Alavés 2-2 Girona

El Alavés celebra en el último suspiro un punto de calidad

Las oportunidades anunciadas por Luis García Plaza en el tramo final de la competición resultaron en realidad contadas. Owono en la portería, que salvó dos ocasiones muy claras del Girona, y el regreso de Marín y Guevara, que relevaron a Gorosabel y Blanco. Para formar un once con Tenaglia en el lateral diestro y el habitual 4-2-3-1 con Giuliano y Kike García, dos de los grandes animadores en las últimas semanas. Delante, un adversario superlativo, revelación de la temporada, y con la intención de amarrar el segundo puesto después de haber confirmado su participación en la próxima Champions. Un oponente que se presentó en Vitoria con apenas dos cambios respecto a su alineación tipo y un expediente de 73 goles anotados en 34 jornadas. Tres minutos le costó a la escuadra de Míchel exhibir su capacidad anotadora. Una concesión en un córner y Eric García abrió el marcador.

Del peor contexto emergió un Alavés espectacular, por momentos soberbio en intensidad y juego para minimizar a un adversario de otro nivel. Uno de esos oponentes que juega y deja jugar, que permite los constantes cambios de posición de sus futbolistas y también el riesgo del ida y vuelta, amparado en su demostrada pegada. Pero el cuadro vitoriano rompió el duelo con esa energía de las últimas fechas para llegar hasta el área rival por la vía rápida e igualar en poco tiempo. Todo funcionaba por una banda izquierda desatada, a lomos de un pura sangre como Giuliano Simeone. Qué capacidad para leer el juego, estirar el campo con desmarques al espacio y tirar el equipo. A él se sumaron en el arranque unos también imperiales Javi López y Guridi para sacar rédito del esfuerzo colectivo. También un Carlos Vicente entonado y Kike García. Funcionaba todo el frente ofensivo como en pocas ocasiones se ha visto.

Liberado de presión y en un momento de forma dulce en general, el equipo albiazul ofreció minutos espectaculares a los que solo les faltó acierto. Tras acumular ocasiones claras o clarísimas delante del meta Gazzanniga, uno de los protagonistas, igual que Owono. Carlos Vicente no acertó en un cabezazo con todo a favor, a Javi López lo detuvo una manopla del portero visiante, igual que a Rafa Marín tras otro testarazo. Una oportunidad clamorosa, tras servicio de Carlos Vicente, desperdició Kike García, y otra más el extremo aragonés tras superar al meta y colocar un mal centro.Toda una colección de oportunidades en un tramo que, posiblemente, condensó todas las virtudes alavesistas. Que hay poco gol es algo conocido. Incluso cuando han llegado ocho en los cuatro últimos duelos.

No se trataba de un rival cualquiera, como quedó claro cuando la efervescencia albiazul se redujo y el Girona comenzó a disponer de espacios. Ya había avisado en una primera parte donde hizo dos goles, el segundo al borde del descanso, y casi llegó el tercero en sus prácticamente únicos acercamientos. Ya tras el paso por el vestuario a las piernas alavesistas les costaba llegar y volaban las del adversario. Dovbyk ofreció un curso de nueve, por fortuna sin remate, Savio parecía deslizarse en patines, aparecían Iván Martín y Miguel. Una orquesta que solo desafinó en el último pase o disparo. Owono frenó a Dovbyk, el Pichichi de la Liga, con un pie y a Savio se le escapó el gol de la jornada por unos centímetros. Todo ello en un cuarto de hora arrollador. Sin respuesta de un Alavés que solo podía tapar agujeros y esperar salir indemne, como así fue.

Habían entrado Luis Rioja y Hagi y al menos el duelo se equilibró. No había noticias del cuadro vitoriano en el área rival, pero al menos sí cierta consistencia tras el vendaval anterior. Si resistir es vencer, por ahí llegó el premio para un Alavés ya con Panichelli, Sola y Duarte sobre el césped. Couto, con una pérdida de tiempo, elevó la temperatura en el descuento y con el termómetro de las tarjetas incandescente llegó el empate en la última jugada. De esas que solo llegan con fe. Tenaglia rescató un balón en el segundo palo para que atravesara el área y Guridi, oportunista y valiente, llevara el delirio a un Mendizorroza desatado. Diez puntos de doce, la misma racha que se vivió en enero, para decir que este equipo no se ha tomado todavía vacaciones. Que ha vivido esta temporada de partidos mucho más cerrados que ante el Girona, pero que sabe nadar en todas las aguas