La encrucijada de los símbolos alavesistas

La situación del portero es la más peliaguda. Porque es la pieza albiazul más cotizada en el escaparate de Primera División y porque, con contrato hasta 2023, afronta su último verano susceptible de dejar un traspaso en las arcas alavesistas. Según Cope Vitoria, la cláusula liberatoria que tenía el guardameta en caso de descenso venció el pasado verano, por lo que cualquier club interesado en sus servicios debería negociar un traspaso. De momento, a expensas de conocer el tercer pasajero a Segunda y los tres que suban, detalles que pueden alterar el mercado, la situación permanece en 'stand by'.

Las dos partes están a la expectativa y ni el Alavés ni Pacheco han mostrado aún intenciones de separación. El guardameta, además, tiene claro que si le surge la posibilidad de continuar en la elite no negociará a espaldas de la entidad albiazul. Cuestión de respeto mutuo. No en vano, es historia viva del club: el futbolista con más partidos en Primera del conjunto babazorro (208), el guardameta con más encuentros totales (253). Y héroe recurrente. «En 2016 lo hicimos –el ascenso– y la próxima temporada lo volveremos a lograr», escribió en sus redes sociales tras consumarse el descenso, pero su presencia en la plantilla 2022-23 no está ni mucho menos garantizada, sino que queda a expensas del mercado.

Después de siete temporadas en el club, desde Segunda División, es uno de los hombres fuertes del vestuario y comparte los galones del brazalete con Laguardia. La situación del central maño es muy diferente. Inquietante también a su modo. Porque finaliza contrato en apenas seis semanas. Y, aunque su rendimiento ha bajado en las últimas temporadas, sobre todo en cuanto a regularidad, su condición de agente libre ya ha despertado el interés de otros equipos de la máxima categoría. Osasuna, por ejemplo, tiene su nombre en agenda.

Ya estuvo a punto de poner rumbo al Valencia en el verano de 2019, pero finalmente continuó en las filas vitorianas y es, con ocho años en el club, el futbolista más veterano de la caseta de Ibaia. El capitán que relevó en la jerarquía albiazul a Manu García cuando el verano pasado, en circunstancias deportivas muy diferentes, dejó el Alavés tras nueve temporadas sin ninguna oferta de renovación por parte de la entidad. Su continuidad, en cualquier caso, no está descartada.

Más complicada parece la de Martín, que no ha tenido ninguna noticia por parte del club y, en consecuencia, ya está trabajando en otras vías de futuro. En su puesto el Alavés cuenta con Tenaglia, cedido por año y medio, y Carlos Isaac, que esta temporada ha actuado a préstamo en Segunda en las filas del Oviedo. El vitoriano llegó a la disciplina albiazul con doce años y es el canterano que más partidos ha disputado en Primera con la elástica albiazul (128). Tras cinco temporadas ha perdido algo de protagonismo en las dos últimas –si no juega mañana será su curso con menos minutos en el campeonato liguero–, pero ha sido un recurso habitual de todos los entrenadores.

Incógnitas por despejar con mayor significado entre la afición por el carácter simbólico de los protagonistas, cada uno a su manera. Pero hay más: otros jugadores con contrato como Luis Rioja (2025) o Rubén Duarte (2023), que, uno o varios escalones por debajo del portero extremeño, también tienen cartel en Primera; o Florian Lejeune (2024), reclutado en verano a cambio de una compensación económica al Newcastle, con un rendimiento alejado de su caché que hace complicada su continuidad en Segunda.