Con anclas bordadas, lazos, en tul y plumeti... Las mascarillas toman la primera comunión

La mascarilla no podía faltar en las comuniones, ni en las bodas, si ya se ha convertido en parte de la rutina diaria. «Los niños tienen tanta ilusión por ese día que les da igual tener que llevarla, la han asumido como un complemento más», cuenta Blanca Blanco tras el mostrador de Confección Infantil Zuriñe en Vitoria. Allí venden modelos inspirados en cada traje para que nada desentone en el 'outfit' de los pequeños. La misma puntilla que remata el vestido, por ejemplo, se cose en el protector para nariz y boca o si se elige un modelo marinero, se puedne bordar unas anclas. Las opciones son (casi) infinitas.

En las tiendas físicas y también online se multiplican los diseños para estas mascarillas 'mini'. Y el surtido no deja de crecer impulsado por la nueva normalidad, que ha concentrado las comuniones entre este mes de septiembre y octubre. Hay tejidos -tul, raso, plumeti, lino...- y adornos, desde lazos a flores, nudos marineros, iniciales bordadas o palomas y cálices, entre los motivos religiosos, para todos los gustos. Las telas se pintan sobre rodo de blanco y tonos crudos aunque también se venden modelos en rosa y azul bebé y, pensados especialmente para los pequeños almirantes y capitanes, en marino y a rayas.

«Si hace unos meses nos llegan a preguntar si íbamos a sacar mascarillas para la comunión hubiéramos dicho que no y, ya ves, ahora son el complemento estrella», reconoce Jesús Fernández, responsable de la zona infantil en El Corte Inglés de Vitoria. La mayoría se confecciona en algodón en la zona que toca la piel y cuenta con acabado antibacteriano e hidrófugo pues, a pesar de que en las fotografías sólo quedará el diseño para el recuerdo, su objetivo final es la protección frente al coronavirus.