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Ibaia vuelve a sonar. Risas, bromas, algún vacile... Un rondo clásico. Amenizado por la charlatanería incansable de Lucas Pérez. Un avance hacia un trabajo 'normalizado', dentro de una situación desnaturalizada como la que preside hoy el fútbol. Después llegarían ejercicios combinativos, los primeros remates a ... puerta en dos meses y series físicas con cambios de ritmo. Un entrenamiento parecido a los que se llevaban a cabo antes de la pandemia. El Deportivo Alavés ya entrena en grupos.
De hasta diez futbolistas. Roberto, Laguardia, Magallán, Ximo, Javi López, Fejsa, Ismael, Borja Sainz, Luis Rioja y Lucas fueron los primeros en saltar de manera colectiva al césped de Ibaia. Mientras el guardameta se ejercitaba con el preparador de porteros, sus nueve compañeros afinaban el toque en el rondo. Ahí, obviamente, resulta prácticamente imposible mantener las distancias de seguridad que recomienda el protocolo de la Liga en esta fase. Es fútbol. Se trata de robar el balón al 'rival'.
Unos cincuenta minutos de trabajo de campo. Turno para el siguiente bloque. De nueve en este caso: Pacheco, Ely, Tachi, Adrián Marín, Manu García, Pina, Aleix Vidal, Joselu y José Luis Rodríguez. Reparto equitativo por posiciones para adecuar el grupo a los ejercicios diseñados por el cuerpo técnico, ejecutados principalmente por Morga, uno de los preparadores físicos, y supervisados de cerca por Asier Garitano. También el director deportivo, Sergio Fernández, se pasó por las instalaciones de Ibaia para ver las evoluciones del equipo en este insólito camino hacia la reanudación liguera.
El segundo grupo entrenó en el mismo terreno de juego, aunque para ello tuvo que esperar a la correspondiente desinfección de todo el material utilizado anteriormente por sus compañeros. También los balones. Algún jugador incluso se llevó una pequeña reprimenda por querer saltar al campo antes de tiempo. Las ganas de sumergirse en la normalidad, aunque sea relativa aún. Para el tercer turno de trabajo quedaron Aritz Castro, Rubén Duarte, Rafa Navarro, Martín, Camarasa, Edgar, Pere Pons, Burke, Abdallahi y Paulino. Todos sanos, recalca el club.
Todos pasaron el viernes la segunda ronda de test PCR que exige el protocolo de la Liga y el Consejo Superior de Deportes (CSD). Pasos necesarios para retomar el campeonato en la jornada 28, en el campo del Espanyol en el caso del Alavés. Los de Abelardo también empezaron ayer con el trabajo en grupos de diez jugadores. En una pretemporada atípica, los equipos tienen que avanzar de manera lenta pero segura hacia el ritmo necesario que requiere la competición, aunque seguramente no llegará al ideal de un arranque tradicional de cualquier campeonato.
La agenda semanal albiazul tiene programadas dos jornadas de doble sesión: el miércoles y el viernes, a las diez de la mañana y a las cuatro de la tarde. El resto de días, trabajo matinal, salvo el domingo, que, como la semana pasada, volverá a ser el único día de descanso para los futbolistas albiazules. Hay que recuperar la chispa perdida durante dos meses de confinamiento. Los jugadores no han dejado de entrenar, bajo las pautas del club, pero los ejercicios entre cuatro paredes están muy alejados de las rutinas habituales de un deportista profesional.
Los guantes y las mascarillas siguen presentes en Ibaia, forman parte del protocolo. También el control de temperatura en el acceso a las instalaciones, que mantiene la misma dinámica de la semana pasada. Pero esta fase abre la puerta a un nuevo escenario. Como novedad, ya se pueden empezar a utilizar los vestuarios, aunque con restricciones numéricas –solo tres futbolistas a la vez–, y también se puede pisar el gimnasio, donde se deben usar toallas desechables y cada máquina debe ser desinfectada tras cada uso.
Además, Asier Garitano podrá dar las primeras charlas técnicas y tácticas a su plantilla, que deben realizarse también por grupos de entrenamientos y manteniendo la distancia de seguridad. Paso a paso, con la mirada puesta en ese 12 de junio que Javier Tebas se empeña en señalar como fecha deseada para reanudar la Liga. Quedan menos de cuatro semanas de atípica pretemporada.
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Podrán coincidir los tres en las instalaciones, siempre que se ejerciten en campos distintos, o cada uno en su medio campo, que los grupos de trabajo sean 'estancos' –no podrán compartir material ni tener contacto entre ellos– y que la llegada de los mismos a Ibaia esté separada, al menos, por un cuarto de hora. En este nuevo escenario, los jugadores tendrán que seguir cumpliendo las medidas establecidas por las autoridades sanitarias, deberán mantener las distancias de prevención y evitar situaciones de contacto físico, aunque en algunos ejercicios, como el rondo inicial, no siempre es posible.
Como novedad, se pueden empezar a utilizar los vestuarios, aunque con restricciones numéricas, con guantes y mascarillas y una desinfección periódica; y Asier Garitano podrá dar las primeras charlas técnicas y tácticas a su plantilla, que deben realizarse por grupos de entrenamientos y manteniendo esa distancia de seguridad.
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