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Manu Barreiro (Santiago de Compostela, 36 años) se medirá por primera vez este sábado al Deportivo Alavés tras dos años y medio en el club vitoriano entre 2014 y 2016. Una etapa que recuerda con un «cariño especial», en la que el equipo logró el ... ascenso a Primera aunque él no consiguiese tener minutos en el curso siguiente en la máxima categoría. Ahora, con un Lugo que ha ganado sus dos últimos partidos, confía en asegurar otra trabajada permanencia. Al Alavés lo ve candidato al ascenso y percibe en él similitudes con el equipo que logró subir a Primera de la mano de Bordalás. Ese año, él contribuyó con cinco goles.
- ¿Le hace especial ilusión reencontrarse con el Alavés?
- Sí, siempre. Es un partido especial para mí. Es de los sitios en los que he estado más a gusto. Le guardo un cariño especial, tengo muchos amigos y gente en el club que aún está.
- Aunque jugadores de esa etapa no queda ninguno. El equipo ha cambiado mucho.
- Lógicamente ha evolucionado. En nombres, ya cuando subimos nos quedamos muy poquitos. Es lo lógico, van avanzando las temporadas, la gente va cumpliendo años y objetivos. Este mundo cambia un poco cada temporada. Pero veo que han crecido como club, como instalaciones. Ha ido a mejor. Hicieron las cosas muy bien y esperemos que puedan conseguir los objetivos que se marquen.
- Ascendió con Bordalás, pero al año siguiente no jugó y se marchó en invierno. ¿Se le quedó la espinita de no debutar en Primera?
- Cuando te ves capacitado, ves el día a día y te ves con posibilidades de aportar te fastidia un poco no haber entrado en el equipo. Creo que aporté desde dentro. Fue un año complicado para mí, pero me sirvió de aprendizaje. En diciembre decidí salir porque quería tener más protagonismo.
- ¿Qué recuerdos tiene de esos años?
- Muy positivos todos. La primera, sobre todo, fue muy buena en lo individual. Me costó al principio muchísimo porque venía de Segunda B y hacía tiempo que no jugaba en Segunda. Pero una vez que me encontré bien fue un año muy bueno, de crecimiento. El siguiente, con el ascenso, también fue bueno. Todo positivo. Mi familia y yo tenemos Vitoria muy marcado en el mapa, cuando podemos la visitamos.
- A Luis García no le gusta que digan que el Alavés es candidato claro al ascenso. ¿Usted cómo lo ve?
- Es normal que diga eso. Él pensará que se mete presión a ellos mismos, pero imagino que hacia dentro del vestuario seguro que les transmite que van a intentar ganar todos los partidos. Tienen una buena plantilla, un buen grupo. Para mí sí que van a estar arriba por entrenador y por equipo. Imagino que intentará quitarse la presión.
- ¿Cómo cree que se le puede hacer daño al Alavés?
- Es complicado. Es un equipo muy trabajador. Para ser un equipo de los de arriba va a ser difícil meterle goles. Me recuerda un poco al de nuestro año, a ese Alavés en el que trabajaba todo el mundo, que no tenía grandes estrellas pero iban todos a una. Creo que el entrenador quiere hacer un poco eso, ser fuertes desde el grupo y lo defensivo. Luego tiene muy buenos jugadores que pueden decidir.
- ¿Qué tipo de partido espera el sábado?
- Creo que cerrado. Va a ser muy igualado, muy táctico y de pequeños detalles y balón parado. Tenemos que estar vivos para que no nos hagan daño y utilizarlo para hacérselo. Es un equipo que defiende muy bien y te hace daño en transiciones. Un muy buen equipo para Segunda.
- «La Segunda división es muy perra», dijo usted cuando jugaba en el Alavés, en 2014. ¿Mantiene esa opinión?
- Muy fastidiada. Sobre el papel el Alavés tiene que estar arriba sí o sí, y no es abecé. No es como en Primera, que tienes cuatro o cinco partidos que es difícil que compitas. Aquí en cualquier campo puedes dejarte puntos, en cualquiera puedes ganar. Es muy igualada y larga.
