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Parece que ha pasado más tiempo, pero fue el verano pasado cuando Manu García dejó el Deportivo Alavés tras nueve temporadas vestido de albiazul. «El brazalete es para 'Lagu' y para 'Pache' y detrás viene Martín», dijo el vitoriano en su despedida. A día de ... hoy, apenas quince meses después, ese brazalete no tiene quien le borde las letras de capitán. Ya no le queda nadie de los de antes. Se fue el chaval de la General que saltó al césped para subir con el equipo de su corazón de Segunda B a Primera; se fue el canterano que más temporadas ha pasado en la disciplina albiazul; se fue el futbolista con más partidos en Primera en la historia del club; y se va el 'Kaiser', el último gran líder en el césped y el vestuario. Todos por la puerta de atrás, alejados de las emociones y de las letras de oro que han escrito en la centenaria historia de Glorioso.
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Un proceso de desnaturalización que empezó en mayo del año pasado. El Alavés no le ofreció la continuidad a Manu tras nueve temporadas en el club. Adiós al gran icono de la era moderna del club, al guardián del escudo. El último partido de sus 308 partidos como albiazul, sin tener conocimiento de ello, fue en un Sánchez Pizjuán vació por la pandemia. Triste adiós para el gran capitán tras dos ascensos, una final de Copa y varias permanencias agónicas. Con la insignia de oro anunciada por el club pendiente, tuvo que esperar a visitar Mendizorroza con el Mirandés, para recibir el calor y el cariño de la que siempre será su afición.
El siguiente en despedirse fue Martín. Después de catorce temporadas en el club. Desde infantiles a Primera División. Otro referente, a su manera: el canterano más longevo en el primer equipo. Acababa contrato el 30 de junio y el Alavés no contó con él para el proyecto en Segunda. «Han esperado al último día para decirlo. Me hubiese gustado que la despedida hubiera sido más cálida», reconocía el vitoriano en una entrevista en ELCORREO. También le espera la insignia de oro, anunciada simultáneamente con la de Pacheco cuando el portero fichó por el Almería.
Al que seguramente sea el mejor guardameta en la historia del club, se lo llevaron por delante las circunstancias del mercado. Quería seguir en Primera, lógicamente, y terminó saliendo. Un guardián de leyenda que, como Laguardia, se despidió de Mendizorroza desde el banquillo tras el descenso. Al capitán también le ha zarandeado el mercado, pero lo suyo, el peculiar «compás de espera» anunciado por el club, ha sido un vodevil estival que no ha estado a la altura de su trayectoria en el Alavés. En las tres primeras jornadas ha portado el brazalete Luis Rioja, con ofertas de Primera.
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