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El Alavés ha aprovechado el último parón de Liga para acelerar en la renovación de Abelardo, según ha podido saber EL CORREO. El club apuesta por la continuidad del técnico asturiano para la próxima campaña y ha intensificado unas conversaciones que tuvieron su primera toma ... de contacto hace algo más de un mes. La disposición y la sintonía entre las partes son absolutas, ya que el Pitu ha reconocido en todo momento que su primera opción sería seguir en el conjunto vitoriano, pero se encuentra a la espera de conocer los detalles del proyecto albiazul en el futuro.
El club del paseo de Cervantes observa al entrenador gijonés como la figura clave para dar estabilidad a su parcela técnica. Considera que ha conseguido establecer la atmósfera ideal para alcanzar el rendimiento óptimo de cada futbolista y transformar un equipo casi desahuciado en un sólido aspirante a Europa, e incluso a la Champions. Sus números desde diciembre de 2017, con 85 puntos sumados en 53 partidos, serían garantía de pasaporte continental. Abelardo, además, cree que la opción de continuar en el Alavés es la más beneficiosa para su carrera porque ha alcanzado una conexión absoluta con el vestuario y su máxima dimensión como entrenador, algo que le resultaba muy lejano poco antes de que recibiera la llamada de la entidad albiazul.
El técnico ha reconocido de forma abierta que su prioridad es sentarse a escuchar la propuesta del Alavés, como señal de respeto y agradecimiento por apostar por él e introducirlo de nuevo en la rueda del fútbol de élite. Eso no ha cambiado desde que el propio Pitu desvelara el interés de los altos cargos del club en su continuidad hace algo más de un mes, cuando la permanencia en Primera División era casi un hecho. Aunque las negociaciones no habían comenzado de manera estricta, los mensajes que transmitían ambas partes dejaban entrever un entendimiento factible.
Abelardo, no obstante, ha introducido un matiz cada vez que se le ha cuestionado por su futuro en público, y ha asegurado que debe «valorar muchas cosas» antes de tomar una decisión en cualquier dirección. También se lo ha transmitido al club. Se trata de la situación en la que quedará el proyecto más allá del 30 de junio, cuando expira su contrato y el del director deportivo, Sergio Fernández. «Es importante el tema de Sergio. No significa que sea fundamental para que yo siga, pero para mí sería importante», aseguró la víspera del encuentro ante el Eibar en Mendizorroza. Lo cierto es que la relación entre el responsable de la confección de la plantilla y el entrenador ha sido siempre excepcional, incluso desde antes de que se sentara en el banquillo albiazul. Es más, Abelardo estaba entre los candidatos desde varios meses atrás, hasta el punto de que se produjo algún contacto previo.
Con las nuevas conversaciones con el Pitu, el Alavés ha comenzado a diseñar su proyecto de cara a la próxima campaña de forma decidida. Ha puesto en marcha su maquinaria de negociación con un mayor margen de tiempo que el pasado curso por varios motivos. Primero, porque ha logrado la salvación virtual de manera más que holgada, con 44 puntos cosechados cuando aún faltan diez jornadas para el final. Y segundo, porque debe resolver varios aspectos de su estructura, donde destaca la dirección deportiva y, por supuesto, la plantilla, que además puede encontrarse ante tres competiciones de máximo nivel la próxima temporada.
El club confía en renovar a Abelardo para la nueva campaña, a pesar de que el caché del técnico se haya disparado y de que el último año y medio haya reforzado su prestigio como líder y gestor de grupo. El conjunto albiazul, en este sentido, es consciente de que al técnico asturiano no le faltarán pretendientes, y que su nombre saltaría en las primeras quinielas incluso si comenzara el curso sin equipo al que dirigir. El gijonés, eso sí, ha estado sometido a una gran presión y desgaste psicológico, sobre todo durante la histórica remontada del pasado curso hacia la salvación. «Para un entrenador el tercer año es el más difícil», aseguró hace unas semanas Abelardo. De hecho, uno de los principales temores que existen entre los preparadores es alcanzar el punto de exprimir y saturar a la plantilla, y puede que aquella afirmación del técnico hiciera referencia a este aspecto.
El Pitu, sin embargo, optaría por sellar el vínculo para una nueva campaña si observa un proyecto estructurado y sólido, como el que se encontró a pesar del panorama apocalíptico que reflejaba la clasificación. Y esa inquietud no va tan ligada a nombres de ciertos jugadores o al nivel futbolístico de la plantilla actual, sino a conocer el rumbo que tomará en los niveles superiores la parcela deportiva, encargada de ofrecerle las herramientas, consensuar el estilo y de respaldar su figura. Con los objetivos más que cumplidos a la espera de conocer si el equipo cumple su sueño europeo, el Alavés ha comenzado ya a establecer la hoja de ruta de su futuro próximo, para el que quiere reservar un puesto estratégico con el nombre de Abelardo.
En su plan de consolidación para el futuro, donde Abelardo figura como pieza capital, el Alavés busca la continuidad de Rubén Duarte, cuyo contrato expira el 30 de junio de 2020. Tal y como adelantó este periódico el pasado 10 de febrero, el club desea renovar al lateral almeriense para blindar su actual línea defensiva, la única que no tiene ningún cedido en nómina y que está atada al menos hasta 2021. Fue entonces cuando se abrieron las primeras conversaciones, que todavía deben alcanzar varios puntos de consenso hasta que el futbolista estampe su firma en una nueva vinculación.
«Se han hablado pequeñas cosas, pero me queda un año de contrato. Donde tengo que hablar es en el campo», dijo Duarte, que confirmó así el inicio de unas negociaciones para las que no se prevé una resolución inmediata. Eso sí, el jugador reconoció que se encuentra en uno de sus mejores momentos personales por el respaldo que les transmiten Abelardo y el club, además del cariño de la afición. «Estoy muy contento, me han acogido bien y he vuelto a sentir esa confianza que perdí en el último año en el Espanyol», aseguró el carrilero, que pasó de estar descartado con Luis Zubeldía a convertirse en una pieza casi inamovible para el Pitu, con quien no se ha perdido un solo partido de Liga por decisión técnica.
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