Betis 0-0 Alavés

Premio a la resistencia para el Alavés

Un punto para distanciar aún más el descenso tras una jornada redonda en otros campos y para reforzar también la autoestima de un grupo pétreo. Mereció más el rival en líneas generales, con ocasiones claras en la segunda mitad, pero todo pudo cambiar en un cuarto de hora final de ida y vuelta donde faltó precisión para dinamitar el Villamarín. No hace falta demasiado explosivo para que vuelen los pitos por aquellas tierras.

El duelo había arrancado sin sorpresas en el once albiazul, donde la entrada de Duarte en el lateral zurdo por el tocado Javi López resultó la única modificación respecto al choque frente al Villarreal. El canario llegaría a disputar los minutos finales. Una zaga de inicio reconocible con Abqar y Rafa Marín como centrales disipada finalmente la amenaza de una defensa experimental tras los problemas físicos de la pasada semana. Continuidad en el resto del armazón alavesista, con un Sola otra vez destacado en la banda derecha. Ante un Betis donde el preparador local Pellegrini cambió a la mitad del equipo respecto al partido europeo del jueves y recurrió a nuevos fichajes como Fornals o Chimy Ávila en el arranque. Más tarde a Bakanbú. Aire fresco y muy caro para una escuadra que pelea por alcanzar una posición europea.

En el primer acto el Alavés salió encendido, como ha acostumbrado en muchos duelos de esta Liga, aunque las pilas duraron poco. Presión alta, recuperación y verticalidad en esos instantes. Con gol anulado a Samu por claro fuera de juego de Rioja e internada de calidad de Sola por la banda que se quedó sin rematador. Ante un Betis asfixiado de inicio, pero que poco a poco equilibró el choque. A base de buscar el desgaste rival a través de las combinaciones y, sobre todo, aprovechar los despistes. Nadie asumía excesivos riesgos aunque la escuadra verdiblanca tomaba ya el mando del juego. En ataque buscando las individualidades de Abde, Fekir y Fornals y en defensa tapando bien a una escuadra albiazul incapaz de superar la presión rival. A falta de precisión en el primer pase y, por tanto, obligada a defender casi siempre en campo propio. A cambio, solventaba con contundencia en el área de Sivera. Ya tras el descanso el portero iba a sacar un gol hecho de Miranda y más tarde unos dedos providenciales en el disparo cruzado de Bakanbú.

No llegó la que podía haber sido histórica tercera victoria consecutiva a domicilio, aunque se rozó en los instantes finales. Otra vez con más llegadas peligrosas que disparos a puerta, aunque Benavídez pudo marcar en el descuento y poco antes el colegiado dejó pasar una mano de Sokratis en el área. No parece en cualquier caso procedente quejarse en exceso de un colegiado que dejó jugar. Un Busquets Ferrer debutante que tampoco vio un agarrón de Rafa Marín al borde del área en la acción final del choque. El Alavés se quedó en el 'uy', igual que un Betis al que detuvo Sivera y también Gorosabel con el cuerpo en otra oportunidad de Johnny. El sudor se acumuló sobre todo en un cuarto de hora tras el descanso donde se activaron el oxígeno y la calidad bética para reducir a casi nada a los albiazules. Lo pagaría después el equipo de Pellegrini, descompensado tras unos cambios que lo arriesgaron todo. Willian José, Bakanbú, Fekir, Fornals, Rodri, hasta cinco futbolistas muy ofensivos para buscar el triunfo.

El Alavés se vació como siempre, aunque apenas Sola y Samu generaron problemas a la defensa rival. Rioja, sustituido, pareció superado por el escenario amigo. Tampoco emergió Guridi, y Guevara compensa el equipo, aunque le falta la chispa del inicio de Liga. Luis García Plaza había optado por Carlos Vicente como refresco y más tarde por Benavídez. Javi López y Kike fueron el recurso final. Para sostener un valioso empate que ni siquiera mancha la pérdida de la racha de seis encuentros consecutivos viendo puerta. Son once puntos de ventaja sobre el descenso a falta de trece jornadas para el final del campeonato y, sobre todo, un equipo vivo y comprometido. Se trata de fútbol y nada es imposible, pero todo apunta a que el Alavés puede ser capaz de ahuyentar cualquier tipo de fantasma en pocas jornadas. El ruido de las cadenas se aleja partido a partido.