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En una desapacible y lluviosa tarde de lunes, Olaia Pillado llega a los Jardines de Albia con un alegre estilismo formado por un traje en color rosa, a juego del colorete que se ha aplicado en las mejillas. «Hoy me he vestido con un ... estilo 'working'», aclara como buena experta en tendencias esta baracaldesa de 31 años con síndrome de Down. Ni el sirimiri ni la humedad impiden que luzca perfectas las ondas del pelo, que ella misma se hace cada mañana con un rizador. Desde que era pequeña, Olaia consulta el tiempo la noche anterior y se saca el conjunto que se va a poner al día siguiente. Y no solo deja lista la ropa, también el bolso, los zapatos y hasta los pendientes. «Lo tiene todo muy estudiado», cuenta su madre, Susana Mato, que le acompaña en la sesión fotográfica. Porque esta enfermera apoya a su hija de forma incondicional en su pasión por la moda. «A veces se pone sombreros o viseras para ir a clase... ¡y cómo no le voy a dejar!, si lo lleva todo con mucho estilo», cuenta orgullosa. Cuando ella veía la serie 'Sexo en Nueva York', Olaia, que era una cría, se quedaba atónita delante de la televisión fascinada con los estilismos de Sarah Jessica Parker. «No paró hasta que le compré una falda de tul como las que llevaba la actriz», recuerda Susana, que tuvo a su única hija con diecisiete años. «Fue muy duro al principio, pero es maravillosa, he aprendido mucho de ella.» De sus conocimientos de moda también, claro. «El otro día le hice una foto para el blog aprovechando el ladrillo visto del portal y quedó muy retro, ¿verdad? Me estoy haciendo una entendida», bromea mientras muestra la imagen en la que Olaia posa con soltura, como si fuese una supermodelo.
Esta joven inquieta se animó hace cuatro años a crear su propio blog, 'Viviendo la moda', junto a sus primos Mirea y Unai, que le ayudan a redactar los artículos. «Ella seguía mucho los pasos de Sara Carbonero y Paula Echevarría, así que un día me preguntó: '¿Puedo yo también tener un blog? Si es tu pasión, tienes gusto e ilusión, ¿por qué no?'», le motivó su madre. Hoy visitan su bitácora cerca de mil personas al día, casi tantas como seguidores acumula en Instagram: «Tengo 1.224», presume Olaia, que lleva el recuento al dedillo. De las tendencias se informa en sus revistas de cabecera, Glamour y Cosmopolitan, que nunca pueden faltar en su escritorio. «Me manda un mensajillo cuando salgo del trabajo para que se las compre», cuenta Susana. Y tampoco pierde detalle de los estilismos que ficha en los escaparates e incluso en sus viajes en metro: «Se fija mucho en lo que llevan las chicas en la calle y luego me comenta sus looks, tiene un radar para eso.»
Cuando se mudaron de casa, Susana obsequió a su hija con un vestidor que habilitó en una pequeña habitación. Allí Olaia se tira horas clasificando la ropa por colores, estampados, estilos... y hasta se apunta en un papel distintas combinaciones de prendas para ir siempre impecable y a la última. Define su estilo como 'sport' y se siente cómoda en vaqueros, a los que después da su toque personal con 'bombers' o 'bikers' de cuero. También los complementos son su seña de identidad: tiene una colección completa de riñoneras, turbantes, boinas, coronas de flores... Aunque, eso sí, el chándal lo reserva únicamente para los días que practica deporte. Asiste a clases de defensa personal dos veces por semana y está aprendiendo a bailar 'funky'. Olaia sigue un estilo de vida saludable, basado en el ejercicio físico y en una buena alimentación. «Como muchas legumbres, hortalizas... y cocino con mi madre salteado de verduras, pescados al horno y ensaladas templadas.» «Los fines de semana puede caer alguna pastita, pero poca cosa, es muy métodica», subraya Susana.
Compagina su afición por la moda, con sus estudios de auxiliar de Comercio, que cursa en la Universidad de Deusto dentro de un programa de formación laboral para adultos de la Fundación Síndrome de Down y Otras Discapacidades Intelectuales. También se ha formado como auxiliar administrativo y de biblioteca y hasta ha realizado un curso de barista. «Siempre está activa y en la bolsa de empleo, tiene una gran fuerza de voluntad», señala su madre, que se ha desvivido por lograr su integración. De hecho, Olaia estudió hasta Secundaria en la misma clase que el resto de sus compañeros del colegio Nuestra Señora del Rosario del barrio de Burceña, en Barakaldo. «Fue un esfuerzo muy grande, de ella la primera, pero yo le hacía esquemas de todas las lecciones, le grababa la teoría en una cinta para que al escucharlo le fuera más fácil... mi ilusión es que estuviera lo más integrada posible.»
Sus enormes ganas de trabajar y su exquisita educación le abrieron después las puertas del mercado laboral. Durante dos años atendió al público en la tienda que Nespresso tiene en Rodríguez Arias, además ha trabajado como recepcionista y camarera de piso en el Hotel Meliá y ha puesto cañas en el Mesón 'La Tortilla' de Deusto. A Olaia no hay reto que se le resista mientras dependa de su voluntad. Con su tesón y el impulso de su madre, que siempre le dijo que sí podía, quizá cumpla algún día su sueño de ser modelo y desfilar para sus diseñadores favoritos: «Alicia Rueda, Amaya Arzuaga, Mónica Cordera o Custo Dalmau», suelta de carrerilla antes de irse a Stradivarius a cambiar un traje verde agua que le queda grande. «Me quiero coger una chaqueta militar, que se lleva mucho, como el 'animal print', el estampado floral o el estilo 'denim', que también son tendencia.»
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