El llamativo look de una princesa vasca en la última gran boda de la aristocracia

Carla llegaba a esta propiedad privada en compañía de su marido, Kubrat de Bulgaria. Puede despistar que su título nobiliario sea el de princesa de Panagurishte, porque es más bilbaína que las trufas de Arrese. Nietísima de la ilustre Carmen Orueta Arrese, fundadora de este icono del comercio local, nació en Valladolid de casualidad, en un parto que se adelantó durante un trayecto en tren desde Madrid hasta la capital vizcaína. Será cierto eso que dicen que los bilbaínos nacen donde les da la gana. También hace lo que le place en cuestiones estilísticas, porque lo mismo se salta el protocolo nupcial con una gabardina roja hasta los pies en una boda de día que vuelve a poner sobre el mapa de las tendencias las denostadas medias de colores a golpe de photocall. Lo suyo es llevar el 'mix and match' al siguiente nivel y lo ha vuelto a demostrar en la boda de su sobrina.

Con el mero hecho de bajar la ventanilla de su coche para saludar a los periodistas que se agolpaban en la puerta ya se pudo intuir la procedencia de su vestido. Esas florecillas moradas que brotaban de su escote tenían el sello inequívoco de Josep Font. Carla es una fiel defensora de la moda española y tiene especial predilección por el diseñador catalán, sin duda, uno de los mejores que ha dado este país. Del barcelonés atesora verdaderas joyas, tanto de la época en la que custodiaba su firma homónima como de esa nueva era en la que tomó las riendas de Delpozo, enseñando al mundo una moda delicadísima, etérea y casi onírica, que consiguió arrasar dentro y fuera de España, encandilando a iconos de estilo como nuestra reina Letizia o la mismísima exprimera dama de los Estados Unidos, Melania Trump, al otro lado del charco. Esa fantasía terminó en 2018, dejando un inolvidable legado que asiduas como Carla siguen, por suerte, manteniendo vivo.

Font tiende a jugar con los colores, las texturas, los volúmenes y la ornamentación, unas claves que se plasman en el vestido de invitada elegido por Carla Royo-Villanova. A nada, este diseño puede tener alrededor de dos décadas, tal y como ella misma ha detallado en sus redes sociales. «Desde hace más de 20 años, sigo confiando en Josep Font. Los vestidos que adquirí en aquellos maravillosos años seguirán siempre siendo especiales», apunta. Desconocemos la colección exacta a la que pertenece, pero dado que Font fue relegado en 2008 de su puesto en la firma que aún hoy conserva su nombre, se puede hacer un cálculo aproximado. Si el color es una de las máximas de Carla a la hora de vestir, rescatar joyas de fondo de armario es otro de sus pilares. De esta manera, derriba mitos dando nuevas oportunidades al 'vintage', una corriente a la que también se han sumado numerosos rostros conocidos como Vanessa Lorenzo o la duquesa de Cambridge, por poner solo algunos ejemplos.

Este diseño, por ejemplo, está confeccionado en seda de la más alta calidad, de ahí que se conserve impecable como el primer día. Tiene un estampado floral multicolor, detalles bordados en el escote y manguita de gasa. Hablamos de un vestido descatalogado que, sin embargo, aún se puede encontrar en tiendas de segunda mano. Aunque ya está agotado, estuvo a la venta en la web de Micolet, un comercio que cerró su establecimiento físico en Bilbao el pasado mes de octubre de 2020. Aunque el modelo original llevaba una lazada del mismo tejido a la altura de la cintura, Carla le ha dado un lavado de cara con un maxicinturón morado.

Siguiendo en esta estela sostenible, los accesorios que ha elegido la princesa bilbaína no se quedan atrás. En este caso, ha rescatado un bolso de Cartier en charol amarillo que tiene grabado el famoso monograma de la doble 'C' entrelazada, un logotipo que patentó en 1910 Pierre Cartier, nieto del fundador de la compañía. Este bolso de asa corta estilo 'baguette', como los que se estilaban en los años 90 y que ahora vuelven a estar de moda, se puede encontrar actualmente y por 135 euros en Vestiaire Collective, una importante web de segunda mano especializada en firmas de lujo.

Un anillo XL de color morado, firmado por las bilbaínas María y Txini de Matxi Glass, que tienen tienda física en el Casco Viejo, pone «el toque de actualidad» al conjunto. También lo hacen unas sandalias charol nude, con plataforma y tacón de 10 centímetros, de la firma Cuplé Madrid, y unas gafas de sol redondas con montura amarilla, en consonancia con la pamela mallorquina, «que fue clave para el intenso sol de una tarde inolvidable» en un marco isleño perfecto.