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Como los estudiantes a estas alturas del curso, cuando acaba el semestre, el Alavés se somete hoy a examen. Esta tarde el Palacio Villa Suso acoge a las 18 horas la Junta General de Accionistas que deberá avalar las cuentas albiazules del curso pasado, el ... 2019-2020, o del complicado ejercicio actual, marcado de pleno por la pandemia. En cualquier caso, el reparto de las acciones, con una clara mayoría en las manos del Grupo Baskonia-Alavés, convierte el acto en un mero trámite. Las cuentas serán aprobadas. El club muestra su «satisfacción» por los resultados «ante las terribles dificultades que tenemos desde el pasado mes de marzo». Celebran que aunque «nos ha tocado la crisis lógicamente, como a todos, seguimos en el umbral de la positividad».
Aunque los accionistas aprovecharán la Junta para someter a examen al Consejo de Administración del club y su actuación durante los últimos doce meses. Ha sido un año marcado por una pandemia inesperada que ha vaciado los estadios y golpeado a las tesorerías de los clubes. También a la del Alavés. El club había presupuestado un beneficio para este curso de algo más de 1,5 millones de euros, pero deberá conformarse con 430.372 euros. Entre las causas de ese bajón «la ausencia de socios, abonados y espectadores durante gran parte de la temporada y la reducción de los ingresos por derechos de retransmisión». El club, en cualquier caso, se muestra «más que satisfecho» con los resultados registrados. La cifra le permite cerrar en positivo su noveno ejercicio consecutivo.
Los accionistas desgajarán, en el tercer punto del orden del día, el presupuesto de la temporada actual, la 2020-2021. Un año tan señalado como el del centenario ha arrancado de nuevo con las gradas vacías y el notable impacto de la pandemia todavía no ha remitido. En ese escenario, el club, que habla de año de transición, ha planteado un presupuesto un 15% más bajo que el del pasado ejercicio, que alcanzó una cifra récord de 76,1 millones de euros. El actual desciende hasta los 64,5 millones. El club asume que encajará unas pérdidas de casi 3 millones de euros. Esas previsiones dependen de la evolución de la pandemia, lo que puede propiciar la vuelta a los estadios de al menos parte de la afición. El máximo ingreso vuelve a ser el de las retransmisiones televisivas, de 50 millones de euros, seguido por los 8 de traspasos. El mayor gasto son los 39 millones en personal, dos millones menos que en las anteriores cuentas.
Será en el turno de ruegos y preguntas, el momento más caliente de las habitualmente tranquilas Juntas de Accionistas albiazules, donde los accionistas minoritarios expresen sus opiniones, sugerencias e incluso quejas sobre la gestión del equipo. En el último punto del orden del día los accionistas podrán preguntar al club sobre, por ejemplo, la inversión en fichajes en los últimos mercados. Algunos ya han mostrado su malestar por el que consideran un flujo de movimientos escaso.
También será el momento en el que puedan solicitar al club que detalle sus planes sobre la Ciudad Deportiva de Ibaia. El Alavés confirmó en verano la compra de varias parcelas para ampliar sus instalaciones de entrenamiento hasta los los 109.751 metros. Entre otras cosas, se mejorará el edificio, edificará una grada o se construirán más campos de fútbol. Es la gran apuesta albiazul una vez paralizada la ampliación de Mendizorroza.
Será una Junta de Accionistas especial. Varios clubes de la Liga han optado, vista la situación sanitaria, por hacerlas telemáticas o semipresenciales, pero el Alavés ha preferido reunir a los accionistas en su ubicación habitual. Por lo tanto, son varias las medidas sanitarias que ha tomado el club para garantizar la seguridad tanto antes como durante de la Junta.
El aforo, como estableció el Lehendakari en sendos decretos publicados a finales de octubre y principios de noviembre, será del 50%. Se permitirá el acceso de máximo 400 personas. Una cifra, en cualquier caso, que no se ha alcanzado en las últimas Juntas. El año pasado no se llegó a las 150 personas. Sólo accederán, eso sí, los accionistas que hayan solicitado la tarjeta de asistencia. El plazo acabó el pasado día 23. Sin ella, no se podrá entrar a Villa Suso.
La tarjeta controlará el acceso de los accionistas, a los que se les habrá asignado de antemano un asiento. Se recomienda llegar con tiempo al evento, ya que la entrada se realizará de forma escalonada con el objetivo de evitar aglomeraciones. En el único punto de acceso se tomará la temperatura a cada uno de los asistentes, que no deberán tener síntomas de coronavirus ni superar los 37 grados. También deberán desinfectarse las manos con gol hidroalcohólico.
Una vez dentro, cada accionista deberá sentarse en el asiento que tiene asignado -debidamente separado del resto por la distancia de seguridad- y no podrá retirarse la mascarilla de la cara en ningún momento. No está permitido desplazar los asientos y colocarse en otra ubicación que no sea la preasignada. La salida también se realizará de forma escalonada, por orden de filas, para evitar aglomeraciones, y siguiendo el recorrido por los pasillos previamente establecido.
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