Javier Calleja, en uno de sus últimos partidos como entrenador del Deportivo Alavés. La Liga
Javier Calleja | Exentrenador del Deportivo Alavés

«No creo que todos los entrenadores que pasan por el Alavés lo estén haciendo mal»

El madrileño cree que la inestabilidad en el banquillo vitoriano «habla por sí misma» y lamenta el carácter «cortoplacista» de «los que toman decisiones»

Jueves, 17 de febrero 2022, 18:28

Javi Calleja (Madrid, 1978) descansa en Benicasim con su familia. Haciendo las cosas que no puede hacer un entrenador de fútbol profesional cuando tiene la pizarra activa. «Que son muchas», apunta entre risas. Todavía «dolido» por su salida del Deportivo Alavés y las circunstancias que ... la rodearon, pero con la serenidad que le brinda la distancia del tiempo. Con el mismo discurso sosegado y risueño que tenía en Vitoria cuando firmó la extraordinaria reacción de la permanencia o cuando, esta misma temporada, los resultados le dieron la espalda. Mes y medio después de su destitución, el entrenador madrileño rompe su silencio para ofrecer su visión de los hechos de aquellos días, de lo que pudo haber sido y no fue y de los proyectos cortados en Mendizorroza y de lo que, confía, sea la salvación del conjunto vitoriano.

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– ¿Se fue enfadado, triste, decepcionado...?

– Dolido, claro, pero porque no salieron las cosas bien y porque estábamos convencidos de que lo íbamos a sacar. Cuando no sale lo que te habías planteado contento no puedes estar.

– ¿Y cuánto dura esa sensación?

– Ya no le doy vueltas porque ya está hecho y no hay vuelta atrás. Pero siempre queda ese gusanillo de terminar algo que tenía buena pinta o que tú piensas que podíamos haber crecido en todos los aspectos si se hubiera hecho de otra manera. Termina doliéndote y ese dolor no se pasa hasta que, imagino, el tiempo lo cure. Ya he analizado las cosas de manera fría, me he tomado mi tiempo para desconectar, para asimilar todo lo que ha pasado y ya solo me toca mirar al futuro.

– ¿Cómo le afecta todo esto a la familia de un entrenador profesional?

– Esa es la parte invisible y es lo que más nos afecta, cuando ves sufrir a los tuyos. Yo tengo una hija estudiando en Madrid, otra fue para Vitoria, que tiene quince años, y cuando cambias tu vida, el colegio, te estás adaptando, tienes que cambiar otra vez... No te gusta y te sientes culpable de ello.

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– Decía Johan Cruyff que el entrenador es una persona sola y tiene todo el club a favor o en contra en función de si ganas o pierdes.

– Es una pena que sea en función del resultado. Si algo me llevo yo de Vitoria y me reconforta es que no se ha valorado solo el resultado. Nos han valorado mucho el trabajo, nuestra forma de ser, la propuesta de fútbol. En ese aspecto me he sentido muy querido y la gente me lo ha mostrado, por la calle, en el campo...

«Me choca que se apueste por un proyecto para dos temporadas y eso no se vea reflejado en una inversión acorde»

mercado de verano

– Habla de la afición.

– Sí, de la afición. Ya dije en su día que es única, lo demuestran partido tras partido y con el entrenador que sea. Lo que veo es que cuando van al campo son los primeros en echar una mano y tirar del equipo y valoran el esfuerzo y el trabajo que hay detrás de todo lo que se ve en el campo de fútbol.

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– Decía en septiembre que «todos los proyectos que han tenido tiempo terminan saliendo bien». ¿En el Alavés faltó tiempo, paciencia?

– Falta, sí, totalmente. Lo que falta es mirar un poco más a largo plazo. Somos muy cortoplacistas. En este caso, los que toman decisiones. Muchas veces no da tiempo a generar una identidad. Para eso hace falta creer, tener paciencia, apostar por ello y esperar a ver qué se necesita para que todo ello coja fundamento. En este caso, cuando pensaron que los resultados no eran los que tenían que ser lo más fácil es que el entrenador salga fuera.

– Cinco entrenadores en dos años. ¿Falta proyecto en Vitoria?

– Es que eso habla por sí mismo. No creo que sea cuestión de que todos los entrenadores que hayan pasado por el Alavés lo estén haciendo mal. No habló de mí. Lo que hace falta es una apuesta por un proyecto, por una idea, por una forma de entender el fútbol y dejar que esa idea crezca y dé sus frutos.

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– Esa inestabilidad se traslada al equipo. Ya dijo que el plantel tenía una mochila pesada de cursos anteriores.

– Mucho. Llevan encima muchas piedras que tienen que ir eliminando y que cuesta quitarlas. El Alavés es un club que tiene mucho margen de crecimiento, se han hecho muchas cosas bien, pero todavía se puede dar un paso más y pasa por cierta estabilidad de un proyecto.

– Sí faltaron fichajes, lo ha dejado claro el mercado de invierno.

– Ya lo dije en la última rueda de prensa, que hacían falta refuerzos en ciertas posiciones. Ahora han dado ese paso, con jugadores que conocen la Liga, tienen experiencia y pueden aportar al equipo la madurez que hace falta en estos momentos.

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– ¿Duele ver que la inversión que no se hizo en verano se hace ahora en invierno?

