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Almería 0-3 Alavés
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Almería 0-3 Alavés
El Alavés vuela hacia el objetivoCon un portero y un delantero centro enchufados la corriente te atraviesa hasta la victoria. Ni más ni menos. Es la ley del fútbol. A ... este deporte se juega en el centro del campo, pero los triunfos se obtienen en las áreas. Que se lo digan a un Alavés en racha a lomos de unos imperiales Sivera y Samu. Manos y pies letales para una escuadra vitoriana que vuela hacia el objetivo de la permanencia tras encadenar su tercera victoria consecutiva. Al menos cuatro intervenciones decisivas del guardameta alicantino y dos goles y un penalti forzado por parte del desatado ariete. Cómo explicar además a quien no sigue la trayectoria alavesista que el cancerbero llegaba a este duelo después de bastantes dudas y el delantero con la mirada ausente. Por aquellas ocasiones que volvían una y otra vez a su cabeza y a la de los aficionados. Dos rehabilitaciones por la vía rápida. Mentalmente recuperados tras una exhibición conjunta.
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Eso sí, hay partidos como el disputado ante el Almería que parecen diseñados para ganarlos. Ni siquiera Tenaglia, en un cabezazo dirigido a su propia portería en el descuento, logró marcar para la escuadra local. Fue la imagen de la diferencia. Antes Sivera había negado el gol a casi todo el equipo contrario. En especial a Embarba. En varias ocasiones. Con manos, pies y hasta cabeza. Mientras la escuadra de Garitano se desesperaba ante tanta ocasión desperdiciaba, el Alavés golpeaba con precisión y en momentos clave. Nada más comenzar el choque, nada más arrancar la segunda parte, poco antes del final para sofocar el último atisbo de insurrección.
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Luis García Plaza había realizado un solo cambio en la alineación, la entrada del este viernes pletórico Samu por un Kike García renqueante tras sus problemas musculares ante el Cádiz. A la espera del regreso de Abqar de la Copa de África o de un fichaje la próxima semana, Duarte volvió a ejercer de segundo central por delante de Tenaglia, sólo recurso final. En un once albiazul en el que continúa por derecho propio Carlos Vicente. Más que un salto parece haber dado un pequeño bote desde Segunda hasta Primera. Suya fue la asistencia del 0-1. La velocidad se mide en kilómetros por hora, pero la rapidez mental en primeros toques precisos. Como el suyo para partir de la zaga local y colocar a Samu ante el portero.
El duelo táctico estaba servido desde el inicio. Un Alavés amparado en su fórmula de orden, sudor y verticalidad y un adversario que buscaba su primera victoria en el campeonato a través del juego combinativo. Incisivo, pero sin gol, el Almería penó toda la noche. No sin fortuna, pero con muchísimo trabajo, siempre aparecía una pierna o un cuerpo albiazul para frenar los ataques. Los que pasaban, toparon con Sivera. Para certificar que el Alavés deberá tomarse este año unas vacaciones en Andalucía. Siete triunfos ligueros: Dos ante el Sevilla, dos frente al Almería y otros dos ante Cádiz y Granada, con la única excepción del Valencia. Como para reservar hotel ya en la Costa del Sol o de la Luz.
Por fortuna no hubo consecuencias arbitrales tras el paso del Almería por el Bernabéu. Cumplió Ortiz Arias. También un Alavés otra vez coral, con Antonio Blanco como referencia en el eje y Rafa Marín en el centro de la zaga, aunque un regate a destiempo pudo provocar el 1-2. No lo cazó Lázaro ni tampoco Melero después. Sólo había un color, el albiazul. Para conseguir la tercera victoria consecutiva y diez de los últimos doce puntos en juego. Baste como referencia que el mismo Alavés había obtenido 16 de los primeros 54 en juego. Con el viento en las velas marcha el conjunto de Luis García Plaza en un mes de enero para enmarcar. Sin olvidar, eso sí, que pese a las dificultades de los rivales directos la máxima categoría es siempre una carrera contra uno mismo. Más vale acercarse o rozar los 40 puntos. Todavía queda.
Y es que pese al 0-3 el sufrimiento se volvió a palpar en Almería ante un adversario tan hundido en la tabla como este viernes equilibrado de fuerzas con los alavesistas. Una vez más el mérito albiazul es producir partidos competitivos en serie. Evitar en lo posible los riesgos ante adversarios casi siempre más potentes y tirar de humildad, como esos extremos (Rioja y Carlos Vicente este viernes) que defienden como laterales. Todo suma y el cuadro de Luis García Plaza ha comenzado ya a multiplicar. Nada es definitivo, pero llegar en invierno a zonas cálidas de la clasificación suele significar que el sol saldrá en mayo.
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