Alavés 0-2 Athletic

El Alavés ve pasar el derbi

La verdad es que prácticamente nada salió ayer bien para los intereses albiazules. Ni el Alavés encontró la fórmula táctica para contener a un Athletic demasiado suelto ni ayudaron unos futbolistas más imprecisos de lo habitual. Luis García Plaza había dejado fuera de la convocatoria al tocado Antonio Blanco, cuya posición en el once titular ocupó Benavídez. El uruguayo, desafortunado en todas las facetas, acabó pronto en el banquillo.

Aunque la gran sorpresa fue la suplencia de Guridi, que entró ya al campo en desventaja.

El preparador albiazul se decantó por el estreno en la titularidad de Hagi, al que las revoluciones del partido le superaron. También el técnico decidió el retorno de Sedlar al centro de la zaga para formar pareja con Abqar y relegar a Rafa Marín al banquillo. En el Athletic, lo esperado. Con Yeray de inicio entre los suplentes.

Casi nada bueno sucedió para el Alavés antes del descanso. Solo un resultado corto favorable al Athletic, que dejó vivo el duelo. Poco que alegar frente a la superioridad visitante de un rival que tomó ventaja a través de Iñaki Williams. Tras una acción colectiva de calidad. Tras demasiados minutos donde la escuadra albiazul no encontraba la forma de ajustar su presión sobre la salida del balón rojiblanca. Galarreta y Sancet conectaban entre líneas y daban continuidad a la pesadilla alavesista. De Marcos y Williams aprovechaban esa continuidad para percutir por la derecha. Desorientación.

Tampoco había capacidad albiazul para enhebrar juego ni ocasiones. Un balón pasado que bajó Kike García en el segundo palo y despejó Vivian resultó lo más parecido a una ocasión. A cambio, el adversario amenazaba a través de un fútbol rápido y efectivo. Por ese camino se rozó el 0-2 antes de coger el camino del vestuario. Se entretuvo Sancet y apareció Abqar para tapar el disparo. En el córner, Vivian topó segundos después con el larguero. Nulos argumentos alavesistas a cambio. Recuperaciones casi siempre lejos de la portería de Unai Simón, escasa precisión para hilvanar las contras, sin apenas noticias de Rioja y Hagi... y con un Kike García casi siempre neutralizado en los envíos directos.

El Alavés rozaría después el gol cuando Unai Simón despejó con los pies un tiro cercano de Kike García y Samu tampoco atinó en una contra clara. Tras seis partidos la explosión goleadora del choque ante el Sevilla (4-3) se antoja solo eso. Una alucinación. Antes y después, cinco encuentros con un solo tanto a favor, el anotado en propia puerta por el central del Valencia Cenk. Para pensar que hay trabajo por delante. Nada extraño por otra parte.

Luis García Plaza metió tras el descanso a Guridi y también a Javi López ante la lesión de Duarte. A falta de claridad, más trabajo en el eje para tratar de equilibrar el partido. Ahí encontró el Alavés sus instantes en el derbi. Con más paciencia y elaboración ante un rival entonces encogido por obligación. No llegó el empate, ni tampoco el 0-2 en una ocasión muy clara de Williams. Pero acabó por llegar más tarde por obra de un Sancet al que el cuadro vitoriano nunca detectó. Conectó entre líneas, asistió y marcó. Ahí, con el segundo mazazo, quedó prácticamente resuelto el asunto. Por más que el Alavés volviera a hacer gala de su resistencia. Al límite y con el riesgo de recibir una goleada en las contras, acabó en el área rival y volvió a disponer de un par de opciones en el descuento.

Un choque en definitiva desequilibrado y donde el Alavés vio cómo quedaban ocultas casi todas sus virtudes. Apagado Guevara en una sala de máquinas que se veía superada por el adversario, sin apenas presencia de un Luis Rioja que suele ser el faro para iluminar el ataque. Algo de un Sola que lo buscó de todas las formas posibles... Intentos individuales dentro de un choque que dominó el Athletic de forma colectiva. Con más juego y también solidez en todas las líneas en losduelos individuales. Pocas veces vibró un Mendizorroza entregado con ese equipo enérgico y vertical de otras tardes. Hubo tiempo para el retorno de Villalibre y su merecida ovación. De su zurda llegó el ascenso y el Alavés debe ahora encontrar espacio para una reacción que le permita respirar la próxima semana. Espera la visita al Celta el jueves y el derbi del domingo ante Osasuna. Este equipo merece tener crédito.