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Alavés 0-1 Real Sociedad
Otra batalla desigual en exceso para el Alavés en un derbiNo ha ganado el Alavés a ninguno de los siete primeros clasificados y todo tiene su explicación. El cuadro de Luis García Plaza es capaz de competir ante cualquiera, como este domingo lo hizo frente a la Real Sociedad, pero necesita un cúmulo de circunstancias ... positivas para imponerse a rivales que, como los donostiarras, son simplemente superiores. Muy superiores si se quiere. La trayectoria liguera es clara al respecto y no cambió durante la tarde en Mendizorroza. Breves resquicios de ilusión alavesista, como el balón al palo de Luis Rioja antes del descanso, pero minutos y más minutos de control visitante y buenas ocasiones. En ese contexto, el de otra batalla desigual en exceso, casi siempre sale cruz. Quizás el único pero fuese que el único tanto llegó a balón parado, a la salida de un córner. Con petición de falta por parte de Blanco. Hubo un toque del codo de Pacheco con el centrocampista local y hasta obstaculización de Merino. Interpretable, claro. No hay nada, dijo el VAR.
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Mikel Uriarte
Quizás el mejor momento para el Alavés llegó a través de la apertura del cielo. Cuando una granizada descargó sobre Mendizorroza y paralizó en cierta forma el juego. Hasta entonces las gotas de talento visitantes parecían a punto de calar el entramado defensivo vitoriano. Oyazarbal las tuvo, incluido un gol anulado por fuera de juego, en un inicio muy intenso de la Real Sociedad. Agazapado el conjunto albiazul y apenas con opciones de contragolpe. Pocas veces se fueron los futbolistas vitorianos a una presión alta, conscientes de que se trataba de minimizar el poderío del equipo de Imanol por medio de juntar líneas y multiplicar las coberturas. Nada de permitir correr al adversario. Un punto de mira desviado, como en un disparo cruzado de Barrenetxea, permitía seguir vivos.
Luis García Plaza había repetido once inicial, lo que significa que Carlos Vicente se mantuvo en el puesto de extremo diestro. Poco más en una alineación que prácticamente no cambia desde hace muchas jornadas salvo por obligación. Duarte y Tenaglia son los comodines para las ausencias defensivas, Benavídez, este domingo uno de los pretendidos revulsivos, en el caso del centro del campo y Kike García en ataque. El Alavés funciona realmente con 14 o 15 jugadores de referencia. A tiempo, eso sí, llegó Guridi de superar sus problemas físicos y medirse a su exequipo, aunque apenas apareció. Ante un oponente con un muestrario de internacionales -Oyarzabal, Kubo, Merino o Zubimendi- que no necesitaba mayor presentación. Algo desorientado en la liga en una campaña con participación en la mejor competición continental, pero temible en cualquier caso. Incluso con bajas como las de Le Normand o Brais Méndez.
Deportivo Alavés
Sivera; Gorosabel, Rafa Marín, Abqar, Javi López; Guevara (Benavídez, min.66), Blanco, Guridi (Panichelli, min.66); Vicente (Giuliano, min.75), Rioja (Abde, min.75) y Samu (Kike García, min.75).
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Real Sociedad
Remiro; Traoré, Zubeldia, Pacheco, Galán; Zubimendi, Merino, Zakharian (Turrientes, min.83); Kubo (Becker, min.44), Oyarzabal (Silva, min.69) y Barrenetxea (Tierney, min.69).
Gol. 0-1: min. 59, Pacheco.
Árbitro. Hernández Maeso. Amonestó con cartulina amarilla a Guevara (min.62) y Abqar (min.87) y a los realistas Merino (min.80) y Pacheco (min.89).
Incidencias. 30ª jornada de LaLiga EA Sports disputada en Mendizorroza ante 18.572 espectadores, con todas las entradas vendidas. El Alavés cumplió su partido número 600 partidos en Primera División. Se rindió homenaje al equipo que debutó en 1930.
Merino, en realidad, ofreció un cursillo acelerado de todocampista. Exquisito con la zurda, fuerte en las disputas, con mucho oficio a la hora de utilizar el cuerpo -en el gol donostiarra para incordiar a Blanco- y también los tacos -que se lo digan a Gorosabel-. Incluso con facilidad de lengua para castigar con persistencia los oídos del colegiado. Lo suyo, aderezado con toques de calidad aquí y allá, la elegancia de Zubimendi, la presencia de Oyarzabal... Resultaba demasiado para un Alavés al que solo le daba para la resistencia. Otra vez sin apenas recursos ofensivos. De nuevo sin ganar balones áreos en ataque ante los solventes Pacheco y Zubeldia y prolongar al menos las jugadas.
Cada uno lo verá de una forma, pero no parece descabellado pensar que los siete puntos de ventaja que el Alavés mantiene sobre el descenso resultan, visto lo visto, un tesoro difícil de creer. Ese arreón de enero con diez de doce puntos puede valer una temporada. Pese a las eternas dificultades ofensivas de un ataque en horas bajas. Samu, que emergió en zona central de la campaña, sigue por debajo de la línea de flotación. Sin llevarse un balón a la boca. Sin ser capaz de forzar al menos las jugadas y dar cierto aire al equipo. De Guridi y Rioja tampoco hay muchas noticias desde hace semanas. Así que el cuadro vitoriano suma dos aciertos en los seis últimos partidos y con ello ha logrado un triunfo. Bendito tanto de Gorosabel ante el Rayo Vallecano.
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Iñigo Miñón
Solo aguantaba el Alavés tras el descanso y Sivera -'disfrazado' de Beristain por aquello del partido 600 en Primera- sacó el primer gran susto. Monumental mano a un cabezazo a bocajarro de Pacheco para evitar el gol. Otro córner, sin embargo, y 0-1. Rafa Marín había celebrado brazos en alto cortar el centro que acabó en ese saque de esquina. Basta la imagen para hacerse una idea de lo que estaba ocurriendo por Mendizorroza. Festejar acciones defensivas y esperar a que pasara el tiempo. No había para demasiado más.
Quedaba el riesgo obligado. La entrada de Benavídez y Panichelli, para jugar con dos delanteros. Más tarde la sustitución triple con la salida al césped de Abde, Kike García y Giuliano Simeone. Mover el árbol a ver si caía la fruta o al menos las hojas que nublaran a un adversario sólido. Apenas hubo sufrimiento para la Real Sociedad, más allá de una acción embarullada final en el área. El árbitro la cortó. Como antes había señalado varias faltas tardías. Casi todo lo discutible cayó del lado rival. Como el gol.
No hubo tiempo para mucho más y sí para constatar que tampoco ha sido precisamente una campaña de derbis. Un punto de 18 ante la Real Sociedad, Athletic y Osasuna. Una temporada, en cualquier caso, que se acerca a un final feliz cuando restan solo ocho jornadas. Nuevo paréntesis el próximo fin de semana y visita posterior a Granada para tratar de acercarse más a la permanencia. Los duelos directos han sido una de las bazas albiazules hasta ahora y el próximo apunta a determinante en el caso de victoria. Solo han llegado ocho en treinta partidos. Una más puede bastar.
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