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Luis García se fotografía con unos aficionados tras el entrenamiento. Igor Martín

Deportivo Alavés

Peregrinaje a Mendizorroza

1.500 personas disfrutan de un entrenamiento abierto del Alavés en el que se han cantado los goles casi tanto como en los partidos

Jueves, 28 de marzo 2024, 14:06

De procesión a Mendizorroza. Millar y medio de aficionados del Deportivo Alavés de todas las edades ha acudido este jueves por la mañana a presenciar el entrenamiento a puertas abiertas del equipo vitoriano. Una de las pocas oportunidades que la parroquia vitoriana tiene durante ... el curso de meterse lleno en el día a día de sus jugadores. El estadio albiazul ha vuelto a lucir sus mejores galas para la ocasión.

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Más de una hora abierta al público en la que Luis García, con su inseparable gorra, ha ejercido de maestro de ceremonias. Aunque la sesión ha arrancado algo antes, con una parte de trabajo cerrada a los ojos de los curiosos. Ha sido una práctica muy centrada en el apartado ofensivo que ha hecho las delicias de los aficionados sedientos de ver goles, aunque fuera en un entrenamiento.

Con Samu como estrella, Guridi de nuevo con el grupo y el refuerzo de algunos jugadores del filial. El delantero albiazul sigue siendo el que se lleva todos los focos. Con alguna pancarta dedicada a él en busca de su camiseta. O lo que fuera. Durante más de media hora se han dedicado los albiazules a firmar tarjetas, camisetas o balones. Sin prisa y como algunos como el entrenador albiazul entre el grupo de los más solicitados. El chute de ánimo posible para la plantilla antes del partido contra la Real Sociedad del domingo.

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«Es una bonita experiencia para hacer en familia», explicaba Rubén, un padre perfectamente acompañado por su hijo. Una sesión para los más jóvenes, pero también para adultos. Algunos escuchaban atentamente a sus hijos. Ellos eran los que se sabían la plantilla de memoria e intentaban descifrar los ejercicios propuestos por el técnico. No era sencillo con tanto peto repartido por el campo.

Minutos antes de la apertura de la puerta 4, junto al parking, la cola ya daba la vuelta a medio estadio hacia el Paseo de Cervantes. Había ganas de ver al equipo. Los más rápidos han logrado hacerse con un hueco privilegiado en la parte baja de la grada, cerca de sus jugadores y ubicación ideal para después poder fotografiarse con sus ídolos. Los menos madrugadores han tenido que conformarse con un sitio algo más elevado. Sin problema. «De aquí arriba vemos muy genial», confirmaba un joven aficionado desde las alturas.

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