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Giuliano se gana a SimeoneExalbiazul ·
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Giuliano se gana a SimeoneExalbiazul ·
El argentino se ha consolidado en el Atlético a las órdenes de su padreHasta hace unos meses, el glamour del apellido Simeone iba ligado en exclusiva a Diego Pablo. El entrenador del Atlético desde hace más de una década era la punta de lanza de una estirpe de futbolistas con ramificaciones en el Deportivo Alavés. En Vitoria ... su hijo Giuliano se hizo futbolista de Primera el curso pasado. Eso le ha permitido dar el salto, quedarse en la primera plantilla colchonera a las órdenes de su padre e incluso disputarle los focos en las primeras semanas de la temporada. Ahora el prestigio del apellido lo comparten padre e hijo, que este sábado se enfrentan con un irregular Atlético al plantel albiazul en el Metropolitano (16.15 horas).
Esa convivencia entre progenitor y vástago nunca es sencilla, pero ambos la han tratado con suma normalidad. Diego Pablo no se lo ha puesto fácil a Giuliano. Le pidió, sobre todo, «hambre» para hacerse con un puesto. Tras no tener minutos en tres jornadas, sus primeras presencias llegaron casi de puntillas. Hasta que apareció una oportunidad inesperada, un hueco en el carril derecho para acompañar a la zaga de tres, y Giuliano volvió a responder. Asistió, marcó el gol de la victoria dos semanas después -que celebró entre lágrimas- y llegará al encuentro ante el Alavés tras ser convocado de nuevo por Argentina.
A Giuliano pudo cambiarle esa suerte el 6 de agosto de 2023. Quién sabe si a mejor o a peor. Entonces afrontaba en Briviesca el penúltimo amistoso de la pretemporada de su debut en Primera. Aunque había tenido minutos de forma testimonial como colchonero un par de años antes, esta vez era con 20 años jugador de pleno derecho de una primera plantilla. Aunque no de la del Atlético, sino de la de un Alavés que estuvo rápido para hacerse con su cesión tras el ascenso. Ese curso ambos habían coincidido en Segunda, categoría en la que Giuliano marcó nueve goles en las filas del Zaragoza como delantero centro. Pero ese prometedor verano se truncó con una dura entrada sin sentido de Matos, futbolista del Burgos, y un diagnóstico inquietante: fractura de peroné y luxación de tobillo.
Así que a Giuliano le tocó esperar. Volvió en enero, pero esos primeros meses fueron más parte de una recuperación activa que de un desempeño fiel a sus virtudes. Le costó mucho encajar en el Alavés y en Primera. Empezaba a parecer un curso perdido hasta que en abril Luis García le vio sitio como titular en la izquierda. No era un extremo al uso, pero sí un futbolista enérgico, aguerrido y con recorrido. Eso nunca le había faltado. Pero ante el Celta en Mendizorroza encontró el gol y se quedó en el once. Repartió dos asistencias en las últimas jornadas y convenció a los escépticos. El veredicto era mayoritario: Giuliano tenía que seguir en Vitoria.
Todo parecía encaminado a esa opción. En realidad, hasta el Alavés contaba ya con el argentino en sus planes, aunque la cesión no era todavía un hecho. Aún debía disputar los Juegos Olímpicos. Su desempeño entonces, con un gol en el debut, empezó a cambiar los planes del equipo colchonero. Su padre y entrenador comenzó a verlo como una baza que podía aportar en el Atlético. La pretemporada le convenció y optó por quedárselo. El Alavés perdía la posibilidad de contar con un buen atacante -llegó Carlos Martín, también desde el bloque colchonero- y los dos Simeone se juntaban.
Era la primera vez que el técnico dirigía a uno de sus tres hijos en el fútbol profesional. Los otros dos, también delanteros, habían seguido caminos distintos. El mayor, Giovanni (29 años), lleva casi una década en Italia. Ahora en las filas del Nápoles, es una figura contrastada en el Calcio. Gianluca, el mediano y dos años más joven, ha seguido una trayectoria más modesta y lleva cuatro años en Segunda RFEF. Tras jugar en el Tudelano el curso pasado -con el que se enfrentó al filial albiazul en Ibaia bajo la atenta mirada de su hermano-, este curso juega en el Rayo Majadahonda. Muy cerca de Diego Pablo y Giuliano, exponentes de un apellido que ya se pronuncia en plural.
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