El triunfo de las joyas vizcaínas en los Premios Goya 2022

La actriz, encargada de presentar uno de los premios de la velada, fue otra de las mujeres que con su look nos transportó al glamour de antaño. Su vestido, firmado por Alicia Rueda, estaba inspirado en los años 30, una década en la que las capas comenzaron a instaurarse como complemento habitual en los eventos de gala. La suya era una magistral creación de pedrería en negro y azul noche minuciosamente trabajada a mano. Una estela de estrellas caía sobre sus hombros y envolvía el forro interior, en una perfecta paradoja con sus pendientes: unos soles de la firma bilbaína M de Paulet.

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Cada una de las piezas de esta marca de joyas se definen como «un homenaje a la sofisticación y al glamour vintage», una afirmación que no podía estar más en sintonía con el look de Ana Milán. En su caso, eligió el modelo 'Sol L', una pareja de pendientes de plata bañada en oro de 23 quilates y decorada con cristales. Están diseñados a mano, una artesanía que se hace notar en las pequeñas curvas y recovecos que recorren cada una de sus piezas y hacen de ellas algo aún más especial. Este modelo, está disponible en su página web por 145 euros.

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Lo cantaba Marilyn Monroe en «Los caballeros las prefieren rubias». Los diamantes son «los mejores amigos de las mujeres», son la joya de la corona, un clásico atemporal capaz de amoldarse al dictado de las tendencias. En las últimas temporadas, hemos sido testigos del renacer de los pendientes de diamantes en cascada, un elegante diseño con reminiscencias retro por el que ha apostado Cristina Brondo en la gala de los Goya.

Se trata de un modelo que pertenece a la colección «El invierno en Lisboa» de la joyería bilbaína Suarez. Unos pendientes de oro blanco de 18 quilates con 172 diamantes blancos en talla redonda, con un total de 2,96 quilates. Estas piezas están valoradas en 8.950 euros y, junto con su llamativo tocado de flores, completaron un espectacular vestido de 'paillettes' de Teresa Helbig inspirado en la guerra del Opio, librada entre China e Inglaterra entre 1839 y 1842.

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No solo de actrices se nutre la alfombra roja del cine español. Como ocurre últimamente en muchas otras entregas de premios, las 'influencers' son las protagonistas paralelas de estas citas dedicadas al séptimo arte, con su consecuente despliegue de looks pensados para capturar miradas y 'likes'. Anna Padilla, hija de Paz Padilla, es una de las jóvenes que ahora triunfa en el paralelo digital que ha viajado hasta Valencia para presenciar en primera persona la entrega de 'cabezones'. En su caso, vestida con un diseño de Victoria, con cuerpo geométrico de crepé, mangas cortas abullonadas en organza de seda y falda en crepé velado en tul, bordado con piedra y cristal.

Un diseño que dejaba su espalda al descubierto y que ha combinado con joyas también de Suarez. Destacan sus pendientes de perlas, unas joyas que apostan luminosidad al rostro. Este tipo de piezas no tiene por qué asociarse a determinados clichés ni parecer anticuadas, ya que hoy en día existen infinidad de modelos para todo tipo de gustos, edades y bolsillos. El modelo elegido por la 'influencer' no podía ir más acorde a la ocasión, ya que están bautizados con el nombre «Tacones Lejanos», en referencia a la película que Almodóvar filmó en 1991. Se trata de unos pendientes de oro blanco de 18 quilates con 30 diamantes en talla redonda, con un total de 0,59 quilates y 4 perlas blancas, que se puede adquirir a partir de 1.840 euros.

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La actriz fue una de las primeras en posar sobre la alfombra roja de este año y la encargada de abrir la gala con un número musical junto a Bebe y Jedet, que versionaron el tema 'Libre' de Nino Bravo. Roberto Diz fue el encargado de diseñar uno de los vestidos más sugerentes de la noche, a base de transparencias estratégicas y bordados de pedrería. Lo remató con una elegante capa en el mismo tejido. Al igual que en años anteriores, confió las joyas a la firma bilbaína Suarez.