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Silvia Andrés
Domingo, 18 de febrero 2024, 11:49
En plena postpandemia, el empresario y exjugador del Athletic Aitor Ocio estaba a punto de involucrarse en un nuevo proyecto y ni él mismo se lo imaginaba. Toda su energía y sus esfuerzos se centraban en reconducir y adaptar sus diferentes negocios, como la clínica Henao Wellness Clinic ... o el spa S'Thai, ambos en Bilbao. «Era un época muy complicada para todos y la verdad es que no era el mejor momento para lanzarse a nuevas aventuras», explica. Sin embargo, una visita muy especial a Galicia, concretamente a la Ría de Arousa, cambió por completo sus intenciones. Aitor visitó a un íntimo amigo en Villagarcía de Arousa y conoció a Rodrigo, quinta generación de una pequeña empresa conservera de Illa de Arousa, que cuenta con sus propias bateas y un restaurante muy conocido, Punto Cabalo, ubicado en el Faro de la Illa.
Después de aquel encuentro, quisieron devolverle la visita. «Insistieron en verme y aunque no estaba receptivo para nuevas propuestas, al final acepté. Solo me pidieron dos horas y que preparara algo para beber, porque de la comida ya se encargarían ellos», recuerda. Sus amigos, hoy socios, llegaron con mucha ilusión hasta su céntrica casa en Bilbao. «Sacaron un montón de latas y empecé a probar y saborear los productos e inmediatamente pensé que tenía que decirles que sí, aunque todavía no sabía ni lo que me iban a proponer. No soy experto en gastronomía, pero sí que tengo cierto gusto por apreciar las cosas bien hechas», cuenta.
Antes de que le explicaran su idea, Aitor ya empezó a ver las posibilidades de unos productos tan exquisitos y artesanales. «Me gusta elevar a experiencia, más allá del producto en sí o el servicio. Es lo que trato de hacer en todos mis proyectos, convertirlos en modelos diferentes y singulares», recalca. Por eso, cuando finalmente le lanzaron la propuesta, su respuesta fue clara: Aitor entraría en el proyecto si el objetivo era intentar ser la mejor marca de conservas. «Perseguir y ofrecer la excelencia es lo que me motiva y es lo que aplico en todos mis negocios, porque soy muy autoexigente», reconoce. El empresario defiende que los «sueños hay que soñarlos, pero sobre todo trabajarlos». «Y eso es precisamente lo que hemos hecho en estos dos largos años y medio. Reuniones presenciales, interminables videollamadas, en días lectivos y festivos, interminables horas de coche, vuelos en un mismo día... todo ha merecido la pena», asegura.
Dos años y medio después de aquella visita, en noviembre pasado, se lanzaba ROI&Co, enfocada principalmente a la venta online. El nombre y el logo fue creado por el propio Aitor, con un guiño para Rodrigo (Roi) y al resto de las personas que con sus manos cogen una a una cada navaja o mejillón siguiendo el espíritu ancestral de la pesca de las gentes del mar gallegas. Después, esas manos que miman cada pieza, la cocinan y enlatan de forma artesanal y también colocan cada pieza una a una en cada lata. Aitor ha vivido en primera persona cómo es el trabajo de la tradición conservera gallega. Una de las veces en que se encontraba allí hubo aviso de temporal y salieron todos a sacar los mejillones de las bateas a las 4.30 de la madrugada. «Cuando ves y entiendes todo este proceso, piensas: ¡Qué barato es el mejillón, la navaja, la ostra o la almeja! Es maravilloso ver cómo se cuida y protege cada producto», asegura. El único límite es el mar, la propia naturaleza. «Ahora mismo, por ejemplo, no podemos trabajar ni los berberechos ni la zamburiña porque no hay o porque no alcanzan los estándares de tamaño», detalla.
Aitor tenía claro que lo principal de esta nueva aventura era ofrecer un producto de calidad que es capturado con medios artesanales, tradicionales y sostenibles cuando el mar lo permite. «Lo importante es la esencia, pero mi idea era crear una experiencia culinaria en todos los sentidos», explica. Por eso, el comprador recibe en menos de 24 horas el producto escogido en la página web con una presentación que bien podría contener desde un perfume hasta una joya, con un periódico que editan trimestralmente y unas postales incluidas. Además, cada lata de ROI&Co incluye unas coordenadas que geolocalizan el punto de extracción del marisco que contiene y el número de piezas exactas (que denominan serie) de cada lata, dejando atrás la tradición del mercado de conservas que solía indicar un número aproximado. ¿El precio? La lata de mejillones en escabeche (con 8 unidades) cuesta 19 euros, las navajas en aceite de oliva (con 4 unidades) sale por 28 euros y las almejas (vienen 18) por 62 euros, mismo precio que las ostras (10 unidades). Eso sí, llevan incluso una melodía especial: «Hemos incluido un QR con una playlist de Spotify diseñada especialmente para escuchar cuando degustas las conservas. Sabemos que son para momentos especiales y queremos que se disfrute como una experiencia completa en todos los sentidos», concluye Aitor.
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