El Alavés y la cena de las emociones y los Rolex

Hay que rebobinar para ponerse en contexto, que no se puede empezar a ver una cinta por el final. La libre adaptación que el dirigente albiazul hizo de la popular canción de la artista colombiana fue la respuesta a una petición que, medio en broma medio en serio, le habían trasladado sus jugadores durante la celebración. Lo que reclamaban los futbolistas, con un cántico forofo más o menos desafinado, era nada menos que un Rolex. La ingeniosa respuesta de Querejeta en la cena posterior al fiestón de la Virgen Blanca desató la carcajada general.

Todavía quedaba el turno de réplica del capitán, Víctor Laguardia, que ratificó el buen ambiente reinante durante toda la jornada del lunes. «En el ascenso de 2016 nos regalaron un TAG Heuer y estuvimos seis años en Primera; con un Rolex estaríamos quince», lanzó el maño ante los aplausos de sus compañeros y una elocuente negación con el dedo índice por parte del propietario. No parece que por ahí haya mucho que rascar.

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Fue el colofón de un día que empezó con una barbacoa de la plantilla y terminó en la madrugada del lunes al martes tras la cena con los familiares. «Estamos reventados», reconocía Asier Villalibre, uno de los grandes protagonistas. En medio, el orgullo infinito de una ciudad entera, emociones para siempre en una plaza de la Virgen Blanca a rebosar, el concierto de trompeta del 'Búfalo', «fastidiado» porque los empujones de sus compañeros no le dejaron afinar, y el show del vitoriano Álex Balboa, maestro de ceremonias en la balconada.

«Yo estoy impresionado. Me dicen, gente que ha estado en celebraciones con el Baskonia y otros ascensos, que esta ha sido la mayor. Ha sido increíble. Y mucho niño. Y eso es importante. Todo niño que haya vivido lo de hoy es del Deportivo Alavés para toda la vida», dijo Luis García.