Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Prometió que iba a ser «lo más brutal» que ha hecho hasta el momento y ha cumplido su palabra. Por octavo año consecutivo, Cristina Pedroche ha vuelto a dar la campanada en las campanadas. Y esta vez lo ha hecho de verdad, con una 'performance', ... una puesta en escena y un poderoso mensaje que van más allá de un mero vestido. Consciente de que un trozo de tela ya no era suficiente, la presentadora ha dejado a todos boquiabiertos ofreciendo algo distinto. Pedroche ha aparecido calva, sin la melena a la que nos tiene acostumbrados. Pero, además, ha querido simbolizar la metamorfosis de una libélula para realizar una metáfora sobre el deseado renacer que todos esperamos del año que comienza. Un mensaje que ha trasladado a través de un vestido que ya existía y que tiene más de 30 años.
Pedroche esta vez no ha querido estrenar modelito, sino que ha preferido rescatar una pieza de museo. Se trata de un vestido de la colección primavera-verano 1991 del fallecido diseñador Manuel Piña, conocido como «el Almodóvar del diseño español». Una prenda que pertenece al museo dedicado al modisto en su localidad natal, en Manzanares (Ciudad Real), y que la presentadora y su estilista, José Fernández Pacheco, 'Josie', han recuperado para la retransmisión de las campanadas junto al cocinero Alberto Chicote en Antena 3. El éxito en la Nochevieja pasada de Anne Igartiburu y Ana García Obregón hizo tambalear su trono, pero Pedroche ha vuelto ha demostrar que es la reina del 'show' y que es capaz de hacer todo lo que le pida el cuerpo para romper con la tradición de comer las uvas con La 1.
El vestido escogido por la vallecana y su estilista es uno de los últimos que realizó Manuel Piña (Manzanares, Ciudad Real, 1944-1994). Lo presentó en septiembre de 1990 en la Pasarela Cibeles (de la que fue diseñador fundacional) para la temporada primavera-verano del año siguiente. A su fallecimiento, tres años después, Piña lo legó a su pueblo. Allí abrió un museo que lleva su nombre y que preserva el vestido junto a multitud de sus diseños, además de la historia y la definitiva influencia de uno de los creadores españoles más importantes de finales del siglo veinte y máximo exponente de la moda dentro de la Movida madrileña.
Más información
Se trata de un vestido transparente, confeccionado en tafetán calado iridiscente, con acabados metálicos y un caparazón que recuerda al de un escarabajo. Esta noche de fin de año, más de tres décadas después de salir a la venta, esta prenda ha vuelto a la vida. Y muchas personas han podido descubrir el talento del diseñador que la firma. Además de la propia Cristina Pedroche, en el proceso ha estado muy implicado, como cada año, su asesor y estilista, 'Josie', que ha querido hacer un homenaje personal al desaparecido creador. «Gracias Pedroche por sumarte a esta fantasía de homenajear a un genio autodidacta al que conocí de niño, y al que me unen nuestro origen común y la admiración que le he profesado durante todos estos años hasta compartirla contigo», ha escrito el estilista en su cuenta de Instagram.
El estilismo de la vallecana se completa con una capa alada creada por Buj Studio, que ha llevado más de 580 horas de trabajo entre diseño y confección. Además, otra de las piezas más destacables del look ha sido su casco, creado -al igual que sus zapatos- por Manuel Albarrán, un artesano experto en metal. El resultado es una reflexión que se inspira en la metamorfosis de los insectos para realizar una metáfora sobre cómo un cambio de piel lleva a un nuevo renacer, que es justamente lo que todos esperamos de este 2022. La conexión entre este diseño de hace 30 años con la realidad del tiempo que vivimos es, verdaderamente, poética. Ya avanzó Pedroche que este año no iba a llevar «tela como tal», «no es un vestido como tal». «Es poesía y no siempre la gente la entiende», adelantó hace unos días. El peluquero Óscar Lozano y la maquilladora Carolina Moreno, su equipo de confianza, han vuelto a encargarse de un look de belleza que busca la luminosidad y transmitir una imagen de positividad para un esperanzador 2022. Para su gran noche, la madrileña optó además por una manicura plateada.
