Principio de acuerdo entre el Alavés y Calleja para desbloquear la llegada de Mendilibar

De esta forma, el acuerdo da visos de normalidad a una situación del todo extraordinaria y cierra varios días convulsos para el club, su masa social y el propio entrenador. Calleja ya es historia a falta de la rúbrica final, que aún se demoraba al cierre de esta edición. No pisó el césped el técnicopara dirigir a los jugadores en el entrenamiento. Llegó a Ibaia cerca de las 15.30, hora y media antes del arranque de una sesión marcada también por el nuevo y exigente protocolo covid de la Liga que demoró la vuelta al trabajo. Pero no saltó al campo. Tampoco ninguno de sus asistentes de confianza: Quique Álvarez, Luismi Loro, Jesús Unanua y el preparador físico José Romero. El céspede daba paso a la mesa de negociación. El mando de la sesión corrió a cargo de varios miembros del cuerpo técnico con una amplia trayectoria como albiazules. Hombres de club como Nenad Njaradi (preparador físico), José Antonio Morga (preparador físico), Damián Suárez (analista) y Javi Barbero (entrenador de porteros) fueron los encargados de dirigir la práctica albiazul. Entre la plantilla, además de la de Ximo, también destacó la baja de Loum, convocado para la Copa África. Sí que pudo estar Miazga, recuperado de su enfermedad.

El entrenamiento fue excepcional, pero pudo haberlo sido más de haber estado Javier Calleja sobre el césped. Esa era la realidad a primera hora de la mañana. Entonces, las conversaciones entre ambas partes estaban lejos de cristalizar. El club se apoyaba en la situación contractual del técnico, con una cláusula que le facilitaba la rescisión a partir del próximo 1 de enero con una indemnización menor si el equipo estaba en descenso, como es el caso. Ahí, solo debería abonarle lo correspondiente a esta temporada. De hacerlo en otro contexto, el monto ascendería a año y medio -junio de 2023-, el tiempo que firmaron ambas partes en verano. El técnico esgrimía ese vínculo y condiciones a la hora de plantear su posición negociadora. Durante horas, la parálisis fue total. La situación, grotesca. El equipo iba a estar dirigido durante cinco días por un entrenador que sabía, a ciencia cierta, que no iba a sentarse en el banquillo este domingo contra la Real Sociedad. Todo, por cuestiones económicas de fondo.

El estancamiento ya resuelto implicaba transitar durante toda la semana por un terreno estéril en el apartado futbolístico. Toda la preparación de un técnico estaría condicionada por los designios del siguiente, José Luis Mendilibar, el que de verdad decidirá qué partes del libreto de su predecesor le valen. Ahora, con el futuro de Calleja en el escenario final de resolución, el de Zaldibar, cuya llegada está ya apalabrada, tendrá más tiempo para trabajar, ya que podría tomar el mando hoy mismo. De no haberse producido un acuerdo, solo tendría una sesión, la de Año Nuevo, para conocer a sus jugadores, plantear sus líneas maestras y esbozar el plan para medirse a los donostiarras.

Tras el aterrizaje de Mendilibar el club también podrá trabajar con mayor precisión en el mercado de invierno. El nuevo técnico podrá reunirse con Sergio Fernández para perfilar qué perfiles desea incorporar, qué nombres están sobre la mesa y la situación de varios futbolistas de la plantilla con opciones de abandonar el equipo en invierno. De la misma forma, podrá trabajar sobre el césped para corregir el rumbo de un equipo que cerrará el año con malos resultados y sensaciones. Los que le han costado el cargo a Javier Calleja tras un proceso largo, complicado y con muchos recovecos.