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Atlético de Madrid - Alavés | Liga Santander Jornada 28

Resurge desafortunado otra vez

Un Alavés serio y más constante acaricia el empate ante el líder, que se escapa en un penalti fallado en el minuto 85 por Joselu

Domingo, 21 de marzo 2021

El Deportivo Alavés está vivo. Lo demostró en el Wanda. Pero le falta colear. Le faltan los puntos. Y sería demasiado osado escudarse en la fortuna para justificar la escasez numérica a estas alturas de temporada, incluso improcedente, pero la realidad es que al conjunto albiazul no le sale nada. Ni cuando hace las cosas mal, obviamente; ni cuando, como en la visita al líder, hace muchas cosas bien. Fue un equipo serio, muy esforzado. Y concentrado, que es lo que le venía faltando. Con el carácter necesario para seguir de pie y buscar el empate después del gol de Luis Suárez al poco de empezar la segunda parte. Y lo tuvo. Lo acarició. Pero la moneda al aire siempre sale cruz.

Atlético

Oblak; Trippier, Savic, Giménez, Hermoso, Carrasco; Llorente, Koke, Lemar (Herrera, m. 74); Correa (Saúl, m. 74) y Luis Suárez.

1

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0

Alavés

Pacheco; Ximo Navarro, Lejeune, Laguardia (Tachi, m. 70), Duarte, Edgar (Rioja, m. 60); Pellistri, Battaglia, Pere Pons (Borja Sainz, m. 80), Jota (Abdallahi, m. 70); y Joselu.

  • Gol 1-0, m. 54: Luis Suárez.

  • Árbitro Martínez Munuera. Mostró amarilla a Savic, Carrasco y Saúl por parte del Atlético y a Jota y Battaglia por el Alavés.

Joselu falló en el minuto 85 el penalti que podía haber dado al Alavés un meritorio y necesario punto y, lo que es más importante, ese impulso anímico que se le resiste al equipo de Abelardo. El anhelado punto de inflexión. Pero Oblak detuvo el lanzamiento del delantero gallego. Como el día del Sevilla en el descuento. El desplome de Villamarín, el penalti de Manu ante el Cádiz... Otra muesca en la rutina de la desgracia que oprime al conjunto vitoriano. Otro golpe que encajar.

Porque las sensaciones fueron mejores que en citas precedentes. Fue, incluso, una derrota más esperanzadora que otros empates. Pero la justicia es un concepto abstracto. Y más en el fútbol. Lo que valen son los puntos. Los números son los que mandan en todo este tinglado de aciertos, errores y monedas al aire. Y la realidad, dramática, es que el Alavés ha sumado uno de los últimos 18 en litigio. Y la bocanada de aire, por lo que sea, no termina de llegar a los necesitados pulmones albiazules.

La gran novedad de Abelardo fue Jota, inédito las seis jornadas anteriores. El 'Pitu' repobló el centro del campo con el gallego y Pere Pons por delante de Battaglia, con Pellistri y Edgar en los extremos y Joselu como único punta. Lucas estaba en Vitoria por una decisión técnica que parecía contradecir el comunicado que el club sacó apenas tres días antes. Y el Alavés aguantó muy bien en la primera mitad. Ordenado, equilibrado.

Empezó con cierto descaro. El de Pellistri, que hizo el primer disparo del partido en el minuto 7. Pero, como demandaba la lógica, el líder fue comiendo terreno a una escuadra albiazul que, con un 4-1-4-1, supo cerrar los espacios al dibujo flexible del Cholo. La movilidad de Correa, la posición indefinida de Lemar, las rupturas de Carrasco... Esta vez, además, el VAR no jugó en contra. Revisó una posible mano de Edgar en el área vitoriana, aunque también había falta previa de Giménez.

A los colchoneros les faltaba precisión e imaginación en los metros finales. Muchas ayudas y desgaste defensivo de los jugadores albiazules. Y el Alavés incluso se atrevió a amenazar la portería de Oblak con un disparo de Joselu, habilitado en la media luna por Pons tras un robo de Duarte. Seguía ganando metros el Atlético. Y avisó Savic con un envenenado centro-chut que reclamó la intervención de Pacheco. Pero también Pons probó a Oblak. Aunque agradeció el descanso el equipo de Abelardo, obligado a defender muy cerca del área en los últimos minutos del primer tiempo, incluida la primera aparición de Luis Suárez.

Y así empezó la segunda parte, con el Alavés encerrado atrás. Demasiado con tanto tiempo por delante. Exigido por el Atlético, que metió una marcha más. Trippier adelantó su posición en la banda y por ahí nació el gol de Suárez. La movilidad de Llorente y Lemar dejó el carril libre para el lateral, que puso el balón en el área para que el uruguayo marcara de inapelable cabezazo a la espalda de Lejeune (m. 53). Se imponía la hazaña de remontar ante la roca rojiblanca. Y el paradón que exigió Marcos Llorente a Pacheco invitaba a pensar en la puntilla.

Pero el Alavés no se cayó esta vez. Y tuvo los arrestos necesarios para ir en busca del empate. Amagó primero con el desborde de Pellistri y dos disparos poco atinados de Joselu. Y tuvo que aparecer de nuevo Pacheco, ante Suárez. Pero el Alavés no estaba muerto. Y su constancia encontró el premio en un penalti tan claro como inesperado que dictaminó el VAR tras un codazo de Savic a Rioja. Por fin, parecía, la fortuna futbolera iba a mostrarle una sonrisa al desdichado Alavés. Pero no. Falló Joselu. Paró Oblak. Otro golpe. Otra resurrección inconclusa. Pero hay vida y, por tanto, también esperanza.

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