- Este año la igualdad parece todavía más patente.
- Estamos empezando todos todavía e imagino que la gente que estaba en Primera parte con un poco más de ventaja por lo económico y la plantilla. Pero no por llamarte Granada, Levante o Alavés vas a venir a Lugo, ir a Andorra o Albacete y vas a ganar. Se está viendo que es muy complicado sacar puntos, sobre todo fuera de casa. A todos nos cuesta.
- El Anxo Carro tiene fama de estadio difícil para los rivales.
- Sí, es complicado. Yo de todas las veces que vine de visitante solo gané una. Siempre es un campo difícil, aunque depende de la época del año, porque entre que llueve y hace frío. Tampoco tiene muy buenas conexiones aéreas y estas cosas siempre son un inconveniente para el jugador. Ellos también saben que es difícil por cómo jugamos. Ahora como local sí que noto que la gente cuando viene está incómoda.
- El otro día ganaron con un gol en el descuento y llevan siete de los últimos nueve puntos. Llegan en plena forma.
- Sí, llegamos muy bien. Empezamos con un poco de dudas, sobre todo los dos primeros partidos. Nos pesó un poco ese inicio de Liga, aunque en Tenerife estuvimos mejor y sacamos un punto. Al Leganés en casa le ganamos sufriendo, como se gana en esta categoría. El último (contra el Zaragoza) fue el que mejor ganamos. Incluso metiendo en el 97, tuvimos muchísimas ocasiones. El equipo ha ido creciendo y estamos en una muy buena dinámica.
- El Lugo lleva once temporadas seguidas en Segunda, sin descensos. No es fácil tener esa continuidad. ¿Dónde está la clave?
- La fortaleza que tenemos nosotros es el vestuario. Esa humildad, normalidad dentro del mundo del fútbol... Creo que le damos una normalidad al día a día y a lo personal que es importante. Siempre ha habido un núcleo duro y estos últimos años nos hemos conseguido salvar por eso, por ser fuertes dentro e ir todos a una.
- ¿Qué objetivo se marcan esta temporada?
- Como todas. Todo lo que sea la salvación es un éxito para el club y la ciudad. Creo que es el objetivo que nos tenemos que marcar.
Hace unas semanas, el delantero gallego extendió su contrato con el Lugo por una temporada más. Se ve en un buen momento de forma y los datos así lo avalan. Ha disputado como titular los cuatro partidos de su equipo esa temporada y ha marcado un gol. Son 30 con el Lugo a lo largo de cuatro temporadas. Está a las puertas de convertirse en el máximo goleador del cuadro gallego en Segunda.
- A los 36 años se le ve en plena forma.
- Me siento bien. Hoy en día la edad se nota, sobre todo, en la recuperación de los entrenamientos y partidos. A lo mejor tardas un día más en hacerlo respecto a cuando eras más joven. Pero tal y como está todo en la actualidad en el deporte profesional, que los futbolistas nos cuidamos muchísimo más, comemos mejor... Me siento bien. También es verdad que me han respetado las lesiones durante toda mi carrera. Nunca he tenido ninguna grave. Y eso siempre se nota.
- No sé si eso de tener casi la edad del entrenador (Hernán Pérez, 40) ha generado alguna broma en el vestuario esta temporada.
- No, no, no. De momento no, aún me saca unos añitos. El año pasado estaba Rubén Albés -ahora técnico del Albacete y que tenía 36 años al comienzo de la temporada- y (Carlos) Pita o (Fernando) Seoane eran mayores que él. A mí me sacaba un año (ríe). Con él sí que hubo alguna broma, pero este año no. Me saca tres o cuatro años todavía, así que...
- Está a punto de convertirse en el máximo goleador de la historia del Lugo en Segunda. Es una figura venerada en el club. ¿El cariño es correspondido por su parte?
- Estoy muy cómodo. Con la ciudad, el club, la gente... Es un club muy familiar y humilde. Muy tranquilo. El día a día es muy bueno, la gente te respeta. Es un sitio ideal para prolongar mi carrera lo máximo posible. Esta es mi cuarta temporada aquí y muy contento.
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