Victoria, hija de la infanta Elena, nuevo icono de moda con joyas de una tienda vasca

La hija de la infanta Elena y Jaime de Marichalar viajó a la capital hispalense acompañada de su amiga, la 'influencer' María García de Jaime, una experta en lidiar con las cámaras y los 'photocalls' que también eligió piezas de Joyas Antiguas Sardinero. No es el caso de Victoria Federica, que siempre se ha mostrado esquiva ante los micrófonos y ha rehuido los 'flashes' en busca de una vida normal. Sin embargo, su exposición pública ha dado un repentino giro de 180 grados.

Hace tan solo una semana decidió abrir al mundo su perfil de Instagram para alegría de los curiosos y castigo de los indiscretos -Vic, como le llaman en su círculo más íntimo, bloquea a quien sobrepase sus ansias de cotilleo-. En sus redes sociales deja patente una clara inclinación hacia el sector de la moda, algo que ha querido reafirmar días más tarde con su asistencia a la citada fiesta de los 'ELLE Style Awards Andalucía'.

«Estaba espectacular», afirma rotunda Estíbaliz Peña, responsable de la tienda que Joyas Antiguas Sardinero tiene en el número 4I de la Gran Vía bilbaína. Esta gemóloga fue la encargada de poner la guinda final al estilismo de la sobrina del Rey, haciendo un viaje exprés a Madrid para poder vestirla. «No la conocía en persona y me sorprendió muchísimo. Es encantadora y muy cariñosa. Agradeció mucho el trato tan cercano que le dimos», nos cuenta.

La estilista de Victoria Federica contactó con Peña para encontrar las propuestas de joyería que mejor encajaran con ese impresionante vestido en terciopelo azul tinta, de hombros pronunciados, vertiginosa espalda al descubierto y no menos vertiginosa abertura lateral en la falda. «Nosotros asesoramos, pero ella tuvo la última palabra. Le preparé un par de opciones y eligió una que conjuntaba perfectamente con su look».

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Eran tres piezas de estilo Art Decó realizadas en platino, con diamantes naturales y zafiros que combinaban con el color del vestido. Los pendientes se podían ver en todo su esplendor gracias al recogido pulido en una coleta alta que le hizo el estilista Sandro Nonna. Eran un modelo corbata, algo que se estilaba mucho en los años 20, al igual que los anillos, modelo lanzadera. Ya lo decía Georges Fouquet, un reconocido joyero francés de aquella época: «una joya debe verse de lejos». Y así fue, porque «no necesitaba nada más», puntualiza Estíbaliz.

También viajamos a otros tiempos con las joyas de María García de Jaime. En este caso, a los años 40, a juzgar por la gargantilla y los anillos de oro que eligió. Son de estilo 'chevalier', característico de esa década, y completaban con acierto un elegantísimo vestido en color caldera de Flor Fuertes.

Esta mirada al pasado pone en relieve la filosofía de Joyas Antiguas Sardinero: la búsqueda de la exclusividad a través de piezas rescatadas de otras épocas. Su carácter único huye de la producción en masa, por lo que es muy difícil encontrar tres piezas iguales. Además, cada una de ellas es significativa, no solo por su apariencia, sino porque han tenido diferentes historias, otras vidas y otros dueños. Esta fue la premisa con la que Pilar Lobato, fundadora de la empresa, hizo realidad su sueño en 1998, cuando abrió en Santander su primera tienda. A ella se sumaron las de Madrid y Bilbao, haciendo de esta marca un emblema de la joyería 'vintage' en nuestro país.

«Victoria y María son unas niñas guapísimas y quedaron encantadas con el resultado. Y es que, ¿a quién no le gusta una joya bonita?», comenta Estíbaliz Peña, indicando además que las piezas que prestaron a ambas jóvenes se pueden pedir en cualquiera de las tres tiendas, ya que su género va rotando según la demanda de los clientes.