Carlos Vicente, el albiazul más deseado

La entidad vitoriana apuesta por retener al atacante aragonés, al menos, hasta el final de temporada. Su desempeño durante la primera vuelta en un equipo con un tono general discreto no ha pasado desapercibido entre potenciales compradores. El Celta lo tuvo en su agenda al principio del mercado, sobre todo si lograba un notable impulso económico tras la ya fallida venta de Mingueza, y en las últimas horas medios neerlandeses recogen el interés del Ajax por él.

En cualquiera de los casos, la postura de la directiva babazorra es la misma: el jugador no está a la venta y solo saldrá por la cláusula de rescisión, que ronda los veinte millones de euros, o una cantidad cercana. Solo en ese caso el club se resignaría a dejar marchar a un futbolista determinante con su aportación en una banda derecha de la que se ha adueñado desde el inicio del curso.

Una venta en el tramo final del mercado tendría, además, una consecuencia directa negativa para la dirección deportiva encabezada por Sergio Fernández. El Alavés se vería sin apenas tiempo para encontrar un relevo en una parcela ya de por muy escasa de efectivos y para reforzar otras posiciones. La bajas de Romero, Abde y Stoichkov han reducido a la mitad el abanico de recursos con el que cuenta el Chacho Coudet. Ahora solo le queda un extremo por la derecha, dos por la izquierda y ninguna alternativa de perfil más ofensivo para la mediapunta.

Un abanico muy comprimido, como evidenció el partido contra el Celta del lunes. Ahí Coudet apenas realizó tres de los cinco cambios posibles y contó con hasta seis jugadores defensivos -dos porteros y cuatro centrales- entre los posibles relevos. El club busca perfiles en el mercado para paliar esa escasez, aunque ni la oferta de jugadores disponibles ni las limitaciones económicas a la hora de cometer esas operaciones facilitan la tarea.

Una venta multimillonaria de Carlos Vicente lo facilitaría, pero a costa de dejar al Alavés sin su extremo más desequilibrante. El aragonés ha vuelto al nivel que ya mostró al inicio de curso y se ha erigido junto a Kike García en la gran referencia ofensiva del equipo. Todo, un año después de que el Alavés lo fichase por menos de un millón de euros en una operación que ha multiplicado su valor.