Alavés

Abde se apunta a la traca final

Y Abde de eso va sobrado. Tendrá carencias –los técnicos en su carrera le han reprochado que le cuesta correr hacia atrás–, pero desparpajo, atrevimiento, regate y llegada no le faltan. Un futbolista diferente. No quedan muchos de los que buscan encarar al defensa para generar una superioridad en ataque. Quizás a veces le sobre algún regate, pero no se puede cortar las alas al extremo imaginativo. No se le puede pedir arriesgar en busca del desborde y después censurarle que lo intente.

Como se suele decir, un futbolista esculpido en la calle. Regateador de asfalto, domador de balones de bote incierto. Dibujante de sueños balompédicos en las calles de Blida, donde jugaba a ser el nuevo Mahrez. Talento innato criado en Argelia y forjado en Vitoria, a donde se mudó con su tío con apenas doce años. El sueño del fútbol seguía ahí. Iru-Bat, Ariznabarra y Aurrera antes de recalar en la cantera albiazul. 16 goles con el filial le dieron una oportunidad en el primer equipo. «Va a sorprender a muchos», apuntaba en pretemporada Luis García.

Que le dio la alternativa en el inicio liguero, cuando Luis Rioja aún andaba con la cabeza en un verano mercantil movido. 300 minutos y un gol en las primeras siete jornadas, cuatro como titular. Después el extremo andaluz se centró, ya no hubo quien lo moviera del puesto y al técnico no le convencía Abde a pierna cambiada. Le costó otras 17 jornadas alcanzar 300 minutos más.

Y en la segunda vuelta sólo había sido una vez titular hasta que entró en el once ante el Málaga por la sanción de Rioja. De ahí a la titularidad en el partido decisivo de Las Palmas. Y en otro fundamental ante el Eibar. Ha jugado más en esos tres encuentros que en toda la segunda vuelta.

Y el que actuó a pierna cambiada en el derbi fue Rioja. Providencial reparto de posiciones, pues el sevillano centró y el argelino remató a gol en 44 segundos de juego. Después Abde le daría la asistencia del segundo a Villalibre, el quinto en la cuenta particular del Búfalo, agradeciendo la apuesta de Luis García y dejándole claro que puede contar con él en la final por el ascenso.

Encabezando el grupo de los jugadores recuperados para la causa, compartido con otros como Benavídez, que ha recobrado el protagonismo perdido en la segunda vuelta después de ser fundamental en el inicio del curso, o Mamadou Sylla, que con sus lunares abrió el marcador en Ipurua (quinto gol) y ofreció buenas prestaciones en la vuelta en Mendizorroza. Más reclutas para la traca final de la temporada.