La vallecana ha aprovechado los instantes previos a la medianoche para pronunciar unas palabras sobre «la importancia de la salud mental». También ha recalcado que es necesario «cuidar el planeta y cuidar a los demás, como ha hecho este año el personal sanitario». De la mano de su compañero de los últimos cinco años, Pedroche también se ha acordado del colectivo LGTBI y ha deseado que en el 2022 todo el mundo pueda «amar a quien quiera y con orgullo». Y como ya es tradición, ha soltado el primer chiste malo del año para empezar el 2022 con buen humor.
Si algo hay que reconocerle a Cristina Pedroche es su arte para vender las campanadas. La promoción previa a las uvas la domina como nadie. Y tiene mucho mérito invertir un mes entero en dar pistas sin darlas, en hablar de un vestido sin decir nada, pero consiguiendo estar en boca de todos. Como auténtica profesional del espectáculo, sabe que no hay nada peor que cansar a la audiencia. Y este año lo ha evitado a toda costa subiendo de nivel y dejando que su pelo entrase en el juego. Por eso, no ha dudado en raparse la cabeza, que hasta pasadas las doce ha ocultado bajo el casco plateado. Lo dejó entrever al cortarse unos mechones en el vídeo promocional desde el reloj de la Puerta del Sol y al lucir varias pelucas antes de su gran noche. Lo que haga falta para que en las casas se coja el mando y se diga 'a ver qué lía la Pedroche este año'.
Pedroche aprovechó las últimas horas del 2021 para compartir con sus 2,9 millones de seguidores en Instagram la pasión y entrega que siente cada año por dar las campanadas. «Es un momento único en el que todos los españoles estamos haciendo lo mismo, y de verdad, para mí ser parte de esto es un sueño. Todo el trabajo ya está hecho, solo me queda disfrutar y pasármelo bien», escribió horas antes de ponerse al frente de la retransmisión. La madrileña también publicó un resumen en clave estilística de los distintos looks que ha lucido desde el 2014. «Repasando todos los vestidos me pongo nerviosa. Qué especiales y únicos. Pero estoy nerviosa de ilusión, de ganas, de emoción. Estoy deseando que por fin lo podáis ver todo. Y deseando también que os guste. Gracias, gracias y millones de gracias», confesó a sus incondicionales sobre una noche en la que se entrega al máximo e intenta dar lo mejor de sí misma. Y su marido lo sabe. Por eso, no dudó en contribuir con la causa y, como ya es tradición, enfundarse este jueves el 'vestido mascarilla' con el que la vallecana entró en el 2021.
La primera vez de Cristina Pedroche como presentadora de las campanadas fue en 2014, junto a su excompañero Frank Blanco en La Sexta. El vestido firmado por la diseñadora ibicenca Charo Ruiz creó un gran revuelo en la opinión pública por las transparencias lucidas por la vallecana, dando pie a una tradición viral que aún continúa. Tanto Atresmedia como la propia Pedroche han hecho de su elección estilística de Nochevieja un evento en sí mismo, generando con promociones televisivas, entrevistas y publicaciones de Instagram la intriga y el interés necesario sobre lo que se pone o se deja de poner.
Tras confiar en tres ediciones consecutivas (2015, 2016 y 2017) en la firma nupcial Pronovias, en los últimos años el tándem Cristina Pedroche y su estilista de cabecera, 'Josie', ha sabido alimentar el misterio y el consiguiente debate mediático con apuestas cada vez más llamativas. Después del aluvión de críticas que recibió por el bikini de flores y tul de la marca catalana Tot-hom que lució en 2018, la presentadora quiso sorprender en 2019 enfundada en una escultura del artista Jacinto de Manuel elaborada con fibra de vidrio reciclado.
Para recibir el 2021, decidió homenajear a los confinados en la pandemia con un minivestido, que intentaba representar una mascarilla cuajada de brillantes, firmado por Pedro del Hierro. Una elección estilística con la que Pedroche no superó a Ana Obregón y Anne Igartiburu, pero sí batió su mejor marca (27,5%) tras reunir a más de 6,1 millones de espectadores. Un listón difícil de superar este año, en el que debía hacer otra cosa para seguir estando ahí. Y vaya que si lo ha hecho.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.