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El Deportivo Alavés camina sobre la cuerda floja. Su situación ya antes de medirse al Leganés era delicada, pero durante veinte minutos se encendieron todas las alarmas. En el tiempo que pasó entre el gol de Óscar Rodríguez y el empate de Carlos Vicente ... las dudas se multiplicaron. El Alavés estaba cayendo en su fortín contra un adversario directo. El empate final a base de épica logró maquillar otra tarde gris y el resto de resultados de la jornada también han impedido que el bloque de Luis García viva una situación inédita: caer a puestos de descenso.
El técnico, habitual en recurrir a los datos para contextualizar la situación de su equipo, ha repetido en no pocas ocasiones un hecho. Desde que se hizo con el mando del equipo en el verano de 2022 su Alavés nunca ha estado en zona de descenso. Cierto es que esa no era una cuestión sobre la mesa en el curso de Segunda y que también lo ha pisado de forma coyuntural -por ejemplo, tras caer en la primera jornada de este curso, aunque compartiese la zona con varios equipos-, pero su Alavés siempre ha sido ajeno al trío de los peores equipos de la competición con la liga ya en velocidad de crucero. Y son ya un total de 53 jornadas fuera de la quema.
Ahora, en cambio, esa amenaza es más real que nunca. Los albiazules suman catorce puntos en quince jornadas y son decimosextos. Solo tienen como colchón a un Getafe con un punto menos y los mismos partidos jugados. La zona roja es para Espanyol (13), Valencia (10) y Valladolid (9). De todos ellos, solo el equipo pucelano ha disputado todas las jornadas. El colista de Primera destituyó en la madrugada de ayer a su entrenador, Paulo Pezzolano, tras sumar solo una victoria en los últimos catorce partidos. Ese triunfo llegó, además, en Mendizorroza (2-3). Los catalanes deben recuperar un partido; los valencianos, que se medirán al Alavés dentro de tres jornadas, dos encuentros.
Lejos queda ya un inicio de temporada que situó al equipo en una zona más que tranquila. Los diez puntos de las primeras seis jornadas solo han encontrado como réplica cuatro en las siguientes nueve. Apenas un triunfo, ante el Mallorca (1-0), y el sufridísimo empate contra el Leganés. Demasiados tropiezos que han ido, poco a poco, mermando el crédito de un equipo que cada vez sufre más para practicar el fútbol competitivo que mostró el curso pasado y en el inicio de éste. Las ráfagas de buen juego, como algunas que tuvo ante el bloque pepinero, caen ante el peso de su falta de puntería y, sobre todo, de sus graves problemas defensivos.
A ello se suma que la competición haya recuperado la igualdad en su parte baja. El curso pasado dos equipos se descolgaron muy pronto -Almería y Granada- y el Alavés siempre mantuvo un cómodo colchón con la zona roja. El descenso nunca fue una amenaza real. A estas alturas de la pasada edición de la Liga el equipo de Luis García había sumado solo dos puntos más (16), pero su margen con el descenso era ya de siete. Este curso ningún equipo se ha descolgado y la zona baja está muy comprimida. Apenas hay cinco puntos de diferencia entre el decimoctavo y el duodécimo.
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