Y encima, sin comodín

Para empezar, el once local recuperó al defensa derecho Navarro y al mediopunta Lucas, que no pudo marcar esta vez la diferencia. Otra vez el diestro Martín de lateral izquierdo, lo que no termino de comprender con Rioja otra vez en el banquillo y con el tocado Duarte por delante en la elección. Casi tan necesitado, el Osasuna jugó de inicio con dos puntas natos y, paradójicamente, cuando reforzó la medular, encontró su regalo. Para acabar apuntalando la defensa ante un Alavés a la desesperada con otro ariete como Deyverson y cambio de efectivos en las bandas, pero sin las ocasiones de gol necesarias para empatar. Preocupante, sobre todo, la falta de recursos y claridad actual, con un relevo en el banquillo que no está dando sus frutos. La apuesta por lo conocido no corta la racha negativa. Casi siempre hay que nadar contracorriente. Rozando el descenso, quedan muchos puntos en juego. Es la hora de que los futbolistas demuestren que tienen mucho que decir.