Las musas de Paul Txertudi, el modisto vasco que fichó por Mango

Ana es una extremeña afincada en Barcelona, ciudad donde asistió al enlace de una amiga. Por primera vez, quiso que su look de invitada estuviera hecho a medida con las ideas que rondaban su cabeza. Ella trabaja en la industria de la moda y tenía perfectamente claro el tipo de vestido que buscaba: «me apetecía algo de líneas sencillas, pero con personalidad, que reflejara muy bien mi forma de ser», explica.

Itziar y Ana no se conocen, son de ciudades distintas, pero están conectadas por ese hilo rojo del que hablaba la leyenda. Esa unión invisible, ese punto de conexión, se llama Paul Txertudi, el responsable de hacerlas brillar con luz propia en sus respectivos eventos. «Me sentí empoderada. Cuando tienes algo en tu cabeza y alguien lo sabe plasmar de esa forma tan especial es una pasada», reconoce Ana. «Todo el mundo me preguntó de dónde eran mis vestidos. De hecho, le dije a Paul que me debería haber dado tarjetas de visita, porque las hubiese repartido a todo el mundo», bromea Itziar.

Paul Txertudi es una de esas personas que nacen con el don de la sensibilidad. Con esa cualidad de hacer fácil lo difícil. Porque combinar un trabajo a tiempo completo mientras hace realidad su sueño en los ratos libres no es sencillo. Porque confeccionar vestidos de invitada espectaculares sin más recursos que los que le ofrece su pequeño taller, instalado en una de las habitaciones de su casa, también es complicado.

En el primer boceto que este joven de Gernika nos hace sobre su trayectoria profesional se autodenomina 'modisto'. Lorenzo Caprile, que utiliza el término 'modista' también para el género masculino, dijo en una entrevista concedida a 'El País' que su trabajo es diseñar, «pero también hacer muchísimas cosas más, no solo el dibujito». Una afirmación que no podría ser más acertada en el caso de Txertudi. A partir de una idea, Paul hace el boceto, el patronaje y la confección para la firma de novias e invitadas a la que ha bautizado con su apellido.

Txertudi comenzó en Bilbao a modo de 'petit comité', realizando encargos personales a clientas puntuales cuando terminó su carrera de Diseño de Moda en el IED Madrid. En su afán por combinar moda y comunicación, comenzó la carrera de Periodismo y lanzó junto a su amiga Begoña una web de tendencias y actualidad sobre el sector. A sus 33 años, goza de un currículum admirable con varios reconocimientos a sus espaldas: finalista en Creamoda, ganador de Getxomoda y primer premio junto a Ana Goitia en el concurso 'Conviértete en estilista', creado por Hola.com y ACME (Asociación de Creadores de Moda de España). Tras hacer prácticas con Mercedes de Miguel y haber trabajado como 'Personal Tailoring' en Massimo Dutti, decidió tomar rumbo a Barcelona para embarcarse en un nuevo proyecto.

Hace cuatro años, Paul entró a formar parte de la plantilla de Mango, uno de los gigantes del 'fast fashion' español. Allí desempeña su labor de modisto en la línea Mango MAN: hace los arreglos, remata las piezas, personaliza los detalles y crea los bordados, tanto de prendas como de accesorios. Reconoce que, de momento, no puede vivir de su propia marca, pero de forma paralela a su trabajo, no ceja en el empeño de impulsarla y darla a conocer. Por suerte, tiene a las mejores embajadoras que han mostrado su trabajo en distintos rincones de nuestra geografía.

Itziar lo hizo por partida doble, primero en el Palacio de Ubieta de Gordexola y luego en la Real Sociedad de Golf de Neguri, donde se celebraron las bodas de sus amigos. Ella conoce a Paul «de toda la vida», porque es el mejor amigo de su primo. «Le pregunté si tenía disponibilidad de algún vestido y me mandó desde Barcelona un modelo en color fucsia. No hubo que hacerle prácticamente ningún arreglo, me quedaba como un guante», explica.

Su éxito fue tal que no dudó en repetir con un diseño en color celeste que seguía la misma fórmula de estilo: corte 'midi', silueta lápiz y un arquitectónico volumen como remate final. Tres cualidades que se han convertido en la seña de identidad de la firma.

«Un amigo 'costurera', como yo le llamo, hay que aprovecharlo», afirma Ana. Ellos se conocieron hace cuatro años trabajando y se han convertido en un punto de apoyo. «Hay que ayudar y fomentar los pequeños proyectos», puntualiza. El suyo fue un elegante diseño azul marino, de escote 'Bardot' y falda tubo, acompañado por un inesperado volumen en contraste sobre uno de los hombros. ¿El tocado? un toque 'rock' a modo de redecilla que también fue obra de Paul. «Me encantó el resultado y, sobre todo, cómo trabaja y cómo te acopaña durante todo el proceso».

Tanto es así que, tanto Ana como Itziar, aseguran que serán los primeros 'Txertudi' de muchos.

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