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Owono, el héroe albiazul que impulsa a un paísLos ojos del Deportivo Alavés están puestos en la visita del viernes a Almería. Pero también en Abiyán. En la ciudad más poblada de Costa de Marfil, a más de 4.000 kilómetros de distancia de Mendizorroza, un albiazul camina a paso firme hacia ... un sueño. Jesús Owono disputa ahí el domingo los octavos de final de la Copa África, el torneo por el que vibra al segundo continente más poblado del mundo. La cita le ha apeado de la dinámica albiazul durante algunas semanas, pero a cambio le ha posicionado en el foco internacional. Guinea Ecuatorial es una de las sensaciones del certamen y en eso Owono tiene mucho que ver. Sus guantes son los de una estrella que a base de paradas ha situado a una selección modesta entre las mejores. Es un héroe nacional que sueña en grande con el premio gordo.
Hasta ahora, el bagaje del combinado de Owono, número 88 del mundo en el último ranking FIFA, era de tres presencias en la Copa África: dos eliminaciones en cuartos y un meritorio cuarto puesto en la edición que organizaron en 2015. Pero faltaba continuidad. La que ha logrado el bloque adiestrado por Juan Micha, presto a reclutar a jóvenes de segundas generaciones emigradas a España desde la que fuera su colonia hasta 1968. Ahora, por primera vez en su historia, ha disputado dos ediciones consecutivas. Y en ambas ha logrado superar la fase de grupos pese a no ser favorita. El desafío de este año era notable. A priori, su batalla era contra Guinea-Bisáu y por el tercer puesto. Porque tanto Nigeria como Costa de Marfil parecían claras favoritas para ocupar las dos primeras plazas. Una porque cuenta con la mejor nómina de atacantes del torneo y la otra por su papel de anfitriona. Esa era la teoría.
Pocos creían en otro desenlace. Por eso, que Guinea Ecuatorial haya terminado primera de grupo con siete puntos -empatada con Nigeria, frente a la que igualó a un gol y por encima de una anfitriona a la que goleó 4-0- es para muchos una sorpresa. Pero no para el vestuario de la Nzalang nacional -'trueno nacional' en idioma fang-, como se conoce al combinado ecuatoguineano. Tampoco para su portero. «Para muchos es una sorpresa. ¡No lo es para mí!», compartía en sus redes sociales tras sellar el pase a octavos… con el galardón de mejor jugador del partido bajo el brazo. Con sus paradas, Guinea Ecuatorial dejó fuera de combate a Costa de Marfil. Owono también fue designado el mejor del debut frente a Nigeria. Exhibiciones que le sitúan con buenas perspectivas en la carrera por hacerse con un hueco en el once ideal del torneo. También por llevar a su equipo a la pelea por lo más alto. «Quiero una medalla en este torneo», aseguraba a EL CORREO días después de caer en octavos en la edición de 2021. Sería el mejor resultado de su historia. Mejor incluso que el de la generación de 2015.
Owono comparte vestuario con otro albiazul, Álex Balboa, cedido en el Huesca. Es un grupo joven -tres de sus veintisiete jugadores superan los 30 años- en el que brilla un veterano: Emilio Nsue, que lleva cinco goles en tres partidos. A corto plazo miran a seguir en el torneo; a largo, a meterse en su primer Mundial, el de 2026. De momento llevan pleno de puntos junto a la otra aspirante, Túnez. La primera obtiene billete directo y algunas segundas deberán pelear por la repesca. «Tenemos equipo para largo y mucha hambre para poder hacer cosas grandes en el futuro», confiaba en 2022.
Owono nació en Bata, ciudad más poblada de Guinea Ecuatorial, pero llegó a San Sebastián con 8 años. Tras pasar por las categorías inferiores de la Real y el Antiguoko llegó al Deportivo Alavés en edad juvenil. En Vitoria tiene contrato hasta 2026, señal de que lo mejor está aún por llegar. Al poco de llegar recibió su primera llamada absoluta. Pensó que era una broma, pero debutó en 2019 y acumula ya 27 presencias con su selección. Gracias a ella ha podido reconectar con sus raíces y conocer mejor sus orígenes. «Jugar a fútbol es mi forma de agradecerles todo lo que tengo y dónde estoy», explicaba. «La familia es lo más importante para nosotros», añadía. Ellos se llaman hermanos dentro de un vestuario que sigue soñando a lo grande.
Si Owono está gozando de toda la continuidad que le falta en el Alavés, la situación de Abqar es la contraria. Indiscutible en la zaga vitoriana -que ha tenido que reinventarse para paliar su ausencia- es un completo secundario en Marruecos. Hasta ahora no ha entrado en ninguna de las dos convocatorias de su selección. Las listas para el torneo eran de 27 jugadores y solo veintitrés pueden ser llamados el día del partido. Abqar aún no se ha estrenado en partido oficial. Marruecos disputa hoy ante Zambia su último duelo de la pase de grupos ya clasificada, pero sin sellar el primer puesto. Otro albiazul, el cedido Abdallahi Mahmoud, tampoco ha tenido suerte. Se lesionó del brazo días antes de la cita y no ha podido disputar la Copa África con Mauritania.
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