonés –en su época colegial se iba en los recreos a ver los entrenamientos del 'Sabio de Hortaleza' en el Atlético–, se define como «un entrenador camaleónico» que insiste en la necesidad de manejar varios registros futbolísticos para tener opciones de subir a Primera.
Lo está sabiendo hacer, pese al bache de las dos últimas jornadas. El Alavés está donde se le pide, en el grupo de candidatos al ascenso. En tercera posición, pero a un solo punto de un liderato que ha ostentado durante varias jornadas. Nueve victorias, siete empates y tres derrotas en 19 jornadas. Son buenos números que habría firmado cualquier aficionado albiazul al principio de temporada. De momento, el mejor de los tres equipos descendidos de Primera. Sus dos acompañantes, de hecho, ya han cambiado de entrenador.
Cinco puntos por encima del Granada, el proyecto más fuerte económicamente. Dos por encima del Levante, que ha enderezado el rumbo de la mano de Javi Calleja, invicto en las ocho jornadas al mando del conjunto granota (cuatro victorias y cuatro derrotas). Luis García lo tiene claro: «El Levante es la mejor plantilla de la categoría. Para mí es el principal candidato a ascender directo, por plantilla y, además, ahora está Javi (Calleja)». Sus caminos se vuelven a cruzar el lunes en Mendizorroza.
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