Alavés 1-3 Barcelona

El Alavés se pliega a la precisión azulgrana

Luis García Plaza había optado por el once esperado. Las ausencias obligadas de Gorosabel y Carlos Vicente en la banda derecha dieron paso a Tenaglia y un excelente Sola en ese carril. Repetían el resto de los albiazules, con Duarte en el eje de la zaga pese al regreso de Abqar de la Copa África. Consolidado el trío Guevara, Blanco, Guridi en la sala de máquinas y con Samu, otra vez goleador, en la punta de ataque. Frente a un Barcelona con numerosas bajas donde Xavi tiraba de lo disponible. El preparador visitante recuperaba a Christensen y mantenía en la alineación a los otros diez futbolistas que habían batido el miércoles a Osasuna. Una variación que acabó con el danés como medio centro y Pedri ubicado de extremo. Solo en el tramo central de la primera mitad existió la sensación de diferencia importante entre ambos equipos. Otra cuestión es que Lewandoswki, Gundogan y Roque, con la inestimable ayuda de Pedri, decidieran. A los equipos grandes siempre les quedan las individualidades. No siempre frotan la lámpara, pero a veces aparecen los genios. Para desequilibrar.

El Alavés había iniciado el choque con una de esas estampidas que levantan polvo y nublan la vista del adversario. En treinta segundos un fuera de juego impidió un más que probable penalti, en dos minutos Sola había arado la banda de nuevo para colocar un centro raso al que Samu no llegó por centímetros... Forzar la máquina en determinados minutos suele ser el único recurso del modesto para acogotar al grande. Algo más de diez duró la tormenta alavesista que no llegó a descargar en la meta de Peña. Ya por entonces el colegiado Martinez Munuera había demostrado hacia qué lado iban a caer las decisiones dudosas. Tarjeta por protestar para un Samu agarrado constantemente. Faltitas a favor del Barcelona. Nada más que añadir.

Lewandowski encontró con cierta fortuna y mucha calidad el hueco para colocar al Barcelona por delante. Un Alavés que no se había visto en esa situación en los últimos cuatro encuentros cargó con todas las obligaciones. Le pesaron durante unos minutos de desconcierto donde los centrocampistas visitantes dominaron el juego. Este tiqui-taca combinativo que desespera cuando se llega tarde: La fortaleza física y mental se resiente. Pero de casi todo se levanta este conjunto vitoriano y volvió a hacerlo. Otra cosa es embocar con la portería.

No llegó el empate en un cabezazo muy claro de Guridi ni en una volea cercana de Samu. Por el desagüe se iban unos 45 minutos iniciales donde el equipo mereció bastante más. A remar. Pero el Alavés vuelve, incluso de situaciones desesperantes. Eso sí, otra vez sin tino cuando el partido se decidía. Un minuto antes de que Gundogan empalara una volea notable para el 0-2, Rioja cruzaba en exceso un zurdazo con todo a favor. Al menos, una espectacular cabalgada de Sola con centro con el exterior acababa de inmediato en el 1-2 de Samu. A Sola le correspondió un papel importante en el choque, igual que a Javi López. En el duelo de números 27 ante el brillante y efervescente Lamine Yamal. El lateral zurdo albiazul es ya un valor consolidado. Potencia en estado puro y, de vez en cuando, toques de calidad, como soltándose ya todos los miedos. De exterior habilitó a Rioja cuando parecía cerrado tras un despeje en el centro del campo. Con un doble regate se coló casi al final por la línea de fondo. Crece y destaca.

No fue suficiente en una tarde donde al Alavés le faltó también esa contundencia y pizca de fortuna en su propia área para al menos rascar algo ante uno de los equipos importantes del campeonato. Sólo el punto de San Sebastián hasta ahora en los choques frente a rivales de la zona europea. Un pequeño debe, aunque en el haber cuenta el saber solventar los duelos directos. Por eso la escuadra vitoriana continúa con un margen amplio en su carrera hacia la salvación. Sin necesidad por el momento de sacar los codos, pero con la certeza de que hay que mantener el nivel para que el objetivo se consiga con cierta holgura.

Era ya una especie de heroica lograr algo con el 1-3. Se intentó, claro. Entraron Gio y Hagi, Benavídez y Abde, y finalmente Panichelli. Buenas noticias el regreso del ariete argentino, que cayó lesionado el día del ascenso. Otra vez, como en un pase a la primera pese a estar forzado por la marca del rival, dejó señales ilusionantes. Es una de las piezas que cuenta con la confianza del entrenador y del club. No llegó en cualquier caso ni el tanto que llevara la inquietud al Barcelona. Sensación de rabia por no forzar un poquito más a un adversario con dudas. También de realidad cuando se mira a lo que cada uno tenía sobre el césped