Si nada se tuerce en las últimas once jornadas, Asier Garitano seguirá la próxima temporada en el banquillo del Deportivo Alavés. Así lo estipula su contrato si el equipo se mantiene en Primera: renovación automática en caso de permanencia. Así proyecta su futuro el club, ... que entiende que, más allá del pacto firmado, el entrenador se habrá ganado la oportunidad de la continuidad. Nada es seguro en el mundo del fútbol. Que se lo pregunten a Bordalás, que también tenía una cláusula de ampliación en caso de ascenso y tuvo que continuar su carrera lejos de Mendizorroza tras devolver al conjunto albiazul a la elite. Y las sensaciones son volátiles en torno al balón. Pero la idea de la directiva y de la dirección deportiva es dar estabilidad a un proyecto que comenzó dubitativo y se estaba asentando cuando el coronavirus echó el freno a la Liga.
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La del entrenador también. Está encantado en Vitoria. «El contrato lo tengo así y estoy contento. Valoro mucho tener trabajo y estar en Primera es la leche. Estoy en un sitio donde se está francamente bien, pero no pienso a día de hoy. Estoy centrado en intentar conseguir el objetivo y luego haremos una valoración de lo que ha pasado esta temporada. Si estamos de acuerdo seguiremos y si no será otra historia», dijo tras el retorno del equipo a los entrenamientos.
Dos partes condenadas a entenderse en un escenario futuro condicionado por unas reglas mercantiles nuevas, modificadas por la pandemia. Una situación que invita a la continuidad, a la raigambre, al aprovechamiento de los recursos propios y al conocimiento del medio. Forjado a fuego lento en las categorías inferiores del fútbol español –Alicante, Castellón, Orihuela y Alcoyano–, Garitano se ganó el derecho a entrenar en Primera tras ascender al Leganés de la categoría de bronce a la de oro en tres años y recaló en Mendizorroza tras un salto frustrado en la Real Sociedad, donde únicamente duró 17 partidos.
También le costó arrancar en Vitoria, donde su cabeza llegó a pender de un hilo en la jornada 6, tras la mala imagen ofrecida por el equipo en los derbis de San Mamés y Anoeta. Avanzó a trompicones en una trayectoria marcada por la irregularidad, la debilidad inicial a domicilio, la mancha copera y la intermitencia de un equipo que ganó en prestancia tras el mercado de invierno. Más asentado, el parón pilló al conjunto albiazul en su mejor momento de la temporada, con la identidad más marcada y más variables en la libreta de un entrenador muy táctico.
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En las 27 jornadas disputadas (8 victorias. 8 empates y 11 derrotas), Asier Garitano ha firmado un promedio de 1,19 puntos por partido, peor que el de sus predecesores en el banquillo alavesista –Abelardo (1,44) y Pellegrino (1,45)–, pero suficiente para, con ese ritmo, sellar de manera holgada la permanencia, que es siempre el objetivo del Alavés en Primera División. A falta de once partidos, en un marco completamente diferente por las circunstancias, el conjunto albiazul tiene siete puntos de ventaja sobre los puestos de descenso.
Si se confirma su continuidad, el guipuzcoano se convertiría en el cuarto entrenador de la historia del Alavés que dirige al equipo en Primera más de una temporada, tras Mané a principios de siglo (5), Abelardo recientemente (2) y Echezarreta en la década de los 50 (2). En total han sido quince los técnicos que han dirigido a los albiazules en la máxima categoría, siendo el de Balmaseda el más longevo (183 partidos) y Javi Cabello (2), que sigue en el cuerpo técnico, el más efímero, cuando lo hizo de modo interino entre Zubeldía y De Biasi.
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