Alavés 3-1 Granada

Mendizorroza exhibe sus colmillos

Trece de los quince puntos que el equipo vitoriano suma a estas alturas de temporada tienen como denominador común el rectángulo del paseo de Cervantes. Ahí, a lo largo de siete encuentros, han caído el Sevilla, Valencia, Almería y Granada. También el potente Betis se tuvo que conformar con rescatar apenas un empate. Solo el Athletic y Osasuna se han llevado el triunfo, aunque de ellos únicamente el bloque rojiblanco se manifestó superior a la escuadra de Luis García. El resto ha tenido que capear -o, en varias ocasiones, sucumbir sin apenas ejercer el derecho a réplica- los rigores de un bloque que maximiza sus virtudes cuando ejerce como local al calor de un graderío incansable.

Ese idilio elevaría el promedio albiazul como local al cierre de temporada a más de 35 puntos. Un botín que dejaría la permanencia al alcance de su mano. Pero ese sobresaliente rendimiento como anfitrión no es nuevo. El año pasado, en Segunda, solo el Levante se apropió de la victoria a lo largo de veintitrés jornadas en Mendizorroza. Solo el Granada mejoró entonces los registros albiazules. Incluso en los cursos previos, cuando el Alavés sufría para sacar cada resultado en una pelea constante por la permanencia, el estadio municipal fue clave. Hace dos años obtuvo 25 de sus paupérrimos 31 puntos en Vitoria. Hace tres fueron 24 de 38. En la etapa más reciente del equipo en Primera, desde el ascenso de 2016, solo el balance de ese mismo curso fue casi parejo: 29 puntos en casa y 26 fuera.

Esos datos tienen un reverso más delicado. Al plantel le cuesta sumar como visitante. Demasiado. Esta temporada solo ha logrado rescatar sendos empates ante el Celta y Villarreal. En ambos casos estuvo cerca de la victoria; en Balaídos solo un autogol de Rafa Marín le impidió puntuar -el Celta no disparó ni en una sola ocasión a portería- y en La Cerámica consiguió incluso adelantarse antes de que los locales empatasen de penalti. El resto de sus visitas se han saldado de momento con derrotas en su mayoría ajustadas: Cádiz, Getafe, Rayo, Atlético de Madrid y Barcelona. En todos esos campos salvo en el Metropolitano el equipo hizo méritos para sumar. Y en algunos de ellos solo las decisiones arbitrales le privaron de hacerlo.

Así, el triunfo como foráneo en Primera se le resiste desde hace más de dos años. En octubre de 2021 pudo derrotar al Cádiz en el Nuevo Mirandilla. Desde entonces encadena veintidós partidos sin ganar lejos de Mendizorroza. La visita a Mallorca del próximo domingo le ofrece otra oportunidad prometedora. Como el Almería y el Granada, el cuadro bermellón es un rival directo por la salvación. En caso de vencer, el Alavés lograría además encadenar dos triunfos en Primera por primera vez desde hace más de dos años. Porque tras ganar ese partido contra el Cádiz derrotó después en casa al Elche. Fue su mejor momento de una temporada que terminó en descenso.

Mientras busca su camino como visitante, el Alavés quiere seguir disfrutando en su hogar. Contra el Granada lo hizo de verdad. Su dominio absoluto durante una hora le permitió sacar al fin un triunfo tranquilo como local. Solo quedó el conato de angustia que trajo el gol nazarí. Una mera anécdota. Ahora le restan dos partidos más en Mendizorroza de diferente índole para cerrar la primera vuelta y en ellos aspira a engordar su notable botín. El sábado 9 de diciembre (14 horas) recibirá al otro recién ascendido, Las Palmas, que antes de medirse hoy al Betis aventaja en tres puntos al equipo vitoriano. Otro adversario de potencial similar para calibrar el poderío albiazul. El cierre de año será otra historia. El Real Madrid visitará Mendizorroza el miércoles 21 de diciembre (21.30 horas). Pero el Alavés llegará sin miedo a la cita porque sabe que en su casa todo es posible.