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La historia de amor de Celia Sanchis, periodista valenciana de 30 años, con su actual marido, Michel Herrero, futbolista en el Real Valladolid, es como un cuento de hadas. Se conocieron en el césped entre partido y partido cuando ella cubría la información deportiva del Valencia y él formaba parte de la plantilla. «Yo era la becaria, le entrevisté después de un encuentro y nos llevamos muy bien», recuerda Celia. Y como a Iker Casillas y Sara Carbonero, les surgió el amor. La complicidad entre estos compañeros de vida lleva fraguándose más de doce años. No tienen ningún secreto, cuidar el uno al otro. «Hubo etapas en las que nos distanciábamos porque vivíamos en ciudades diferentes. Él estuvo en China un año, por ejemplo. Pero aun así, cuando coincidíamos en Valencia, siempre éramos él y yo», reconoce emocionada. Aunque esta pareja nunca habló sobre casarse. A Celia le vino de sorpresa. «Me lo pidió el verano pasado en el césped del estadio Mestalla antes de irse de pretemporada. Me engañó, me dijo que íbamos a cenar, me tapó los ojos y cuando me quité la venda, me lo pidió entre fuegos artificiales. Claro que le dije que sí», rememora. El enlace se celebró el pasado 29 de julio en la Catedral de Santa María de Valencia.
Estuvieron un año de un lado para otro de Valladolid, donde residen actualmente, a la ciudad del Turia para concretar cada uno de los detalles de la boda. «Menos mal que tuvimos la ayuda de una 'wedding planner', creo que contar con ella ha sido la mejor decisión de mi vida», bromea. Los viajes a Bilbao cada mes y medio también fueron frecuentes. Concretamente al atelier de la modista especializada en vestidos de novia, Alicia Rueda, en el corazón de la villa. «Si tenía algo claro, es que quería que lo confeccionara ella. Era una gran admiradora de sus diseños. Nunca me probé ningún otro modelo antes», desvela. Las escapadas para realizar las pruebas del vestido soñado pronto se convirtieron en entretenidas excursiones familiares. «Me acompañaban siempre mi padre, mi tía, mi madre… esta última también decidió que Alicia le hiciera su vestido. En definitiva, nos lo pasamos muy bien. Siempre decimos que tenemos que repetir, Bilbao es una ciudad que nos marcó», cuenta.
En la primera reunión con la diseñadora marquinesa, esta ilusionada novia tenía las ideas claras: quería un vestido clásico para la ceremonia en la iglesia y que, a su vez, no fuera totalmente tradicional. «Le propuse crear un vestido con volumen, cola, espalda descubierta, manga francesa y con una falda que tuviera relieve. Además, le sugerí ponerle un lazo en uno de los hombros, le daba un aire más actual. Quedó un resultado muy equilibrado», detalla Alicia. A Celia, la idea le entusiasmó. De hecho, el resultado no la sorprendió: «Era seguidora de lo que era capaz de hacer esta modista, ellaaportó al vestido la magia particular que caracterizan sus diseños».
El 'look bridal' lo completó con un ostentoso velo que iba desde la cabeza de la novia hasta los pies. Asimismo, el peinado escogido por Celia, un recogido bajo, permitió que lucieran unos maravillosos pendientes de plata con piedras verdes esmeralda que le habían regalado sus padres para la ocasión. Por último, se calzó unos zapatos de tacón azules que tienen grabado su historia de amor con Michel. «Me los hizo la firma madrileña Marian Loves Shoes. En la parte del talón, se aprecia la silueta del estadio Mestalla, donde me pidió matrimonio y el día en el que nos casamos», explica.
Pero al igual que esta novia tenía claro que su primer vestido tenía que tener un toque tradicional, deseaba un segundo traje para la fiesta que rompiera moldes.«Quería sorprender y que la indumentaria me permitiera bailar toda la noche», declara. No se lo pensó dos veces, para esta vestimenta también concurrió a Alicia Rueda. Aunque esta vez tenía un abanico de opciones mucho más amplio. La modista, conociendo el gusto y el estilo de esta periodista valenciana, le propuso que se probara un conjunto de su colección 'Whitealice', la línea de prendas especiales para mujeres que quieren vestir diferente en su gran día. «Pidió que le trajeran un conjunto, un pantalón de tiro alto con tul en los laterales y un top corto con un gran lazo en el centro. En realidad era negro, pero lo cambiamos por uno blanco. Me lo probé y cuando me vi en el espejo me di cuenta de que era exactamente lo que quería llevar», rememora con emoción. Los invitados no se lo esperaban y, desde luego, dejó sin palabras.
Siguió esta estética transgresora para rematar la segunda vestimenta con unos accesorios más informales. Cambió sus amados zapatos personalizados por unas cómodas cuñas con plataforma de la firma estadounidense, Michael Kors, y se soltó el moño para recoger su pelo en un semi recogido. Aunque con los nervios, se le olvidó añadir a la cabeza una horquilla dorada con perlas, como había planeado. «Se quedó en una divertida anécdota», pronuncia.
Celia y Michel jamás olvidarán el día de su boda. «Por el momento es el día más feliz de nuestras vidas», expresan. Esta novia tampoco olvidará que fue Alicia Rueda la que diseñó el vestido de sus sueños. La relación entre la novia y la diseñadora se estrechó prueba tras prueba. «Nunca pensé que este proceso iba a ser así de especial. Este año tengo un par de bodas y quiero que los trajes me las haga ella», declara.
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