Los beneficiados con el míster

Machín cuenta con 32 jugadores a su disposición con los que deberá construir la base sobre la que cimentar el nuevo equipo. Sergio Fernández tratará de hacer hueco a posibles fichajes que pida el entrenador, pero el mercado va a ser complicado y el ex de Girona, Sevilla o Espanyol deberá confiar en jugadores que esta temporada no han ofrecido su mejor rendimiento.

Uno de ellos es Pere Pons, al que Machín conoce a la perfección de su estancia en el equipo gerundense. El mediocentro no entró en los planes ni de Asier Garitano ni de López Muñiz y terminó la temporada con poco más de mil minutos disputados, pasando totalmente inadvertido.

Todo lo contrario a lo que el catalán logró en Montilivi, donde se convirtió en el referente del centro del campo desde la llegada del técnico soriano en 2014. En Girona coincidieron cuatro campañas repletas de éxitos, con el ascenso a Primera y la permanencia de la temporada siguiente. En todas ellas Pere Pons fue el jugador que dinamizaba las jugadas de ataque y sostenía en la presión el sistema de tres centrales y dos carrileros.

Por ello, el Alavés apostó por el jugador y desembolsó dos millones de euros el verano pasado. Ahora, en el nuevo curso, y si el técnico mantiene la confianza que tuvo en él, será uno de los bastiones del centro del campo de Mendizorroza.

Otro de los fichajes del verano pasado fue Luis Rioja. Su temporada fue distinta a la de Pere Pons. El extremo andaluz sí contó con la confianza de los técnicos y fue titular en 19 de los 38 partidos de liga. Sin embargo, el sevillano se ha quedado corto en su debut en la máxima categoría. En 1.640 minutos disputados no logró ningún gol ni ninguna asistencia para un futbolista que venía a cubrir la baja de Jony. Firmó por 4 años en el club albiazul tras ser una de las revelaciones de la Segunda División con el Almería y en el club confían en que a sus 26 años eche la puerta abajo. En su presentación, Rioja se definió como un futbolista «que se sacrifica en defensa y le gusta correr». Las dos cosas las ha demostrado y Machín puede aprovecharlo y (re)convertirle en el carrilero titular de la banda izquierda. Arrancando desde más atrás podría aprovechar su velocidad y tiene pulmón para aguantar el esfuerzo físico que requiere la posición.

Y para cubrir las espaldas de los carrileros, el Glorioso contará por séptima campaña con Víctor Laguardia. El central es el líder y el termómetro de la defensa. Si él no está bien, el equipo sufre. El maño bajó sensiblemente su nivel después del parón y parece haber perdido algo de velocidad. En noviembre cumple 31 años y tras haber superado varias lesiones graves, verse rodeado por otros dos centrales puede ser la solución más fácil para recuperar su mejor nivel. Agradecerá el de Zaragoza que al menos uno de sus acompañantes supla su falta de aceleración.