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El Alavés ya prepara la vuelta a los entrenamientos. En fases, como funciona todo en los tiempos de pandemia. Primero, los tests individuales de detección del coronavirus, que el club espera poder llevar a cabo entre el martes y el jueves. A los futbolistas ... y el cuerpo técnico del primer equipo y a seis jugadores del filial –Aritz Castro, Javi López, Abdallahi Mahmoud, Antonio Perera, Paulino de la Fuente y José Luis Rodríguez–, que, si se reanuda la competición, pueden tener una oportunidad a las órdenes de Asier Garitano en el tramo final del campeonato, con un ojo también en la próxima temporada. Los resultados tardan entre 24 y 48 horas, por lo que, en el mejor de los casos, el equipo albiazul podría empezar a trabajar a finales de la próxima semana, aunque la fecha más probable para regresar a Ibaia es el lunes 11 de mayo, casi dos meses después del último entrenamiento colectivo, el 13 de marzo.
Con obstáculos añadidos. El club maneja dos situaciones especiales, las de Oliver Burke y Lubo Fejsa, que han pasado el confinamiento lejos de Vitoria, pero dentro de la dinámica de trabajo del equipo, bajo las pautas de entrenamiento de los preparadores físicos y en las charlas técnicas grupales que Asier Garitano mantenía con sus jugadores vía telemática.
El delantero escocés está en tierras británicas y el centrocampista serbio se desplazó a su país tras decretarse el estado de alarma, ambos con permiso de la entidad albiazul, que ahora trabaja en su 'repatriación'. La del balcánico parece una operación más sencilla, ya que con el permiso de trabajo, si no encuentra una alternativa mejor de viaje, puede desplazarse en coche hasta la capital alavesa –unos 2.300 kilómetros–.
Más complejo se antoja el retorno de Burke, que depende del espacio aéreo, con los vuelos entre países restringidos de manera drástica durante el estado de alarma. Cada jugador presenta su propia casuística durante el paréntesis competitivo, pero la del escocés fue específica desde el principio, ya que llegó al parón de baja por paperas. Fue el primer jugador albiazul confinado, desde el 2 de marzo, puesto que la enfermedad obliga a unos diez días de cuarentena en casa, según el tratamiento habitual de recuperación, antes de reincorporarse poco a poco a los entrenamientos.
Un frenazo que le llegó en su mejor momento de la temporada, titular en tres de los cinco partidos anteriores y autor de uno de los goles en el triunfo ante el Eibar (2-1), el único que ha marcado con la camiseta albiazul. Poco después, el vestuario alavesista registró otro caso de paperas, el de Camarasa, que era baja para el duelo ante el Espanyol cuando el coronavirus sumió al fútbol en la incertidumbre.
También Fejsa estaba lesionado en ese momento. No era grave, una pequeña distensión en el recto anterior de la pierna derecha que le obligó a retirarse en los últimos minutos del partido ante el Valencia, el último encuentro liguero del conjunto vitoriano. El cuarto ocupante de la enfermería entonces era Tomás Pina, de larga duración en su caso. El centrocampista manchego es el gran beneficiado por el parón, puesto que ya tiene el alta médica.
El pasado 7 de diciembre sufrió una fractura de peroné en el campo del Granada. Cuatro meses de baja. Según los plazos de recuperación, en abril podría volver a pisar el césped de Ibaia con sus compañeros. Quizás en mayo podría reaparecer en Mendizorroza. «Lo importante es recuperarse bien, no merece la pena meterte prisa, pero estar a disposición del míster antes de que acabe la Liga, haber cogido el ritmo suficiente y llegar a jugar», explicaba justo antes del confinamiento Pina, al que la endiablada situación actual le da una nueva oportunidad en el último tramo del torneo.
Antes de la lesión era una pieza fundamental en el centro del campo de Asier Garitano, que en el mercado de invierno buscó un perfil similar para ocupar su hueco. El elegido fue Fejsa. que empezaba a coger ritmo y galones en el momento de la lesión. Si finalmente se reanuda la competición, el técnico albiazul tendrá un amplio abanico para formar el eje del equipo, donde también cuenta con Camarasa, Manu, Pere Pons e Ismael, aunque el andaluz aún no se ha estrenado.
El serbio (Benfica) y el valenciano (Betis) están cedidos y su vínculo con el Alavés acaba inicialmente el 30 de junio, pero la FIFA recomienda extenderlo en unas circunstancias excepcionales y no debería haber problemas al respecto.
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