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Sergio Fernández y Asier Garitano cruzan sus miradas en uno de los últimos entrenamientos del técnico en Vitoria. Rafa Gutiérrez

El Alavés y Garitano mantienen discrepancias en la resolución del finiquito del técnico

El entrenador de Bergara valora como improcedente su despido y cree que le restaba un año más de contrato

Mikel Uriarte

Vitoria

Domingo, 26 de julio 2020, 03:46

El Deportivo Alavés y Asier Garitano mantienen posturas distantes a la hora de llegar a un acuerdo para cerrar de manera consensuada el finiquito del entrenador guipuzcoano. Tal y como ha podido confirmar EL CORREO de fuentes solventes, las diferencias de interpretación de la relación ... laboral son evidentes a día de hoy y habrá que ver durante cuánto tiempo se alarga este enredo. Tres semanas después de la salida del de Bergara, las partes no han rubricado todavía por completo la salida de quien comenzó en el banquillo de Mendizorroza y acabó el curso antes de tiempo tras perder en Valladolid a comienzos de este mes de julio. Según ha podido saber este periódico, Garitano argumenta que le queda un año más de contrato, una circunstancia que debe compensarse de alguna manera. En su vínculo laboral, de hecho, se recogía una renovación automática en caso de permanencia en la máxima categoría. Lo que sucede es que el club albiazul entiende que la permanencia se ha consumado con el preparador guipuzcoano fuera de la entidad.

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Interpretaciones dispares que deberán limarse de manera amistosa en próximas fechas si se quiere evitar un encuentro posterior en los juzgados. Una de las divergencias podría venir por el número de partidos en los que el Alavés hubiera podido estar en descenso y sus posibles consecuencias en forma de despido, hecho que estaría recogido también en el contrato firmado en junio de 2019 entre ambas partes. El cuadro albiazul no se ha visto atrapado durante ni una sola jornada liguera entre los tres últimos y a eso se agarraría Asier Garitano para justificar que su destitución no procedía. Es más, fue despedido tras caer por la mínima en Zorrilla y con seis puntos de margen sobre la zona roja. De ahí su argumentación de que el despido fue improcedente y, por tanto, le restaría un año más de vinculación con el club que preside Alfonso Fernández de Troconiz.

Su salida vino dada, en cualquier caso, tras cinco derrotas consecutivas y un clima enrarecido en el vestuario. El Consejo de Administración pretendió con su adiós y el fichaje de López Muñiz cambiar el estado de ánimo y el ambiente reinante, con el fin de lograr al menos un triunfo que certificase la permanencia un curso más en la máxima categoría. El ansiado objetivo se consumó con la victoria en Sevilla ante el Real Betis por 1-2 en la penúltima jornada.

Tras su marcha, Asier Garitano no pretende, ni mucho menos, seguir ocupando el banquillo albiazul una temporada más, pero sí que se le reconozca lo que entiende que le corresponde. Todo se resume en una cuestión monetaria y habrá que ver cuándo se concreta el acuerdo y de qué manera. O la vía amistosa o el recurso judicial. De hecho, en su salida la temporada anterior de la Real Sociedad Garitano cobró días después de ser destituido íntegramente del cuadro realista todo lo que estipulaba en su vinculación de dos años.

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El precedente de Pellegrino

Que no se haya producido hasta el momento un acuerdo en su finiquito no impide al Alavés contratar otro entrenador para la temporada que viene, tarea en la que está inmerso de lleno. Hace unos años quedó reformada la norma que impedía incorporar a un nuevo técnico sin antes ajustar el finiquito con el saliente. Se trataba de una salvedad legal que trajo de cabeza a varias entidades, puesto que tuvieron que emplear preparadores interinos hasta resolver los litigios con otros cesados anteriormente.

De todas formas, no es el primer desencuentro del cuadro albiazul con uno de sus entrenadores cuando acaba su relación. Mauricio Pellegrino decidió denunciar al equipo del Paseo de Cervantes cuando fue el máximo responsable en la campaña 2016-17 por no recibir la prima que él consideraba que le correspondía por haber alcanzado la final de la Copa del Rey.

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Tras varios meses de negociaciones y en vista de que no cobraba lo que estipulaba su contrato, demandó al club vitoriano. Fue en mayo de 2018 cuando las dos partes se vieron las caras en los juzgados y dos meses más tarde la entidad fue condenada a pagarle al preparador argentino y al resto de su cuerpo técnico medio millón de euros. Ahora está por ver si el finiquito de Asier Garitano se salda de manera amistosa y a través de una negociación o concluye también en los tribunales.

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