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Cinco días, de lunes a viernes, le han bastado al Alavés para cambiar de perspectiva y ofrecer esperanza después de un primer tercio de campeonato salpicado de problemas y maldiciones. Si en Girona la escuadra albiazul se alió con las inexcrutables leyes del ... fútbol para sellar una remontada de película en los 22 minutos finales, ayer firmó un convincente y plácido reenganche a la pelea por la permanencia. Sólido, compacto y solo falto de gol en la segunda mitad para rubricar un marcador abultado, el equipo de Abelardo barrió del césped al objeto inanimado que pareció Las Palmas, sin alma ni juego a su paso por Mendizorroza.
En el único momento delicado, cuando Duarte perdió la concentración para colocar una patada de ‘kick boxing’ en el costado de Oussama, Medié Jiménez tendió la mano que otros colegiados han escondido esta temporada para castigar a los albiazules. Llegó, en cualquier caso con toda justicia, un segundo triunfo consecutivo que sitúa a los vitorianos en otra dimensión. Con la certeza de que los resultados pueden llegar, el equipo crece en confianza para mostrar algunas de sus cualidades y la salvación deja de ser un punto lejano en el horizonte para convertirse en una línea visible. Sin olvidar, eso sí, que los seis puntos consecutivos solo han servido para mitigar una situación límite: el terremoto que hace apenas dos semanas amenazaba con convertir a los alavesistas en el epicentro de un hundimiento con media temporada aún por disputar.
Alavés
Pacheco; Martín, Alexis, Maripán, Duarte; Ibai Gómez, Pina (Torres, min. 68), Manu García, Pedraza; Burgui (Medrán, min. 76) y Munir (Santos, min. 81).
2
-
0
Las Palmas
Lizoain; Míchel Macedo, Lemos, Ximo, Dani Castellano; Javi Castellano, Vicente Gómez (Hernán Santana, min 77); Oussama (Hernán Toledo, min.67), Jonathan Viera, Rémy; y Calleri.
goles. 1-0, m. 23: Ibai Gómez. 2-0, m. 55: Munir.
árbitro. David Medié Jiménez (Colegio Catalán). Amonestó a los locales Pina (min. 57) y Munir (69).
incidencias. Partido correspondiente a la decimoquinta jornada de LaLiga Santander disputado en el estadio de Mendizorroza ante 18.567 espectadores.
Se trata de un juego colectivo y al Alavés le ha faltado casi siempre lo que ayer ofreció. Un juego sin fisuras, más allá de que cualquier rival pueda superar en alguna ocasión sus líneas y marcar en una acción de calidad. En definitiva, evitar errores groseros y tirar de intensidad, energía y juego para buscar el éxito. Gratificante y también sello de entrenador resultó observar de inicio a un conjunto albiazul en campo contrario. Más aún, casi emotivo después de lo vivido en otros partidos, acabar el partido, ya con 2-0, casi en las mismas condiciones, con una presión adelantada y evitando que el adversario ganara metros sin oposición.
La segunda alineación de Abelardo resultó en parte continuista, al repetir línea defensiva casi por obligación por la baja de Ely, pero también llegó con modificaciones de calado. La primera, eliminar a Medrán del once y apostar por un doble pivote de músculo formado por Pina y Manu García. También optar por la inclusión en el once inicial de Burgui y Pedraza, ambos importantes en la reacción del equipo en Girona. Las decisiones del técnico alavesista borraron de la formación inicial a Wakaso y Bojan. Casi todo funcionó ayer desde el equilibrio en todas las líneas, que permitió mantener el control prácticamente de principio a fin. Las Palmas, como le ha sucedido al Alavés en otras ocasiones, deberá analizar también cuál fue su escuálida respuesta ante un partido de gran trascendencia.
El Alavés, después de mucho tiempo, iniciaba un partido de forma compacta, sin fallos que minasen su confianza y con determinación para ganar los balones divididos. Ante un adversario abrumado por las circunstancias y cuyo juego de toque solo aparecía en zonas intrascendentes del césped. El centro del campo era alavesista con el despliegue de Pina y Manu García, y la defensa se mostraba también atenta para controlar los balones largos del rival y volver a la carga con insistencia. Hasta que Ibai, sobresaliente durante todo el choque, acabó por acertar en un rechace tras el disparo de Pedraza. Los dos, junto a Munir y Burgui, este sobre todo tras el descanso, consiguieron dar revoluciones al ataque. Ocho goles en los tres últimos partidos oficiales confirman que existen opciones ofensivas.
Las Palmas, desconectada casi por completo, ni siquiera amenazaba. Sin noticias del trío Remy, Viera, Calleri, ni de los laterales Míchel y Dani Castellano. Absorbidos por la intensidad alavesista, cuyos decibelios dejaban sordo al conjunto amarillo. Nunca ha destacado el equipo canario por su capacidad de pelea en noches ásperas y ayer lo pagó con un bofetón que pudo ser mucho mayor. Porque Munir, en una acción de nueve puro, se había adelantado a Lemos para firmar el segundo poco después del descanso. Aún así, más tras el reciente 2-3 de Girona, el Alavés tuvo el coraje para seguir con la mirada al frente. Torres insufló el aire que ya le falta a Pina y Medrán cierta pausa. Las Palmas, la misma incapacidad. Así que se encadenaron ocasiones que Maripán, Munir y Santos no aprovecharon para plasmar una superioridad aplastante.
No llegarán muchos adversarios de esta docilidad a Mendizorroza, pero se trataba de ganar y dar pasos adelante como equipo. En ambas facetas cumplió el Alavés en el estreno en Vitoria de Abelardo, que en el banquillo albiazul cuenta los partidos por victorias. Que no pare.
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