Alavés-Las Palmas | 14 horas
Las Palmas o cómo defender sin balón

El equipo canario tiene la osadía de mostrar, en cuanto a la posesión, unos datos más propios de los equipos grandes de la liga

Raúl Alústiza

Sábado, 9 de diciembre 2023, 00:43

No sé quién decía que una cadena es tan fuerte como el eslabón más débil. Dado que nos falta un importante eslabón, Ander Guevara, se me ocurre un paralelismo respecto al once titular que hoy puede saltar por el Alavés al césped de Mendizorroza contra ... el Las Palmas. Pero si nos ponemos profundos futbolísticamente hablando, hay que decir que en este juego no se trata tanto de enlazar eslabones, sumar partes, esfuerzos o incluso tampoco de sincronizar jugadores y acciones. No señores, en esto es más cuestión de aplicar otros conceptos colectivos como son la empatía, la coordinación o la sintonización, que no es lo mismo que sincronización. No se trata de ir todos al unísono sino al mismo ritmo.

Entendiendo por ritmo la relación velocidad-pausa o aceleración-temporización. Relacionando este concepto temporal dentro del espacial, o sea, saber cuándo toca aplicar ese ritmo en el espacio, es decir, la relación amplitud-profundidad o verticalidad-horizontalidad. Nada nuevo que no demuestre la física cuántica. Por eso no estoy de acuerdo tanto en hacer ese paralelismo entre equipo y cadena como sí entre equipo y tela de araña o red. Una red se caracteriza en que en ella todo se equilibra, todo es un continuo ajuste y reajuste, tensando y aflojando proporcionalmente en todos los puntos de la red y sin dejar que ningún tramo soporte ni excesiva ni escasa tensión. Como el juego, acción-reacción.

Esperemos que no echemos en falta hoy al principal eslabón o entramado del equipo, Guevara, en un partido engañoso, el Las Palmas de García Pimienta. Un entrenador de la escuela del Barça que apuesta por la posesión. Ese estilo de juego que según esos que lo quieren desprestigiar se trata más de un fútbol romántico que competitivo. Yo siempre hago las cuentas al revés. Si miras los primeros de la liga, los campeones de la Champions o campeones del mundo, sus estadísticas dicen que casi siempre son los tienen los guarimos más altos al respecto.

Las Palmas, un equipo que, a pesar de ser un recién ascendido y ser uno de los más modestos de la categoría, tiene la osadía de mostrar, en cuanto a la posesión, unos datos más propios de los equipos grandes de la liga. Y paradójicamente también es de los que menos goles encaja. Resulta también curioso que con tanta posesión sea el segundo menos realizador. Entonces ¿para qué tanta posesión? Pues evidentemente para defender con balón.

El entrenador canario García Pimienta es de los que piensa que mientras tenga él el balón, el rival no lo tiene. Se trata muchas veces de marear la perdiz por marear y que pase el tiempo. Pensará, si el rival quiere el balón, que nos lo quiten. Yo creo que el responsable de que se vea ese fútbol apático, monótono, aburrido y mareando la perdiz no es el que lo plantea, sino el rival que lo permite. ¿Porque la posesión se tiene porque se quiere, se sabe, se puede o lo permite el contrario?

Es lo de la zorra y las uvas. Como no llegaba, decía que estaban verdes. Pero si hubiera llegado, la zorra diría qué rica es la posesión. Claro que cuando no llegas en el campo, también hay más cosas para comer que uvas.