– Es que eso es lo que más choca de todo esto, que le he dado muchas vueltas. Que se cree en un proyecto, porque a mí me firmaron para dos temporadas, y por las limitaciones o mil circunstancias que a veces se escapan no termina de verse reflejado en una inversión acorde a lo que el entrenador o su idea pide.

Las formas

– ¿Y las formas en la destitución dolieron?

– Al final somos profesionales y si tú piensas que se ha acabado un ciclo le pones fin sabiendo lo que hay firmado y a qué atenerse. Tenemos un contrato que sabían que si se acababa tenían que hacerse cargo de ciertos pagos. Y esperaron a que estuviésemos empatados con dos equipos en la zona de descenso para dejar de creer en la idea y mirar lo económico.

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– ¿Y le dolió?

– Sí duele, porque no es solo ver los números. Hay que mirar más allá. Porque si hubiésemos empatado contra el Villarreal yo habría seguido como entrenador del Alavés.

«Prevalecía el bien del Alavés, que llegara otro técnico, que yo saliese con las cantidades pactadas y que todo volviese a la normalidad»

salida extraña

– ¿Todo resuelto con el finiquito?

– Sí, intentamos llegar a un acuerdo ambas partes, muy bien además. Hay que mirar por el bien común y en este caso prevalecía el bien del Alavés, que pudiera llegar otro entrenador, que yo saliese con las cantidades pactadas y poner fin lo antes posible para que todo volviese a la normalidad.

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– ¿Se fue decepcionado con alguien?

– No voy a entrar en ello.

– Los gestores vienen del mundo del baloncesto. ¿Ha notado diferencias con el Villarreal?

– Sí, cada club es particular, tiene una manera de hacer las cosas. Hay que saber dónde te metes y conocer lo mejor posible el club desde dentro. Yo intenté ver cómo funcionaba y después yo no tomo las decisiones, mis decisiones las tomo dentro del campo.

– ¿Se echaría el aficionado las manos a la cabeza si conociera el fútbol profesional por dentro?

– Pero en general, en todos los trabajos. Es muy bonito desde fuera, pero cuando estás dentro cambia mucho. Pero aquí todos somos culpables de lo bueno y de lo malo, todos participamos para bien y para mal de esta profesión. Yo soy un enamorado de este deporte con sus cosas buenas y sus cosas malas.

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– ¿Y un vestuario profesional es un ecosistema muy especial?

– Cuando hay dinero, fama y eres joven te pueden confundir las cosas, pero, hablando del Alavés, el vestuario es de diez no, lo siguiente, extraordinario. Humilde, trabajador, comprometido. Yo no puedo poner ni un reproche, ha sido un privilegio el vivir el día a día con todos los jugadores y el cuerpo técnico

– ¿Cómo fue la despedida de los jugadores?

– Muy emotiva. Con mucho cariño, siempre lo he percibido. Cuando ves que con quien trabajas te da todo lo que me ha dado a mí, te vas feliz.

– ¿Mantiene el contacto o mejor poner distancia?

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– En su día recibí muchos whatsapps de jugadores y cuerpo técnico, pero ahora hay un entrenador diferente, otra manera de trabajar, hay que dar a cada uno su espacio y mejor no dar pie a confusiones, ahora prefiero mantenerme un poco al margen.

– Cuando veía que el equipo no arrancaba tras el cambio... ¿Sentía rabia o cierto consuelo por ver que no era el único culpable?

– Yo siento coraje cuando el equipo no gana y se mete en la situación en la que está, porque también he sido protagonista y me duele y quiero que salga de ahí. Las cosas no empezaron bien con Mendilibar, al que tengo mucho aprecio y deseo lo mejor, pero la victoria ante el Valencia puede ser un punto de inflexión. Hay tiempo, no hay una distancia insalvable y confío en la permanencia.

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«La victoria ante el Valencia puede ser un punto de inflexión. Hay tiempo, no hay una distancia insalvable y confío en la permanencia»

Actual Alavés

– ¿Ha visto los partidos?

– Al principio desconecté bastante, me he dedicado más a mi familia. Lo había seguido, pero ahora me he puesto otra vez las pilas y ya vi el partido ante el Valencia.

– ¿Y aún piensa como entrenador?

– Sí porque lo miro así, no quiero verlo como aficionado. Me sirve para aprender, para llevármelo un poco a mi idea y ver qué puedo sacar.

«Relación con Mendilibar»

– ¿Y si 'Mendi' quita a Joselu, por ejemplo?

– Ahí sí que no me meto, 'Mendi' tiene muchos años de experiencia y las decisiones que tome sabrá muy bien por qué las hace.

– Su último partido fue ante el Villarreal y le releva su último entrenador como futbolista.

– Es para analizar. Mis cruces con Mendilibar han sido buenos. Acabé mi etapa de futbolista en Osasuna con él, debutó contra él en Liga, ahora se hace cargo del Alavés... Es una persona que con su forma de ser deja huella, a mí siempre me ha tratado genial y tengo muy buen recuerdo.

– ¿Ya siente el gusanillo del banquillo?

– Todo tiene su camino, hay que saber esperar y reflexionar. Está claro que a mí me gusta entrenar, quiero entrenar y cuando salga la oportunidad trataré de aprovecharla.

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