Rayo Vallecano 2-0 Alavés

El arbitraje vuelve a zancadillear al Alavés

En defensa, la novedad llegó con la suplencia de Sedlar. El serbio es, desde su llegada, un jugador importante que pocas veces se ha caído del once titular. Este viernes fue uno de esos días. Así, Luis García apostó por una pareja inédita, la formada por Rafa Marín y Abqar. Una dupla joven, sin la experiencia que da el serbio, aunque más potente en el plano físico. El técnico también optó por mantener a Blanco en el medio en busca de mayor protagonismo con la pelota y colocó como extremo titular a Álex Sola. Su debut llegó sin apenas entrenar y este viernes ya adelantó a Alkain en la rotación.

El partido marchaba igualado hasta que una acción lo dinamitó al filo del descanso. Otra vez, como en Getafe, un penalti altera el los planes del Alavés. Como entonces, la acción fue muy protestada por jugadores y cuerpo técnico. El colegiado sancionó un más que discutible derribo de Sola a Álvaro. Aunque el contacto, de haberlo, parece casual y la acción, con el albiazul llegando desde atrás, tampoco se antojaba contundente. Si bien los árbitros dijeron en verano que no se iban a pitar «penaltitos», ni García Verdura ni Jaime Latre, el árbitro del VAR, dudaron. El videoarbitraje ni siquiera hizo al colegiado de campo mirar el monitor.

La jugada, transformada por Isi y que Sivera no logró adivinar, alteró el guion de un partido que el Alavés tenía controlado hasta entonces. Los vitorianos se habían mostrado solventes en defensa para superar un momento de dominio del Rayo y también había logrado mostrar empaque para gestionar sus acciones con la posesión.

Un contraataque ejecutado de manera perfecta por el Rayo terminó de sepultar los opciones del Alavés en el tramo final del encuentro. Hasta entonces, el equipo vitoriano lo seguía intentándolo en ataque. Pero no terminó de mostrarse fino en esa faceta. Por tercer encuentro consecutivo fuera de casa se quedó sin marcar. Aún no lo ha hecho como visitante este curso. Lo que contrasta con los cinco goles que ha anotado como local, que le han valido para mantener su pleno en Mendizorroza.

El Alavés buscó, sobre todo, hacer peligro a base de centros desde ambas bandas. Pero no logró encontrar a Kike y tampoco exploró con éxito otras vías. Apenas consiguió conectar un tiro a puerta en todo el partido por nueve que lanzó fuera. Guridi buscó ser la sorpresa desde la segunda línea y Sola se mostró activo en la banda derecha. Con los cambios, el equipo no logró un nuevo impulso que le permitiera acercarse al empate.

Al igual que en los dos partidos anteriores como visitante, al Alavés se le quedó un poso extraño. La sensación de que podía haber sumado algún punto. Porque hizo méritos para lograrlo. Pero el equipo sigue sin puntuar lejos de casa, algo que necesita para complementar sus impecables registros como local. El bloque logra competir y no le pierde la cara a los partidos, pero paga en exceso el acierto de los rivales. El peaje de una adaptación a Primera que, de momento, deja al equipo sin premio cuando le toca viajar lejos de Vitoria.