El Alavés se queja de los arbitrajes
Perjudicado ·
El club albiazul trasladará su creciente malestar a los estamentos futbolísticos pertinentes tras recurrir la injusta expulsión de Antonio Blanco ante OsasunaPerjudicado ·
El club albiazul trasladará su creciente malestar a los estamentos futbolísticos pertinentes tras recurrir la injusta expulsión de Antonio Blanco ante OsasunaAl Deportivo Alavés se le pueden reprochar algunas cosas. Como la falta de puntería que ya le penalizó en Vigo y le impidió plasmar en el marcador su superioridad en la primera parte ante Osasuna. El propio Luis García Plaza lo reconoce. Pero hay una ... cosa que está muy clara: el equipo no está teniendo suerte con los arbitrajes, que le están penalizando de manera recurrente. No ha sido una vez ni dos ni tres. Cuatro en ocho jornadas. La mitad de los partidos.
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En todas las polémicas la moneda ha salido cruz. Y el malestar –enfado– en Mendizorroza es patente. En la grada, en el vestuario y en los despachos. El club no se va a quedar de brazos cruzados: presentó un recurso por la expulsión de Antonio Blanco ante Osasuna. Ni callado: trasladará también de manera privada su indignación a los estamentos futbolísticos correspondientes.
La última controversia ha sido esa injusta expulsión del centrocampista cordobés frente al conjunto navarro nada más empezar la segunda parte que minimizó las opciones vitorianas de remontada. El Alavés recurre la tarjeta roja directa. «Por derribar a un adversario evitando con ello una ocasión manifiesta de gol», según el acta redactada por Figueroa Vázquez. Aunque las imágenes dejan claro que a Arnaiz se le había ido largo el control –el balón está ya casi en manos de Sivera en el momento del encontronazo–, por lo que ya no hay ocasión manifiesta y ponen en seria duda incluso la existencia de la infracción.
Hasta el entrenador rojillo, Jagoba Arrasate, admitió que la expulsión era dudosa. «Es verdad que es el último defensor, pero el control se le va, por lo tanto no es ocasión manifiesta de gol. Esa es la duda y me gustaría que nos dijesen si es una cosa u otra», dijo el vizcaíno, consciente de que fue una «acción determinante en el partido». Un gesto tan honroso como elocuente.
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«Una vez revisadas las imágenes, se considera procedente recurrir la expulsión del jugador albiazul en una jugada que marcó el partido», argumenta el Alavés, que remitirá las «alegaciones pertinentes al Comité de Competición» y queda «a la espera de la resolución del órgano disciplinario». En este punto cabe recordar que para que el recurso prospere las imágenes deben contradecir claramente lo que dice el acta. Además, retirar la tarjeta supondría admitir un error grave –del árbitro primero y del VAR después– que perjudica claramente a un equipo.
Pero esta jugada solo ha sido la gota que ha colmado el vaso del hastío. El reflejo público del sentir privado en el seno de la entidad albiazul, que paralelamente elevará una queja a los estamentos pertinentes para dejar clara constancia del malestar creciente en el club y su afición por los arbitrajes recibidos en las primeras jornadas de Liga. No es habitual que en apenas ocho partidos la mitad hayan estado claramente condicionados por decisiones controvertidas. Cuatro en las últimas seis jornadas.
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Desde el claro codazo a Guridi dentro del área en el descuento del partido de Getafe que el VAR no quiso ni revisar cuando pocos minutos antes había señalado penalti en una acción similar en la portería contraria. «O los dos o ninguno», lamentó entonces Luis García Plaza. O la pena máxima sufrida en Vallecas en una acción en la que Sola golpea al suelo y apenas roza al rival. Uno de esos 'penaltitos' difíciles de explicar que se pueden entender en el campo pero no en la sala del videoarbitraje, donde Jaime Latre optó por mirar para otro lado.
Es uno de los principales motivos de queja del Alavés, el uso del VAR. Porque en directo también puede ser comprensible lo que pasó en la última acción del partido de Balaídos, cuando Tapia arrolló a Luis Rioja dentro del área, pero es difícil de aceptar que el videoarbitraje no corrija la decisión inicial del colegiado. Porque el extremo sevillano ya había soltado el balón y la jugada transcurría en otra zona cuando el jugador celeste se lo lleva por delante, pero el VAR está precisamente –se supone– para enmendar esos fallos. Penalti tonto, pero penalti claro, al fin y al cabo.
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Y, finalmente, la expulsión de Blanco, que mediatizó por completo el derbi ante Osasuna. Quizás no habría llegado la remontada, nunca se sabrá por arte y gracia del VAR. Porque «en el campo me ha parecido roja, pero por la televisión no lo es, creo que ni siquiera es falta», dijo Luis García. La polémica, en cualquier caso, volvió a complicar el intento albiazul. Y y van unas cuantas.
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