Producción escasa y un punto de sabor incierto

El Alavés había salido bien, serio, concentrado. Minimizando el impacto ofensivo de un Albacete habitualmente alegre en ataque. El partido, de hecho, transcurría sin oportunidades en ninguna de las dos porterías hasta que la primera equivocación, una mala transición defensiva, condenó a los de Luis García. Escriche cogió la espalda muy fácil al descolocado Javi López y sirvió el gol en bandeja a Maikel Mesa, que, aprovechando su posición al límite del fuera de juego entre los dos centrales, no tuvo más que empujar el balón a la red. No fue un error tan grave como los de Antonio Blanco ante el Levante o Abqar ante el Granada, pero sí otra concesión importante en un duelo de mucho respeto inicial.

Al Alavés le está costando carburar lejos de Mendizorroza. Sólo una victoria en los seis últimos desplazamientos –en Huesca–, aderezados con tres derrotas –Villarreal B, Ponferradina y Levante– y dos empates –Sporting y Albacete–. Y, lo peor, muy poca producción ofensiva. Sin cobertura en el área rival hasta el descanso, el primer disparo a portería –primer acercamiento con peligro real– fue el de Abde en el minuto 57. Después, en el arreón final, al margen del embarullado gol en propia puerta de Higinio, la tuvieron Villalibre (m. 82) y Luis Rioja, ya en el descuento.

La primera parte, sin noticias del Alavés en el área rival, demandaba la intervención de Luis García Plaza. Tenía que arriesgar el técnico albiazul en la segunda mitad, porque el conjunto babazorro no había generado prácticamente nada en ataque. Pero la reanudación ofreció un equipo con muchas dudas, descolocado y superado. Costó reaccionar. En el campo y en el banquillo. Los cambios llegaron en el minuto 56. Salva Sevilla y Abde a escena, por un intrascendente Toni Moya y Jason. Y al argelino, enchufado y con ganas, le bastó un minuto y medio en el campo para hacer el primer disparo a portería del Alavés. No es que cambiara demasiado el escenario, pero el cuadro vitoriano, al menos, ganó presencia en el campo rival y pudo empatar en ese insuficiente arreón final.

Mediada la segunda mitad, una embarullada jugada en el área del Albacete acabó con el balón impactando en el brazo de un defensor rival. López Toca parecía tenerlo claro cuando se acercó con el brazo en dirección al punto de penalti, pero cambió el gesto cuando llegó al lugar de los hechos, alzando el brazo para señalar fuera de juego. Fue una acción confusa que, tras la revisión del VAR, salió cruz para los intereses albiazules. Porque la mano era clara, pero el colegiado terminó pitando una posición antirreglamentaria de Tenaglia, que no influía demasiado en el desenlace, en una ju

El resultado es que el Deportivo Alavés volvió a quedarse a medias ante un rival directo. En los enfrentamientos entre los seis primeros clasificados sólo ha ganado uno, ante un Eibar con diez, con tres derrotas –dos con el Levante y Granada fuera–, y cuatro empates –dos ante el Albacete y Granada y Las Palmas en casa–. Y en esta triada de partidos seguidos únicamente ha sido superior en el tramo final contra el conjunto nazarí, cuando éste se quedó en inferioridad numérica. ¿A qué sabe el punto agónico conseguido en el Carlos Belmonte? Sabor incierto. Permite al equipo vitoriano mantenerse en la carrera por el ascenso, aunque sea a duras penas, pero las opciones se diluyen después de sumar dos puntos de los últimos nueve en juego.