Alavés 1-1 Mallorca
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Alavés 1-1 Mallorca
Un disgusto con maticesSe jugó casi siempre a lo que quiso el Mallorca y el Alavés rozó la victoria. Cosas tan paradójicas son el pan de cada día del fútbol aunque ya se sabe que los resultados solo se hornean con goles. El de Benavídez a un ... cuarto de hora del final tras un córner parecía bastar para decidir un choque áspero y lleno de bostezos, pero el defensa Nastasic igualó a tres minutos del final. El sudor frío llegaría casi de inmediato con el tanto anulado a Larín. Cuando Luis García Plaza se refugió en una defensa de tres centrales con la entrada de Duarte, la escuadra balear empató y casi gana. Cuando el conjunto de Aguirre desbordó en la primera parte a los albiazules y encadenó ocasiones, el marcador no se movió. ¡Como para explicar de forma racional lo que sucede sobre el césped!
Alavés
Sivera; Gorosabel (Tenaglia, min. 85), Rafa Marín, Abqar, Javi López; Guevara, Antonio Blanco (Benavidez, min. 72), Guridi; Sola (Carlos Vicente, min. 60), Rioja (Duarte, min. 85), Omorodion (Kike García, min. 72).
1
-
1
Mallorca
Rajkovic; Nacho Vidal (Gio González, min. 60), Valjent, Nastasic, Copete (Dani Rodríguez, min. 84), Toni Lato; Radonjic (Larin, min. 60), Omar Mascarell (Llabrés, min. 84), Morlanes, Darder (Samu Costa, min. 90); Muriqi.
Goles 1 - 0: min. 76, Benavidez. 1 - 1: min. 88, Nastasic.
Árbitro García Verdura (Colegio catalán). Expulso al entrenador local Luis García Plaza (min.89). Amonestó con cartulina amarilla al visitante Nacho Vidal.
Incidencias 16.102 espectadores en Mendizorroza.
Claro fue que el conjunto visitante marcó el ritmo del choque. El mejor Alavés es frenesí de transiciones ofensivas veloces apoyadas en recuperaciones de balón cerca del campo contrario. De eso no se vio ni un ápice en Mendizorroza. El Mallorca, ordenado para ocupar los espacios con tres centrales, y líneas muy juntas, defendió su área con paciencia. Cedió en muchas ocasiones el balón, evitó pérdidas peligrosas y obligó a los albiazules a amasar cada jugada. En esas circunstancias, más o menos las mismas que aplican los alavesistas a sus rivales en los desplazamientos, suele imperar la espesura.
Sin noticias en ataque en la primera mitad y, además, dificultades para frenar a un adversario rocoso y punzante. A Radonjic lo secó un otra vez inspirado Sivera al tapar una vaselina y desviar el balón al larguero. A Muriqi le detuvieron unos centímetros en un cabezazo cruzado. El Mallorca ganaba segundas jugadas en el centro del campo, Morlanes ofrecía un cursillo de técnica individual y sufrían los vitorianos. Aliviados con el empate inicial en el descanso. Desajustados hasta entonces a la hora de controlar a una zona ancha rival muy versátil. Sin respuestas individuales tampoco. Javi López era el que aportaba más claridad cerca del área rival. Signo inequívoco de los problemas generales. Sin noticias de un Sola que perdió las burbujas de partidos anteriores, con un Samu encadenado entre centrales y un Rioja también discreto.
Luis García Plaza había recuperado a Javi López como única variación en el once respecto al duelo ante el Betis. Para alinear frente al Mallorca al once que puede considerarse a estas alturas titular. Tal vez con el comodín Duarte y Carlos Vicente, ambos entrarían después al campo, como únicos aspirantes a romper esta alineación si no se producen bajas. Todo ello frente a un Mallorca donde Javier Aguirre tiró de rotaciones y dejó de entrada en el banquillo a futbolistas importantes ante la semifinal copera del próximo martes. Pese a todo el conjunto balear demostró su condición de equipo incómodo, con fondo de armario y filo. Con ese dúo Muriqi-Larín que acabaría por provocar pánico en cada centro al área pese a la entereza de la pareja Rafa Marín-Abqar. Muchas cosas bien ha hecho este Alavés para sumar a estas alturas cinco puntos más que un adversario así.
No hubo esta vez apariciones estelares por parte albiazul. El gol llegó casi de la única manera que parecía viable. A balón parado. Tras un amago de salida del meta Rajkovic que castigó Benavídez con un remate cercano. El Alavés había conseguido equilibrar el choque tras el descanso. Eso sí, entre el gris y el negro discurrió prácticamente todo el partido, lejos de cualquier color del arcoiris en forma de espectáculo. El cuadro vitoriano, que en muchos partidos en Mendizorroza ha cumplido con la exigencia de ofrecer atracción futbolística a su público, se quedó este sábado lejos del objetivo. Ni tuvo su día ni se lo permitió el oponente. Hay adversarios que conceden metros a cambio de buscar el juego combinativo y otros, como el Mallorca, o el Cádiz o el propio Alavés, que viven de aplicar los grilletes al oponente.
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Jon Aroca
Un cuadro albiazul que había incluido a Carlos Vicente y Benavídez como recambios y más tarde recurriría a Tenaglia, Kike García y Duarte. Acabó Guridi de interior diestro. Casi siempre le toca parchear. Hay quien se maneja en el fútbol con talla única y al de Azpeitia le toca ponerse la S, la M, la L y la XL si hace falta. Pero acabó el Mallorca por marcar un empate que, realmente, pudo merecer. Muriqi y Larín cargaron el área con kilos de potencia y centímetros. Sus compañeros les buscaron con insistencia hasta encontrar la dejada y el rebote que igualó el duelo. Disgusto cuando casi se saboreaba el triunfo en Mendizorroza, aunque con matices. Otro puntito para un Alavés que solo ha sumado tres de los últimos doce en juego sin victorias, pero que antes cimentó su escapada con aquel triplete de triunfos (Sevilla, Cádiz y Almería) que puso los pilares de la permanencia. Nada será sencillo, aunque éste Alavés de gladiadores merece una salvación holgada.
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