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«Habrá cambios». Luis García Plaza fue muy claro nada más conseguir el ascenso. El Deportivo Alavés 2023-24 será muy diferente al que ha subido. Tiene que serlo, asume el entrenador, consciente de que el club albiazul tiene que «fichar calidad». El reto es ... encontrar esos jugadores diferenciales que propinen al plantel vitoriano ese salto que le permita competir en Primera División, sin perder la esencia del bloque que le ha dado el éxito. Esa es la misión que afrontan el técnico madrileño y Sergio Fenández, que ya afrontó una renovación profunda tras el ascenso de 2016, en su primer año al frente de la dirección deportiva de la entidad de Mendizorroza.
Entonces no siguió ni el entrenador. José Bordalás tenía un año más de contrato por el ascenso, pero el club no quería mantener el vínculo y apostó por Pellegrino. Por eso planeó aquel fantasma sobre la cabeza de Luis García, pero el Alavés se encargó de disiparla rápidamente, entregando las llaves del proyecto en Primera al madrileño. Aquel año sólo siguieron siete de los jugadores que habían conseguido el ascenso: Fernando Pacheco, Víctor Laguardia, Manu García, Kiko Femenía, Toquero, Raúl García y Manu Barreiro, aunque el delantero gallego no llegaría a debutar en la máxima categoría –sólo fue convocado un partido– y fue cedido al Nástic de Tarragona en enero. Los cinco primeros, eso sí, siguieron siendo claves en el equipo que, recién ascendido, llegó a la final de Copa.
7 jugadores
Siguieron del ascenso de 2016: Pacheco, Laguardia, Manu García, Kiko Femenía, Toquero, Raúl García y Manu Barreiro (no llegó a jugar en Primera).
14 jugadores
Siguieron del ascenso de 2005: Bonano, Edu Alonso, Coromina, Téllez, Sarriegi, Nené, De Lucas, Carpintero, Astudillo, Rubén Navarro, Bodipo, Carreras, Ardouin y Thiaw.
10 jugadores
Siguieron del ascenso de 1998: Karmona, Téllez, Berruet, Desio, Pablo, Azkoitia, Alfonso, Sívori, Tito e Ibon Begoña.
Sergio Fernández, recién llegado de la secretaría técnica del Eibar para relevar a Javier Zubillaga, contó catorce bajas: Pau Torres, Carpio, Pelegrín, Sergio Mora, Juli, Dani Pacheco, Guichón, Estrada, Beobide, Bernardello, Aritz Borda, Dani Abalo, David Torres e Iñaki Sáenz. La mayor revolución después de un ascenso en la era moderna del club babazorro, que tras el de 1998 mantuvo al entrenador (Mané) y diez jugadores (Karmona, Téllez, Berruet, Desio, Pablo, Azkoitia, Alfonso, Sívori, Tito e Ibon Begoña) y en 2005, con Piterman y Cos, se quedó con catorce (Bonano, Edu Alonso, Coromina, Téllez, Sarriegi, Nené, De Lucas, Carpintero, Astudillo, Rubén Navarro, Bodipo, Carreras, Ardouin y Thiaw).
Actualmente el Alavés tiene 18 jugadores con contrato (Sivera, Owono, Sedlar, Abqar, Laguardia, Lejeune, Maras, Javi López, Benavídez, Guridi, Balboa, Alkain, Jason, Rioja, Abde, Sylla, Miguel Panichelli y Taichi Hara), aunque, obviamente, no van a seguir todos. «Con algunos tenemos que ser sinceros cuando nos sentemos, es la parte negativa cuando en un grupo creas estos vínculos personales. Alguno, por desgracia, le tendremos que decir que no contamos con él», reconoció Luis García.
Además, el club trabaja en la continuidad de Tenaglia y Antonio Blanco, que acaban cesión. También Villalibre, un anhelo complicado. Además, pretende que siga Duarte, que finaliza contrato, pero el lateral cuenta con una oferta del Almería. «Habrá gente a la que queramos renovar y a lo mejor ya están firmados en otro equipo», dijo el técnico.
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