Ely aceptó hasta tres ofertas de renovación antes de renunciar a seguir en el Alavés

Al poco de acabar la temporada, Rodrigo Ely recibió la primera oferta para acordar su continuidad mientras disfrutaba de sus vacaciones en Brasil. No necesitó mucho tiempo para aceptarla. Javi Calleja le expuso su deseo de contar con él pese a llevar lesionado desde diciembre y el carioca tuvo una grata impresión del técnico madrileño. Este mismo periódico publicó el 4 de junio que ambas partes ultimaban su continuidad, pero la entidad cambió el paso pocos días más tarde.

Según fuentes cercanas al defensa, el Alavés le trasladó que no podía inscribirle en la Liga pues la operación sobrepasaba el límite salarial, la diferencia entre los ingresos y los gastos correspondientes a la plantilla. Es decir, fichajes, salarios y demás incentivos. El descenso en las ganancias del último año provoca que dicha cuantía se vea altamente reducida.

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El brasileño comprendió la situación y aceptó una segunda oferta con un salario menor. Pero las noticias que recibió de Mendizorroza fueron las mismas que en la primera ocasión. Con un matiz. Desde la distancia, Ely comprobó que el club empezaba a anunciar la llegada de jugadores cedidos y el fichaje de Lejeune. «Nos encantaría poder contar con él, pero es difícil dada la situación a nivel económico», resumió Sergio Fernández en la presentación del jugador galo.

Con dos intentos inconclusos a sus espaldas, el brasileño regresó a Vitoria con su familia y el ánimo de agilizar el proceso. Recibió una tercera oferta de continuidad, todavía más baja, y repitió el sí como respuesta. Priorizó la oportunidad de redimirse tras su segunda lesión de rodilla, de la que recibió el alta en Barcelona al poco de aterrizar en Foronda.

Estaba preparado para reincorporarse a la pretemporada albiazul, pero el compromiso verbal tampoco se rubricó y el club reapareció con una cuarta proposición, inferior a las tres anteriores, que ya sí colmó la paciencia del central. El brasileño, con el interés de varios equipos de Primera de España e Italia, decidió poner punto final a una negociación que tendía a alargarse hasta el cierre del mercado. Una incertidumbre que el defensa de 27 años no estaba dispuesto a asumir por el riesgo de poder quedarse sin equipo tras su grave lesión y la actitud del club. El Alavés, consultado por este periódico, admitió buena parte de este relato pero se negó a hacer cualquier valoración.