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A base de insistencia, de mucha insistencia, el Alavés consiguió ayer respirar en el final de 2017 al facturar un triunfo determinante que corona su espectacular mes de diciembre. Nueve puntos en cuatro partidos con Abelardo en el banquillo. No resultó un choque brillante el ... de Mendizorroza, pero sí suficiente en líneas generales para demostrar la superioridad sobre un frágil Málaga en el aspecto defensivo. Sin demasiado fútbol ni precisión por parte albiazul, aunque con una acumulación de oportunidades muy claras que rara vez se escapan.
Hasta cuatro de grandes proporciones había desperdiciado un entonces desolado Munir cuando por fin embocó la más complicada. Cuando se trata de delanteros, así funcionan las cosas. Sin demasiada explicación. Hubo todavía que sufrir y mucho por el resultado hasta el final para mantener el gran botín: salir de forma provisional del descenso y creer ahora por derecho propio en la permanencia.
Alavés
Pacheco; Martín, Alexis, Maripán, Duarte; Manu García, Pina; Ibai, Burgui (Bojan, min. 76), Pedraza (Wakaso, min. 87); y Munir (Santos, min. 83).
1
-
0
Málaga
Roberto; Luis Hernández, Baysse, I. Miquel, Diego González (Ricca, min. 55); Ontiveros, Recio, Kuzmanovic (Mula, min. 76), 'Chory' Castro; D. Rolán y Peñaranda (Borja Bastón, min. 65).
GOL 1-0, M. 60: Munir.
Árbitro Álvarez Izquierdo (Colegio Catalán). Amonestó con tarjeta amarilla a los locales Manu García (min. 20), Duarte (min. 27) y Burgui (min. 57) y a los visitantes Ontiveros (min. 27), Luis Hernández (min. 27), Miquel (min. 55) y Recio (min. 70)
Incidencias Partido correspondiente a la decimoséptima jornada de LaLiga Santander disputado en el estadio de Mendizorroza ante 18.733 espectadores.
Abelardo había repetido once por tercera vez consecutiva. Los futbolistas de su confianza ante un Málaga donde Míchel no solo relevó por obligación a los sancionados Rosales y Adrián, sino que también incluyó a Ontiveros y Rolan en ataque para buscar la reacción a través de las novedades. Las dos escuadras que desde los primeros momentos lucharon por adelantar las líneas defensivas y presentar la batalla en pocos metros del campo. Al conjunto albiazul le costó unos minutos adaptarse, por momentos con menos recuperación de la esperada en campo contrario, pero acabó por hallar las rendijas, que no el acierto.
Ante un adversario que sufría en la parte central de la defensa, Munir derrochó dos ocasiones muy claras. La primera, algo escorado, tras un buen envío de Pina. La segunda, después de una peinada de Burgui, con todo a su favor. En las dos ocasiones sus disparos centrados toparon con las piernas y el cuerpo de Roberto. Indulgencia albiazul en unos minutos donde se cargaba el juego por la izquierda, buscando la velocidad y el primer toque para superar a un rival con dificultades en la tarea de achicar espacios.
Un Málaga, sin embargo, que se movía con pulcritud en el resto de zonas del campo y, a través de futbolistas más veloces que corpulentos, trataba de abrir huecos con balones largos sobre las bandas. Al Alavés le daba para sostenerse sin demasiados sobresaltos, aunque le costaba manejar el juego. Se trataba de chispazos, como un buen centro del canterano al que no llegó Munir y alguna otra opción. Pero sin demasiada precisión en unas combinaciones donde apenas aparecía Pedraza, en otras ocasiones un arma desequilibrante. Se centraban Burgui e Ibai para tratar de encontrar el pase entre líneas, aunque el duelo resultaba bastante discreto. El rival amenazaba, sobre todo con la movilidad de Ontiveros y Rolan, aunque sin prácticamente remate. El equipo visitante siguió sin él hasta el final.
El Alavés había dado un paso adelante tras el descanso. Consiguió aumentar la posesión del balón y trabajó con ahínco por forzar todo tipo de situaciones en ataque. En una de las mejores acciones del partido apareció entonces Pedraza para hacer trizas la zaga rival. Su disparo lo rechazó Roberto y Munir, sin oposición y a tres metros de la portería, tropezó esta vez con el larguero. El ariete albiazul ya no daba crédito a lo que sucedía cuando erró una más. En esta ocasión tras un despeje largo de Duarte que le permitió dejar en evidencia por velocidad a la defensa malaguista. Pero con el portero a media salida, su vaselina se fue cruzada junto al palo.
Cuando ya Munir parecía perseguido por la fatalidad, apareció su gol con un toque sutil. Otra acción en la que el Málaga perdió las marcas. Quedó atrás la indulgencia, aunque al Alavés le costó gestionar entonces el partido. Demasiada trascendencia de los puntos para que llegase la liberación a las piernas. Si ante Las Palmas no hubo miedo, ayer sí apareció. Abelardo lo intentó con la entrada de Bojan, pero el cuadro vitoriano apenas conectó ya con el balón de forma continuada y se limitó a trabar el choque y confiar en la nula pegada de un Málaga inocente. Ni la entrada de Bastón le sirvió para conectar un buen remate, aunque el balón merodeaba el área con insistencia, sobre todo en faltas y córners.
El Alavés tiró de orden y coraje, en una fase donde se hizo patente la presencia del capitán Manu García, que incluso al límite de sus fuerzas es capaz de mantener el oficio y apagar fuegos por diferentes zonas del campo. Porque tampoco con Santos en el campo hubo forma de sacar algo en ataque y rebajar las pulsaciones en los corazones albiazules. Así, con muchos nervios, se amarró el triunfo que deja paso a las vacaciones navideñas. El 2018, eso sí, promete emociones fuertes.
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