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Iván Benito
Jueves, 27 de abril 2023, 00:18
Entre el poeta Félix Grande y Joaquín Sabina determinaron que no se debería volver jamás al lugar en el que se ha sido feliz. De los escenarios en los que se ha vivido una tragedia nadie se atreve a elaborar una sentencia con tanta contundencia. ... A algunos les sienta bien para dejar atrás el mal fario. Otros quedan atenazados por sus miedos. El azar, tan crudo y caprichoso, ha querido que a falta de cinco jornadas para el final de liga, el Alavés regrese al Ciutat de Valencia, al estadio en el que el año pasado certificó el final a seis años en Primera.
El amargo recuerdo de aquel 3-1 perdura en la retina de los alavesistas. Especialmente, para los casi 500 seguidores desplazados que madrugaron aquel infausto domingo 13 de mayo para llegar a la capital del Turia y presenciar un auténtico despropósito de segunda parte. El Levante, ya descendido, sacó literalmente del césped a los albiazules. Los regalos de la defensa y una disposición táctica inexplicable, una inmolación futbolística en toda regla, dieron paso a las lágrimas por la consumación de un descenso que venía de antes.
Casi doce meses después, el Alavés vuelve al estadio Ciutat de Valencia para medirse al Levante en plena lucha por regresar a Primera División. Se trata de una oportunidad favorable para acabar con cualquier pesadilla del pasado y hacer borrón y cuenta nueva ante un equipo en mala racha y asolado por los contratiempos físicos. Una victoria a domicilio ante un rival directo sería el primer golpe serio para salir del túnel de Segunda y más si se tiene en cuenta que la jornada se completará con un Granada-Eibar y la visita de Las Palmas a un Zaragoza enrachado.
La cita del estadio granota, por tanto, se presenta como la prueba del algodón albiazul. Aunque no está en el mismo estado de forma que en diciembre, cuando asaltó con autoridad Mendizorroza (0-2), ni cuando enlazó veinte jornadas sin perder, desde el 9 de octubre hasta el 4 de marzo, Calleja sigue disponiendo de la considerada por Luis García «mejor plantilla de la categoría».
El adversario es también un recién ascendido, con más presupuesto y muchos jugadores con contrato de Primera. Aunque ya sin Morales en sus filas, que acostumbraba a amargar los deseos babazorros. Tampoco el equipo albiazul es el mismo que entonces lideraba Joselu con sus goles, como el que abrió la lata en Valencia hace casi un año, y Pacheco con sus paradas, ahora angustiados en el Espanyol por la posibilidad de un segundo descenso consecutivo.
En el Ciutat de Valencia
3-1 Del pasado 13 de mayo de 2022 dejó al Alavés sin opciones matématicas de salvarse.
Más victorias que derrotas En los últimos 43 años, el Alavés suma cinco triunfos en el Ciutat de Valencia.
Triunfo en el ascenso del 98 Un tanto de Sandro en propia puerta (0-1) encarriló el ascenso del Alavés de Mané.
El Alavés abre la lata En las últimas diez visitas, los albiazules marcaron primero a excepción del 0-0 de 2003.
Aunque Rioja trata de erigirse como líder desde la banda izquierda, este Alavés es mucho más colectivo. Con menos individualidades y mucho más compromiso grupal. Características que históricamente han distinguido a un club vitoriano al que no se le daba mal el Ciutat de Valencia hasta la funesta temporada 2021-22. En los 41 años anteriores, solo una derrota en nueve partidos. El 2-1 de la campaña 2018-19, con Abelardo al frente, que a la siguiente vencería por 0-1 con gol de Aleix Vidal al contragolpe. También ganó De Biasi en 2017, 0-2 (Munir y Medrán), en su estreno en el banquillo y en el regreso a la que fuera su casa, mismo sentimiento que experimentará el sábado Luis García.
En Segunda, victorias en 2009 –descenso a Segunda B–, 1998 –año del ascenso a Primera– y 1997. Diez duelos en total en las últimas cuatro décadas con un denominador común. El Alavés se adelantó en el marcador en todos los partidos con goles (0-0 en 2003). Ahora tratará de volver a hacerlo y defender el resultado para dejar huella en la que fue su tumba
El Levante abrió ayer las puertas del Ciutat de Valencia para recibir el calor de su afición. La plantilla de Calleja se dio un baño de masas con el claro objetivo de paliar su endeble momento anímico, con solo una victoria en ocho partidos, y especialmente físico de la plantilla.
El técnico cuenta con cinco bajas de calado confirmadas. No podrá contar con el sancionado Jorge De Frutos, uno de sus jugadores más desequilibrantes, ni con los lesionados de larga duración Cárdenas, Vezo, Pablo Martínez y Campaña. Se trata del portero titular, el central de referencia y dos de los centrocampistas de postín.
Además, el exentrenador del Alavés trabaja con cuatro integrantes entre algodones, Brugué, Saracchi, Mustafi y Wesley. El primero estaba siendo uno de los mejores levantinistas hasta su lesión en el tendón proximal de isquiotibiales. El eléctrico extremo catalán lleva cuatro meses de baja y podría regresar el sábado. Wesley, delantero pretendido por el Alavés en verano, se retiró con molestias del último partido. Mustafi, campeón del mundo con Alemania en 2014, se reintegra paulatinamente con el grupo, mientras que Saracchi, el lateral izquierdo titular, es el que más complicado lo tiene.
A falta de efectivos, el Levante contará con el clamor de 26.000 aficionados en las gradas. El club anunció ayer que quedaban poco más de 500 entradas disponibles y hoy espera colgar el cartel de no hay billetes para una batalla crucial por el ascenso a Primera.
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