Alavés-Barcelona | Sábado, 18.30 horas

La crisis del Barça, una ventana para un triunfo impensado

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Jon Aroca

Si enero ha sido un mes casi sobresaliente para el Alavés gracias a sus diez puntos de doce posibles, el desempeño blaugrana -tanto a nivel de juego como en resultados- ha sido sumamente mejorable. El exigente calendario, que ha combinado para el bloque catalán partidos de Liga, Copa y Supercopa sin apenas tiempo de descanso, ha mermado todas sus opciones de título. En el torneo copero cayó contra el Athletic, el Real Madrid le endosó una contundente goleada en la final de la Supercopa y su último tropiezo liguero, en casa contra el Villarreal, le ha dejado a once puntos de un liderato ya casi imposible de alcanzar. La visita a Vitoria será para el Barcelona ya un partido más orientado a mantener su plaza Champions que a pelear por acercarse a la cabeza de la Liga.

El primero también desde que Xavi anunciase tras la derrota ante el cuadro groguet que dejará el banquillo blaugrana a final de temporada. Pase lo que pase. Una particular dimisión en diferido que sitúa otro nubarrón sobre el horizonte del Barcelona. «Es una fórmula que acepto porque es Xavi», aseguraba el propio presidente del club, Joan Laporta. El técnico comunicó ayer la decisión a la plantilla; horas antes de que lo hiciera en público ante la prensa. Su desgastada relación con los jugadores ha mermado cualquier conato posible de reacción. El Barça ha perdido la fe, justo al contrario que el Deportivo Alavés.

El bloque albiazul se agarra a la crisis barcelonista, pero también a lo vivido en el duelo de la primera vuelta. Entonces estuvo no solo cerca de sumar, sino que pudo incluso haberse llevado el triunfo. Samu marcó el 0-1 a los pocos segundos y el Alavés pudo haberse ido al descanso con una goleada a favor. Solo el empuje local en la segunda parte certificó una remontada por la mínima que ahora con el factor Mendizorroza a favor del Alavés se antojaría improbable. El equipo vitoriano tiene ante sí la oportunidad de volver a derrotar al Barcelona en Vitoria. No lo logra desde diciembre de 2001: son ocho visitas en las que solo ha podido rescatar tres empates. Pero ahora cree en que todo es posible.